Las relaciones a largo plazo, en el terreno amoroso me refiero, son ansiadas por muchos y evitadas e incluso detestadas por otros tantos. La sociedad parece imponerlas como el estándar, pero no todo el mundo necesita vivir en pareja para ser feliz, ¿no? Aún así, para todos aquellos que las buscan y disfrutan de ellas, parece que una nueva investigación tiene un pequeño detalle que matizar: Las relaciones a largo plazo reducen la testosterona, pero solo en hombres.

Relaciones a largo plazo y testosterona

Al menos a esa conclusión ha llegado una reciente investigación a cargo de la Universidad de Sunderland y la Universidad de Worcester, cuyos resultados se publicaron en Evolutionary Psychology. El trabajo, dirigido por el Dr. Daniel Farrelly, ha detectado que los niveles elevados de testosterona se han ligado a la motivación de los hombres por encontrar nuevos socios para el apareamiento (parejas potenciales, para que nos entendamos).

Pero, tras tomar muestras de niveles de testosterona en saliva de algunos hombres que se encontraban en relaciones a largo plazo (más de un año), encontraron que sus niveles de testosterona se habían reducido, en comparación a los hombres solteros.

En investigaciones anteriores ya se había sugerido que la testosterona era un factor fisiológico clave en los hombres para la búsqueda de nuevas parejas sexuales. También sabíamos que los hombres casados y las mujeres comprometidas en relaciones a largo plazo tenían niveles más bajos de testosterona que los hombres solteros, y concretamente los padres eran los que destacaban por tener una testosterona más reducida. Por otra parte, los hombres que ostentan varias relaciones a la vez, o que tienen una relación sexual a parte de su pareja (infidelidad, consentida o no), también tienen una testosterona más alta.

La diferencia en este estudio es que, en esas ocasiones anteriores, los individuos se auto-categorizaban dentro de sus relaciones tan solo como “en una relación” o “sexo casual”. En este nuevo estudio se evitan estas categorías, y se tiene en cuenta el tiempo de relación en particular. Por ejemplo, las “relaciones a largo plazo” son aquellas que han durado un año o más en el momento del estudio.

Testosterona en saliva

Así pues, durante la investigación se recogieron muestras de testosterona en saliva de 76 hombres heterosexuales de entre 18 y 39 años. Según las mediciones, aquellos hombres que habían estado en una relación de más de un año tenían niveles más bajos de testosterona en comparación tanto con hombres solteros como con hombres que habían empezado una relación recientemente.

Por otra parte, no se encontraron diferencias de niveles de testosterona en las relaciones a largo plazo respecto a anteriores relaciones, o respecto a mantener o no relaciones sexuales con una persona que no es la pareja actual ni hay plan de que lo sea. Tampoco hubo relación entre los niveles de testosterona y la edad. Finalmente, en las relaciones a largo plazo, no hubo diferencias significativas entre los niveles de testosterona y la duración de la relación en sí.

La hipótesis que barajan los investigadores es que la reducción de la testosterona se debe a que promueve la construcción de relaciones estables y el cuidado de los hijos, al contrario de lo que sucede con niveles de testosterona elevados, donde se prioriza la búsqueda de nuevas parejas sexuales potenciales. Desde la perspectiva evolutiva, este cambio del comportamiento es importante para asegurar la descendencia y el cuidado de esta.

Fuente | Evolutionary Psychology.