cerebro chip

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Tecnología

La historia de la mujer biónica con un implante cerebral

Esta es la historia de una mujer biónica, que tiene un sistema implantado en su cerebro que le ayuda a luchar contra su epilepsia.

28 enero, 2015 21:26

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Puede que la tecnología mas avanzada pueda servirnos para decir adiós a las enfermedades mas malignas que sufre la humanidad, pero… ¿estaríamos dispuestos a dar a cambio algo de esa humanidad?

Para Chelsey Loeb esta no era una pregunta retórica. Sus problemas de epilepsia solo eran mitigados por la gran cantidad de pastillas que se tenía que tomar, y lo peor es que su efecto poco a poco iba desvaneciendo conforme su cuerpo se acostumbraba a ellas. Los ataques eran cada vez peores, olvidándose fácilmente de lo que había pasado en unos minutos; su vida se veía cada vez mas afectada y las previsiones no eran buenas.

La increíble mujer biónica

¿La solución? Convertirse en una mujer biónica, con implantes que regulasen su cerebro; ni que decir tiene que los riesgos eran grandes, no solo por la operación sino por los posibles efectos del tratamiento con neuroestimuladores.

Los resultados son mejores de lo que se esperaba, pero no sin sus detalles molestos. “Es como tener un iPod en mi cabeza”, asegura Loeb, aunque no puede sentir cómo el dispositivo registra su actividad cerebral, buscando señales de un posible ataque epiléptico; en cuanto lo detecta, los electrodos mandan impulsos de electricidad a su lóbulo temporal izquierdo para interrumpir esa actividad sospechosa antes de que se extienda por el resto del cerebro y provoque un ataque.

mujer bionica 1

mujer bionica 1

Eso no le impide sentir algo de miedo y paranoia, como era de esperar en cualquiera al que le abren la cabeza para meter cables; en una ocasión le pareció escuchar un pitido en el interior de su cabeza, por ejemplo. Además, tampoco puede olvidarse simplemente de su enfermedad; cada día tiene que escanear su cabeza con un lector que obtiene datos del dispositivo, datos que luego ayudan a los médicos a decidir el curso del tratamiento. Por último, la eficiencia, aunque es alta, no es del 100%.

Al menos todavía no, pero el trabajo realizado en el cerebro de Loeb puede ayudar a avanzar el desarrollo de sistemas similares, y en general los científicos tendrán una imagen mas clara de cómo funciona nuestro cerebro.