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Recuerdo cuando compré mi primer móvil, fue en el año 1999 . Tenía mi primer trabajo y justo emergía el boom de la telefonía móvil en nuestro país. Amena por aquel entonces acababa de aparecer en el mercado y recuerdo que había una oferta bastante buena con la que hacerse con un nuevo y flamante

Pese a todo fue mi primer móvil y lo recuerdo con cariño, la experiencia de poder llamar y recibir llamadas desde cualquier lugar, los SMS y jugar era lo más. Aunque suena ridículo teniendo en cuenta todo lo que tenemos ahora, pero en aquel momento suponía toda una revolución. Entonces no tenía preocupaciones (por decirlo de alguna manera) de quedarme sin batería, o si la resolución de la pantalla era mejor o peor, o la calidad de la cámara, que por entonces era inexistente.

Evidentemente, la calidad era la que era, y no mucho tiempo después la batería de mi Motorola se agotó y decidí que era hora de cambiarlo. Haciendo algunos chanchullos conseguí un Sony Ericsson GF768, un móvil que tenía un tamaño menor que el Motorola y era algo más manejable. Recuerdo que le compré una antena de botón para hacerla más pequeñita y así poder llevarlo cómodamente en el bolsillo. En este caso la pantalla era algo más pequeña, si mal no recuerdo apenas cabían un par de líneas de texto. Pero a mi ya me iba bien por su tamaño y porque no hacía falta nada más.

Algo de tiempo pasaría, y algún terminal más hasta conocer y adquirir el Nokia 3210, uno de los primeros terminales que ya integraban su antena en el interior del terminal. Teniendo en cuenta todo lo que había tenido anteriormente, el Nokia era un paso adelante, ya no sólo en su diseño si no también en sus prestaciones, modestamente más avanzadas. Con algunos juegos más, melodías personalizables y un precio no demasiado alto se popularizó de manera tremenda. El Nokia empezó a marcar una tendencia, la de terminales más personalizables, ya fuera por el tema de la carcasa, o por su interior. El hecho de que empezaran a desaparecer las antenas exteriores era un plus más.

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El tamaño era algo que los fabricantes empezaron a tener en cuenta, y poco después salió el

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Pero la revolución de los móviles no vino sola, y también existían unos trastos llamad

Disponía de GPS y tenía mi correo electrónico personal y del trabajo y la agenda sincronizada con Outlook.  Para mi aquello era lo más pero poco me pensaba que lo mejor estaba por llegar. Y es que tiempo después apareció el primer iPhone y con el lo que muchos soñábamos casi se había convertido en algo real y palpable. Desgraciadamente mi economía por aquel entonces no me permitía hacerme con uno y finalmente me decanté por otro terminal que también me atraía muchísimo. Era la HTC Magic con Android, ese sistema que poco sospechaba yo que me iba a aportar tanto a tantos niveles. Con ella ya me metí de lleno en la experiencia móvil que actualmente conocemos.

Y unos cuantos más han “caído” hasta llegar al que a día de hoy es mi teléfono, el Samsung Galaxy S3. Como habréis podido ver, muchísimo ha evolucionado la telefonía desde estos primeros móviles hasta hoy. También han evolucionado nuestras exigencias, la mayoría reconozco que por una necesidad más desarrollada por los fabricantes que por algo verdaderamente necesario. Pero no se puede negar que la utilidad del teléfono ha ganado mucho con la inclusión de una conexión a Internet móvil y con las miles de aplicaciones que nos facilitan las cosas del día a día.

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Lo bueno es que también se ha ampliado mucho la oferta, y se puede decir que existe un terminal para prácticamente cada perfil de usuario distinto. Desde el que no necesita nada más que llamar, hasta para el más exigente y que le gusta estar a la última. El negocio de la telefonía es uno de los motores de innovación pero también lo es de negocio, sobre todo en España.

Pronto llegará el Mobile World Congress, donde un año más estaremos presentes para contar todo lo que se cuece en telefonía y posiblemente las tendencias futuras. ¿Cuales fueron los móviles que os marcaron? ¿Hacia dónde vamos en telefonía?