Después de muchos meses, parecía que la agonía había terminado: Blackberry era vendida por 4700 millones de dólares al grupo Fairfax, compuesto por accionistas del fabricante. A partir de ahí se sucedieron los mensajes de optimismo, que hablaban del futuro de la compañía en una nueva era mas centrada en los servicios que en el hardware. Aunque la situación seguía sin ser la mejor, parecía que por lo menos tenía un respiro.

Pronto se descubrió que tal respiro no existía. Apenas unos días después del anuncio de la compra, empezaron a circular rumores de que, de nuevo, Blackberry se vendía al mejor postor. Desde entonces han aparecido muchos pretendientes y pocos príncipes azules, la mayoría mas interesados en la enorme cartera de patentes para meterse en juicios que en mantener activas las fábricas. Poco a poco la sensación de que algo iba mal volvía a ser palpable, y finalmente se ha confirmado con la noticia de hoy.

La venta de Blackberry se ha cancelado. En vez de los 4700 millones que esperaban, ahora la compañía recibirá 1000 millones de sus accionistas de Fairfax, y gracias. A cambio, Blackberry despide a su CEO, Thorstein Heins, y vuelve a la casilla de salida para intentar mejorar su situación. El nuevo CEO, John Chen, tiene ahora la difícil misión de mostrar que el de Blackberry puede ser un negocio sostenible, sin necesidad de ponerse a cerrar estudios ni plantas. De hecho, podría decirse que la única diferencia respecto a la Blackberry de antes del intento de compra es que ahora la junta de directivos de la compañía tendrá mas miembros de Fairfax que antes.

Y es entonces cuando parece evidente que la supuesta “venta” de Blackberry nunca lo fue. Los accionistas jugaron a buscar el interés de otras compañías poniendo la compañía en el mercado y colgando un precio público. Si alguna de las empresas con las que tuvieron charlas hubiera nombrado una cifra similar a los 4700 millones de dólares iniciales, Blackberry hubiera sido suya. Pero tal y como hemos visto, nadie ha podido o ha querido pujar, no dejando mas alternativa a Fairfax que retirar el “farol”. Podría decirse que nadie quiere a Blackberry, ni siquiera ella misma.

Fuente | Blackberry