El Bloodhound intentará este año convertirse en el coche más rápido del mundo, pero para eso necesitará protección anti-balas.

No es porque los otros competidores sean demasiado competitivos, sino porque se espera que esta bestia británica alcance los 1.609 km/h (para conseguir el bonito redondeo de las 1.000 millas por hora). A esa velocidad cualquier objeto se convierte en mortal.

Para garantizar la seguridad del piloto Andy Green en una prueba ya peligrosa de por sí, el vehículo (que vamos a llamar “coche” pero que se parece poco a uno normal), contará con paneles a prueba de balas, y eso está demostrado como veis en el siguiente vídeo.

El posible coche más rápido del mundo se prepara

Estos paneles están creados a partir de fibra de vidrio capaces de absorber la energía de los impactos; se colocarán a ambos lados de la cabina de fibra de carbono en la que estará el piloto.

bloodhound 2

En realidad el mayor peligro no es encontrarse con un pájaro volando; al fin y al cabo el mejor sitio para intentar récords de velocidad es una gran planicie como la que hay en salares. No, el problema es que alguna piedra choque contra las ruedas a esa velocidad y acabe destruyéndolas mandando afilados trozos en todas direcciones.