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¿Por qué se parecen físicamente los miembros de una pareja?

9 noviembre, 2012 17:23

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Contrariamente a lo que dice el viejo refrán “Los opuestos se atraen,” os habréis dado cuenta de que las parejas románticas tienen tendencia a parecerse más que a ser opuestos fisicamente. Pero ¿por qué pasa esto? ¿Es porque la gente tiene una tendencia a seleccionar a las parejas que se parecen a ellos, o es porque los miembros de la pareja, de hecho, se vuelven similares entre sí con el tiempo? Sorprendentemente, los psicólogos han encontrado apoyo para estas dos explicaciones.

La similitud en la apariencia física es un factor importante en la atracción inicial, y esto es, en parte, la razón por la cual los miembros de la pareja a menudo se asemejan el uno al otro desde el principio. Lo que parece impulsar esta atracción es una predisposición para seleccionar parejas cuyos genes se parecen a los nuestros. Como evidencia de esto, la investigación ha encontrado que los cónyuges de los gemelos idénticos son más similares entre sí, tanto física como psicológicamente, que son los cónyuges de gemelos fraternos (mellizos). Por lo tanto, cuántos más genes tienen en común dos personas, más probable es que busquen características similares en sus parejas. Como prueba adicional de este fenómeno, considere un estudio en el que participantes heterosexuales calificacarón el atractivo de un conjunto de caras. Incorporado en esta serie de imágenes había una imagen de su propio rostro que había sido digitalmente transformada en el otro sexo. A pesar de no reconocer la cara como propia, los participantes calificaron ésta como la más atractivo de todas. Estos y muchos otros estudios nos dicen que “los iguales se atraen”.

Sin embargo, lo que es aún más fascinante es que esta similitud entre los miembros de las parejas románticas sólo crece con el tiempo! Por ejemplo, en un estudio clásico de Bob Zajonc y sus colegas, se les pidió a estudiantes universitarios que evaluaran las fotografías bien de parejas recién casadas o bien de las mismas parejas después de 25 años de matrimonio .Especificamente, los participantes vieron imágenes de dos caras a la vez y se les preguntó para evaluar la similitud entre de cada par y lo probable que era que se casasen. A veces la pareja que se presentaba era un matrimonio real, otras veces eran sólo dos personas de la misma edad al azar.

Los resultados indicaron que la similitud facial percibida efectivamente aumenta con el tiempo. Los participantes calificaron los rostros de las parejas casadas durante más tiempo como más similares que las de los recién casados y las parejas al azar. Además, para las parejas jóvenes, los participantes no podían distinguir entre los recién casados y las parejas al azar en términos de si se casaron en realidad, sin embargo, entre las parejas mayores, los participantes fueron mejores en la detección de que parejas se casaron y cuáles no (presumiblemente sobre la base de dichas diferencias de semejanza facial). Un resultado interesante es que los otros rostros que fueron juzgados como más similares el uno al otro pertenecían a las parejas que reportaron ser los más felices.

¿Cómo explicar este patrón de resultados? No lo podemos decir con seguridad, pero los autores argumentan que es una función de la empatía. La idea es que las parejas románticas frecuentemente empatizan el uno con el otro y “comparten” sus estados emocionales. Y compartir las emociones significa que también comparten las mismas expresiones faciales, que pueden ser la verdadera clave de la similitud física incrementada. Es decir, moviendo sus músculos faciales de la misma manera con el tiempo, las parejas sentimentales puede llegar a tener el mismo patrón de arrugas alrededor de la boca y los ojos, entre otras cosas. Por supuesto, son posibles otras explicaciones. Por ejemplo, la mayor semejanza podría tener algo que ver con que reside en el mismo entorno, o con una dieta similar.

Independientemente de la explicación, el hecho es que las personas parecen ser inicialmente atraídas por las parejas de aspecto similar al suyo, pero también parece que empezamos a parecernos más a nuestra pareja a medida que envejecemos.

Fuente: The psycology of Human Sexuality