Como era de esperar en un dispositivo tan rompedor como Google Glass, existen muchas dudas acerca de su utilidad y los problemas que puede acarrear su popularización. En este sentido, los problemas de Glass no son muy distintos a los provocados por la  minituarización y abaratamiento de la tecnología. Gracias a que cada día existen smartphones mas pequeños y funcionales, hemos llegado a un punto en el que la mayoría de las personas que nos encontramos por la calle tienen potentes dispositivos de grabación.

Por supuesto, para grabar con un móvil tenemos que sacarlo de donde lo tengamos guardado y apuntar la cámara hacia nuestro objetivo, lo cual no es tarea fácil por muy pequeños que se hagan estos dispositivos. La cosa cambia con Glass, ya que es un aparato diseñado para llevarlo siempre preparado, que se activa rápidamente con un simple comando de voz y que cuenta con las mismas funcionalidades que cualquier móvil con Android moderno.

Las cuestiones sobre la privacidad son claras y han sido protagonistas de las principales críticas que se ha llevado el invento de Google. Gracias a la relativa exclusividad del aparato y a la estricta selección que ha realizado la compañía, hasta ahora no hemos visto problemas relacionados, pero es de esperar que en cuanto el dispositivo llegue al público general este empiece a encontrar usos mas malignos y retorcidos de los que podría imaginarse. Lo último que quiere Google es que su producto se asocie a espías y gente con malas intenciones.

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En ese sentido hay que entender la última declaración del equipo detrás del dispositivo, en la que vuelven a asegurar que no añadirán reconocimiento facial a sus productos sin añadir antes fuertes restricciones de privacidad. Además, no aprobarán ninguna aplicación que haga uso de semejante tecnología para su descarga en la tienda oficial. El equipo menciona las reacciones de los primeros usuarios que están usando Glass como la razón de tomar esta decisión, aunque está por ver cómo de eficaz será.

Porque, al correr una versión de Android apenas sin modificar, es realmente fácil crear apps para Glass. Gracias a esto ya hemos visto muchos experimentos interesantes, pero la otra cara de la moneda es que es muy posible crear apps de reconocimiento facial y cargarlas en el sistema sin que Google pueda hacer nada para evitarlo.

Google aún está a tiempo de arreglar esto, simplemente colocando una luz led al lado de la cámara cuando ésta empiece a grabar o realice fotografías, una función que muchos echaron en falta. Es muy posible que la versión de Google Glass que llegue al mercado cuente con algo parecido, pero en todo caso la veda se ha abierto en lo que respecta a los problemas de privacidad de los dispositivos portátiles.

Fuente | Google+