No es la primera vez que hablamos de religión en MedCiencia. Algunas veces hemos hablado de ella para bien, como el hecho de que los pacientes religiosos con trastornos mentales tienen más posibilidades de curarse porque confían más en los tratamientos; y otras veces hemos hablado para “mal”, citando algunos experimentos donde se afirma que la gente creyente o religiosa tiene un tipo de pensamiento menos crítico y reflexivo (cosa que si tienen los individuos de ciencias). Hoy daremos un nuevo giro al asunto, pues según un gran metaanálisis de hasta 63 estudios diferentes afirma que la gente religiosa es menos inteligente que los individuos ateos.

Dicho metaanálisis, a cargo de la Universidad de Rochester y dirigido por el profesor Miron Zuckerman, afirma que existe una relación negativa entre inteligencia fiable y religiosidad en hasta 53 de los 63 estudios analizados. El estudio ha sido publicado en la revista Personality and Social Psychology Review, donde incluso llegan a afirmar que un niño que demuestra mayor inteligencia durante sus primeros años de vida tiende a alejarse de las creencias religiosas.

Incluso cuando se llega a la vejez, la gente que demuestra tener mayor inteligencia también es menos propensa a las creencias religiosas, según los investigadores. Y, según la investigación, el nivel de creencia religiosa tiende a ser menor en los individuos en edad pre-universitaria.

Los autores han considerado cada estudio de forma independiente, teniendo en cuenta la técnica de recogida de datos, la cantidad de la población estudiada y los métodos de análisis utilizados en cada uno de los estudios para poder darles validez.

Como comentan los autores:

“La mayoría de las explicaciones existentes (de una relación negativa entre religión e inteligencia) comparten un tema central: la premisa de que las creencias religiosas son irracionales, no ancladas en la ciencia, no comprobables y, por lo tanto, poco atractivas para la gente inteligente que ‘sabe más’”

Este estudio comenzó en 1921 y aún continua en la actualidad, donde hasta en la vejez extrema, aquella gente que demostraba tener una mayor inteligencia tendía a alejarse de la religión, con una creencia menor en el promedio de la población. Por otra parte, como curiosidad, uno de los 63 estudios utilizados en el metaanálisis es una investigación donde se realiza un análisis permanente de las creencias de 1.500 niños superdotados, los cuales tienen un cociente intelectual de 135 o más.

Como veis, este gran análisis no deja demasiado espacio a la polémica u opinión, pues detectar dichos resultados en 53 de 63 estudios no es algo fácil. Por otro lado, los psicólogos responsables del estudio se han querido cubrir las espaldas delante de las críticas, y también afirman que las personas más inteligentes tienden a evitar la religión porque creen más en el control personal. Suelen ser individuos que llegan a elevados niveles educacionales, lo que suele conllevar un mejor empleo y producir un aumento de autoestima junto a un mayor control de uno mismo.