Si por algo destacan los delfines es por ser animales realmente extraordinarios en muchos aspectos. Destacan por la buena relación de algunas especies con el hombre, como el delfín mular o nariz de botella (Tursiops truncatus, el que podemos ver en los zoológicos), por su asombrosa inteligencia y por otros muchos aspectos que iremos desvelando.
El sueño unihemisférico y la ecolocalización
El sueño de los delfines es un tanto curioso. El sistema que utilizan es el sueño unihemisférico, o lo que es lo mismo, duerme sólo una mitad del cerebro mientras la otra se mantiene activa. De este modo, el animal no se ahoga (recordemos que son mamíferos y necesitan respirar oxígeno del aire, no del agua) y se mantiene alerta.
El sentido de la ecolocalización es un sistema por el que los delfines y otros animales, como murciélagos y cachalotes, emiten chasquidos e interpretan el eco de los mismos, así pueden saber la localización exacta de los objetos que les rodean y su naturaleza. En la oscuridad es un sistema perfecto para saber qué es lo que tienes a tu alrededor o para pescar animales ocultos en la arena. El sonar de los barcos y submarinos está basado en este sistema.
En el estudio muestra que los delfines pueden ecolocalizar de manera continuada e informar con precisión de la presencia de objetos durante al menos 15 días seguidos. Con esto se concluye que los delfines pueden monitorizar su entorno continuamente y mantener su estado de alerta a largo plazo a través de la ecolocalización.
La evolución hace que los animales se adapten a su medio a través de distintos mecanismos. Los tiburones tienen sus ampollas de Lorenzini y los delfines han desarrollado la ecolocalización. A ambos nos les hace falta ver lo que tienen a su alrededor para saber de qué se trata y nadie ni nada puede esconderse de ellos.
Fuente: PLoS