Puede que algunos lectores hayáis oído hablar a amigas vuestras, parientes o conocidas de que tras tener un bebé han tenido que cambiar de zapatos porque los que tenían antes ya no les sirven… o incluso puede que algunas de vosotras lo hayáis experimentado. Personalmente, nunca había oído hablar de este tema hasta estos días, aunque tampoco he estado cerca de muchas embarazadas durante mi vida.

Parece ser que existen algunos estudios que demuestran que existen cambios en el tamaño de los pies durante el embarazo, aunque, hasta ahora, ninguno había intentado averiguar si estos cambios permanecen más allá del parto o si retroceden al estado anterior.

El investigador Neil Segal, profesor asociado de ortopedia y rehabilitación en la Universidad de Iowa, realizó una encuesta en la que entrevistó a 110 mujeres en un centro comercial para averiguar si su talla de zapatos había cambiado alguna vez durante la edad adulta. Mientras sólo el 13% de las mujeres que nunca habían estado embarazadas afirmaron que esto les había ocurrido, entre un 30-60% de las mujeres que sí habían estado embarazadas al menos una vez dijeron que su talla de zapatos había cambiado.

Tras esto, realizó un estudio en el que midió la altura del puente y la longitud de los pies de 49 mujeres durante su embarazo y 5 meses tras haber dado a luz. De media, la altura del  puente de las mujeres disminuyó a la vez que la longitud de sus pies aumentó entre 2-10 milímetros durante este periodo.

En general, alrededor del 60-70% de las mujeres tenían pies más largos y puentes más bajos tras el nacimiento de sus hijos y 11 de las mujeres informaron de cambios en su talla de zapatos.

Muchas de las mujeres involucradas en este estudio que experimentaron cambios en la longitud de sus pies y la altura de su arco plantar eran madres primerizas. Las mujeres que ya habían tenido dos o tres hijos no experimentaban unos cambios tan significativos, lo cual sugiere que es el primer embarazó el que tiene el mayor impacto sobre el tamaño del pie. Aun así, serán necesarios más estudios para confirmar todo esto.

El cambio en el tamaño de los pies podría ser debido al peso extra que llevan encima las mujeres durante el embarazo, lo cual ejerce mayor presión sobre los pies y, por tanto, podría aplanar el arco. Además, las mujeres embarazadas producen hormonas que incrementan la laxitud de las articulaciones y los ligamentos, posiblemente haciendo que la estructura del pie sea más maleable.

Por otra parte, estos cambios en los pies durante el embarazo explicarían porque las mujeres tienen un riesgo más elevado que los hombres de dolor o artritis en los pies, rodillas y caderas. Un pie aplanado puede tensar los ligamentos de la planta del pie, causando cambios en la marcha que aumentan la presión sobre las rodillas.

Fuentes: Live Science