Tecnología

Consejos para padres y madres: Niños que muerden

21 octubre, 2014 17:12

En los jardines de infancia y en el parque se ve a menudo como los niños más pequeños (de 1 a 3 años) muerden cuando no obtienen lo que quiere. Un niño siempre persigue sus necesidades de forma inocente. Cualquier cosa que haga tiene una intención específica. Puede ser que tenga hambre, que esté descubriendo los conceptos de causa y efecto, que le estén saliendo los dientes, que esté imitando a otro niño, o que se sienta frustrado. Lo cierto es que un niño emocionalmente contenido no pega ni muerde ni hace rabietas de forma habitual, solo realizará tales conductas esporádicamente ya que son propias del proceso evolutivo.

¿Qué se puede hacer?

1. Ayudarle a controlar el sentimiento de impotencia: Por ejemplo con juegos de poder, los niños constantemente inician estos juegos, el no querer cambiarse el pañal es uno de ellos, en lugar de enfadarte entra en su juego y corre detrás de él para que crea que tiene el “poder”. Él mismo decidirá acabar el juego cuando se sienta satisfecho.

2.Detener acciones además de verbalmente, físicamente: De nada sirve que nos limitemos a decirles “no muerdas”, tenemos que actuar rápidamente y separarle.

3. Colma sus necesidades básicas: Amor, atención, conexión y cuidados. Esto no significa que tengas que darle siempre todo lo que pide. Un niño emocionalmente contenido no pide tantas cosas. Pedir cosas es un sustituto de otra necesidad. Si tienes poco tiempo para estar con el niño no importa, lo importante es que el tiempo que paséis juntos sea de calidad.

4. Morder es solo un juego: En algunos casos es lo que ocurre, solo es un juego para ellos. Cualquier cosa que haga el niño nos dice cómo podemos ayudarle. Si muerde porque le gusta el efecto que eso produce, le podemos ofrecer otras actividades que satisfagan esa necesidad. Déjale encender y apagar la luz, o habilitarle una pared para que pinte,  regar el jardín con la manguera, entre muchas otras cosas.

5. Piensa si el hecho de morder puede deberse a un sentimiento de frustración: Soledad, celos, impotencia, o una necesidad de más afecto y autonomía. Atiende sobretodo a las causas subyacentes y el síntoma desaparecerá.

6. Gritar, amenazar o castigar al niño no va a ayudar: Ya que son respuestas que no se dirigen a la causa real, el niño se sentirá peor y morderá más. Un grito en respuesta a su mordisco puede satisfacer su necesidad de llamar la atención: “Ese grito lo he provocado yo”.

7. No abuses del NO: Decir “sí” la mayoría de veces fomenta la confianza y la cooperación.

8. Paciencia: Solo a base de tiempo y paciencia las instrucciones acabarán por surtir efecto. No existen varitas mágicas.