Cuando te enfadas, tu cuerpo sufre una serie de reacciones fisicoquímicas internas que conllevan una complejidad considerable, a parte de tener ciertos efectos colaterales. En su momento nos preguntamos “¿Por qué nos enfadamos?“, y de hecho hemos llegado a comentar algunos efectos colaterales de la ira, junto a la ansiedad, como son los ataques al corazón o la hipertensión arterial. Sin embargo, aún no habíamos recapacitado en el “cómo”, es decir, qué sucede en tu cuerpo cuando te enfadas. El vídeo de hoy, a cargo de Patrick Graziosi, tiene algunas respuestas.

Cuando te enfadas, tu cuerpo reacciona así

El trabajo de Graziosi, titulado “la ciencia de la ira“, explica de forma gráfica y animada cómo nuestro cerebro procesa la ira y la transmite y expresa mediante reacciones fisiológicas. Concretamente, las áreas del cerebro destinadas a tal fin son el lóbulo temporal medial y la amígdala, las cuales responden a estímulos externos mediante la liberación coordinada de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), que producen una especie de “chute de energía” como preparación para llevar a cabo acciones físicas, si hiciese falta. Además, algunos de los efectos colaterales de la liberación de estas hormonas son el aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, como preparación para “la acción”, aumentando el flujo de sangre a todo el cuerpo, de la misma forma que parece liberarse testosterona en momentos de agresividad.

Dicho flujo sanguíneo aumentado también llega a la corteza prefrontal, el área responsable de controlar el juicio y la ira (reprimiéndolos), y la teoria es que la respuesta neurológica duraría menos de dos segundos, y por ello se aconseja contar hasta 10 cuando se producen estos momentos de ira.

Por su parte, una excesiva cantidad de situaciones de ira puede provocar daños en el corazón, ya que la liberación continuada de catecolaminas seguirá provocando hipertensión arterial y aumento de la frecuencia cardíaca, llevando al corazón a limites poco saludables, dañando las paredes arteriales y acelerando el proceso de arteriosclerosis (incluso provocando la liberación de placas grasas que, en última instancia, provocan trombosis arterial y los temidos infartos de corazóno o accidentes cerebrovasculares).

Así pues, os dejo con el vídeo, e intentad que en los próximos momentos de ira sea posible contar hasta 10 y parar la reacción neurológica y fisicoquímica que estas hormonas os puedan provocar. Vuestro corazón os lo agradecerá:

Vía | Medical Daily.