Ya parece ser definitivo: el celuloide no desaparecerá (de momento).

Las majors de Hollywood por fin han conseguido llegar a un acuerdo económico con la legendaria Kodak para evitar la desaparición del celuloide y mantener su producción, sin duda una excelente noticia para el mundo del cine y sus creadores.

Es un final feliz para la campaña que hace meses lanzaron personalmente Quentin Tarantino, Scorsese y Nolan (entre otros) para intentar convencer a los estudios de la urgente necesidad de evitar la quiebra definitiva de la producción fotoquímica para películas, condenada a la extinción por el auge del formato digital.

El complicado guión para salvar el celuloide

Kodak Magnus 800 Platesetter

Esta obsesión de los directores de Hollywood por conservar el soporte fotoquímico no es sólo fruto de nostalgia histórica o excentricidad, se basa también en dos necesidades muy concretas:

El celuloide ofrece una calidad de texturas y definición que lo digital todavía no ha igualado. Su uso encarece la producción, naturalmente, pero esa enorme inversión genera unas imágenes muy diferentes, un toque especial que merece ser una opción creativa para los directores.

La conservación. Que Kodak desaparezca no sólo implica, con el tiempo, la evaporación de las profesiones relacionadas con el tratamiento fotoquímico (¿qué haríamos sin restauradores de película?), sino que también se esfumaría la posibilidad de pasar a celuloide todo el cine generado íntegramente en digital; soberana catástrofe, pues es bien sabido que la vida del celuloide en condiciones óptimas es de más de un siglo. Quizá una encomiable opción ante las temidas tormentas solares, pues muchos creen que arrasarán algún día con toda nuestra electrónica. Prever nunca fue un error.

Almacen pelicula Hollywood

Los detalles del acuerdo entre Disney, Fox, NBC, Paramount, Sony, Warner y Kodak todavía no se han revelado, pero estamos seguros de que los puristas del séptimo arte ya lo estarán celebrando y que muchos cines respirarán con algo más de calma en su carísima transición al proyector digital.