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Peligros de no saber tomar el sol: El melanoma

20 junio, 2012 18:02

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Ya está aquí el verano y en Medciencia queremos contribuir a informar sobre los peligros de la tan esperada estación estival.  El sábado os hablabamos de las medusas y más tarde os descubrimos los mitos sobre  tomar el sol.

Hoy hablaremos sobre uno de los mayores enemigos del verano, el cáncer de piel. Hay realmente tres tipos de cáncer de piel (melanoma, carcinoma basocelular y  carcinoma espinocelular), pero nosotros hablaremos hoy solamente del melanoma, ya que es el más agresivo de éstos.

Con la llegada del verano todos queremos lucir un bronceado perfecto y por esta razón muchas personas empiezan a tomar el sol en la playa, las terrazas y jardines de sus casas, o incluso ir a solariums donde pueden recibir un baño de luz ultravioleta de forma artificial. Si estas actividades no se realizan con precaución y tomando todas las medidas necesarías (algunas de ellas muy bien indicadas aquí), corremos un terrible riesgo, ya que una exposición inadecuada a los rayos ultravioleta es la principal responsable de la aparición del melanoma.

Por otra parte, las personas especialmente blancas de piel, que se queman con facilidad al sol y les cuesta broncearse, también son más propensos a la aparición de melanoma y deben, por tanto, ser especialmente cuidadosos con las precauciones a  la hora de tomar el sol.

Este tipo de cáncer puede afectar a cualquier zona de la piel, por ello es preciso proteger incluso los rincones más escondidos de nuestra piel, como detrás de las orejas. Además el melanoma puede afectar también a mucosas, por esto es importante proteger también nuestros ojos y labios.

La primera señal del melanoma suele ser un cambio en el tamaño, color, forma o sensación de un lunar ya existente. No nos alarmemos, los lunares suelen ser benignos, pero si notamos cualquier cambio en alguno de ellos, o la aparición de un nuevo lunar, es importante que acudamos cuánto antes al dermatólogo.

La asociación española contra el cáncer nos proporciona unas sencillas reglas (la regla del ABCD) que nos ayudarán a distinguir un lunar normal de un melanoma:

A: Asimetría: La mitad de un lunar, es diferente de la otra mitad.

B: Bordes irregulares

C: Color: los rojizos, blanquecinos y azulados son los que más deben hacernos sospechar de melanoma.

D: Diámetro: cuándo el lunar mide más de 6 mm o aumenta de tamaño.

             

El melanoma es uno de los cánceres más agresivos que existen. Cuando metastatiza a otro órgano, el pronóstico de la enfermedad empeora drásticamente. Por esta razón es tan importante tomar en serio los consejos para su prevención, ya que nuestra mejor arma contra el melanoma consiste en prevenirlo y detectarlo en estadios precoces de la enfermedad.

Para terminar, recordaré que cuándo toméis el sol no debéis olvidar proteger pequeñas partes de vuestro cuerpo que suelen quedar olvidadas, como las orejas y los labios. Y, por último, ¡debéis proteger SIEMPRE bien vuestros ojos con unas buenas gafas de sol que absorban el 100% de los rayos ultravioletas!

Fuentes: Noticias Médicas / Asociación Española contra el cáncer.