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"Este cuerpo no es el mío": Descubren el origen cerebral de la transexualidad

15 enero, 2015 11:19

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Imagina que una mañana te despiertas, te levantas y medio adormilado te diriges al baño y en el espejo te das cuenta de que te encuentras en un cuerpo del sexo contrario. ¿Cómo te sentirías? Si eres un chico heterosexual, igual al principio te hace gracia eso de tener dos protuberancias dónde antes tenías unos pectorales más o menos marcados (generalmente menos que más), pero una vez pasada esa fase, entrarás en la fase de no sentirte identificado con aquello que estás viendo.

Esta es la sensación que tiene una persona que sufre disforia de género (transexualidad)  desde edades bien tempranas. A partir de los dos años los niños son capaces de identificar su género y clasificar a las personas conforme a su sexo. A los seis años, o incluso antes,  un niño ya tiene muy claro cuál es su identidad sexual y de género. Así, generalmente, los transexuales cuentan haberse sentido identificado con el sexo opuesto desde siempre. Si se analiza su infancia, se ven conductas propias del sexo opuesto, aún incluso antes de ser conscientes de lo que les sucede. Durante la adolescencia pueden tener períodos en los que se intentan comportar según su sexo biológico, intentando olvidar su problema, pero ante la imposibilidad de mantener esta conducta a lo largo del tiempo esta estrategia termina fracasando irremediablemente.

Este sentimiento de no sentirte identificado con su sexo biológico se junta muchas veces con la ignorancia e incomprensión de las personas que tienen alrededor, cosa que ocasiona que la frecuencia de depresiones y otras alteraciones psicológicas estén más presente en este grupo de población. La solución de este trastorno, generalmente, se basa en la toma de hormonas sexuales y en una complicada y laboriosa cirugía de reasignación de sexo cuyos resultados son asombrosos y hay casos en los que nunca dirías que esa persona ha tenido otro sexo, como puedes ver en algunos ejemplos a continuación.

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Tenemos que dejar clara la diferencia con el travestismo, dónde una persona de un sexo, utiliza ropas y elementos característicos del sexo opuesto por otros motivos, como puede ser por simples gustos o por algún tipo de fetiche sexual. Aunque evidentemente una persona transexual tenderá también a llevar ropas del sexo opuesto, pero en este caso porque se siente identificado con él.

El origen cerebral sobre la transexualidad

En una publicación reciente,  investigadores especializados en el cerebro de la Universidad de Medicina de Vienna, demostraron que la identidad de género propia de cada ser humano parece tener su propia zona cerebral.  

Mientras que el sexo biológico (el que nos da nuestra genética) generalmente se manifiesta en la apariencia física, la identidad de género individual no aparece inmediatamente y se localiza en la psique humana. Así como el cerebro es responsable de nuestros pensamientos,  sentimientos y acciones; se están investigando las áreas cerebrales responsables de la identidad de género.

Se les realizó una resonancia magnética a personas transexuales y a las que se identificaban como hombres y mujeres en concordancia con su sexo biológico. Aparecieron diferencias en la microestructura cerebral de los hombres y de las mujeres y en el caso de las personas transexuales, se apreció un patrón intermedio.

Además fue posible encontrar una fuerte relación entre estas microestructuras de conexión cerebral y los niveles de testosterona en la sangre. Así se determinó que estos resultados sugerían que la identidad de género se refleja en las estructuras de la red cerebral que se forman bajo la influencia de hormonas sexuales durante el desarrollo del sistema nervioso.

De la ignorancia nace el odio

Como última curiosidad, bastante triste por cierto, resaltar las políticas contra el colectivo LGTB (Lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) que ha desarrollado Putin a lo largo de los últimos tiempos. La última que se le ocurrió durante su último brote psicótico fue la de prohibir, entre otros, la conducción a transexuales con el fin de reducir accidentes de tráfico. Todo muy lógico como podéis ver.

Vía | ABC , Psypost