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Colesterol HDL o colesterol “bueno”: ¿no tan bueno?

21 mayo, 2012 12:46

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Típicamente se ha diferenciado el colesterol sanguíneo en colesterol bueno (HDL) y colesterol malo (LDL). Así, se recomienda tener unos niveles de colesterol bueno HDL, como mínimo, por encima de 35 mg/dL en hombres y por encima de 40 mg/dL en mujeres. De la misma forma el colesterol maloLDL debe mantenerse dentro de unos límites y se recomienda que no esté por encima de 100mg/ dL.

El HDL, pues, puede considerarse un factor protector independiente de enfermedades cardiovasculares (ECV). Esto puede respaldarse gracias a estudios como el Framimgham Heart Study (donde se halló una relación inversa entre HDL y ECV), el ARIC study (Atherosclerosis Risk in Communities) o un reciente meta-análisis de 23 estudios (Huxley RR et al, 2011) donde se concluye que los niveles bajos de HDL están asociados con un mayor riesgo de enfermedad coronaria en la población asiática.
Sin embargo, se está haciendo cada vez más evidente que una gran proporción de eventos cardiovasculares ocurren en individuos con niveles de HDL y LDL normales. Este fenómeno podría ser explicado por las diferentes propiedades cualitativas de las HDL (de hecho, se ha encontrado que las partículas HDL varían según el tamaño, forma, antigenicidad y carga). Entra en escena, pues, la calidad de las HDL, es decir la funcionalidad de las partículas de HDL.

Funciones protectoras del HDL

Resumiendo de forma rápida y simplista, algunas funciones del HDL son:
  • Salida de colesterol: cabe recordar que las partículas HDL ejercen su papel protector debido a que transportan el exceso de colesterol de los tejidos al hígado para que sea eliminado. Por tanto, evitan la acumulación de material en las arterias y así disminuye la probabilidad de que “las cañerías se embocen”.
  • Papel anti-inflamatorio: El HDL parece neutralizar el papel pro-inflamatorio de algunas moléculas como la proteína C reactiva. Destacar que el estado inflamatorio desempeña un papel importante favoreciendo las enfermedades cardiovasculares.
  • Propiedades antioxidantes: Las partículas de HDL evitan que el LDL se oxide y pase a ser LDL oxidado (Si el LDL es el malo, el LDL oxidado es el malísimo).

Tu antes molabas

Parece ser que estas funciones protectoras que llevan a cabo las partículas HDL no siempre son igual: no todas las HDL son antioxidantes, antiinflamatorias y eliminan perfectamente los excesos de colesterol de las arterías para evitar su obstrucción. Y esto es debido a las diferencias en la calidad de las HDL.
Se especula que la acción anti-inflamatoria del HDL puede estar influenciada por las condiciones sistémicas. Por ejemplo, una fase agua inflamatoria (como en estados patológicos tales como estrés oxidativo, estado inflamatorio por aterosclerosis o diabetes) convierte el HDL de anti a pro-inflamatorio. Es decir, ese HDL disfuncional no sólo no presenta propiedades anti-inflamatorias, sino que podría agravar la respuesta inflamatoria.
En pacientes con diabetes tipo 2, se han encontrado partículas de HDL pequeñas y densas con una actividad antioxidante disminuida (debido quizás al estrés oxidativo de hiperglucemias e hipertrigliceridemias) e incluso se ha llegado a sugerir que estas partículas con actividad antioxidante reducida pueden ser un nuevo marcador biológico de riesgo cardiovascular.

¿Calidad o cantidad?

Llegados hasta aquí (mis felicitaciones, sé que no es un tema excesivamente ameno para el lector no especializado) podemos ver como unos niveles de HDL altos en sangre no tienen por qué indicar un factor protector si este HDL es en su mayoría disfuncional. Por otra parte unos niveles bajos de HDL puede indicar que hay poca cantidad para llevar a cabo las funciones protectoras pero también puede darse el caso de que ese poco sea muy funcional.
Con esto podemos concluir que el HDL nos sigue dando información valiosa para predecir el riesgo de ECV. Así, se continua asociando unos bajos niveles de colesterol HDL con una mayor probabilidad de ECV. No obstante, unos niveles elevados de HDL no pueden ofrecer la garantía de protección ya que puede darse el hecho de que sea en su mayoría HDL disfuncional. Por ello se están aplicando métodos para medir la funcionalidad de las HDL pero, lamentablemente, sólo en investigaciones experimentales ya que estos métodos son excesivamente costosos para aplicarse en estudios rutinarios de sangre (quizás en un futuro y con más avances científicos se podrá ir al médico y decirle: “Oye Roberto hazme un análisis funcional de mi HDL”, pero por ahora parece inviable)

Referencias:
Aneta Otocka-Kmiecika, Dimitri P. Mikhailidisb, Stephen J. Nichollsc, Michael Davidsond, Jacek Rysze, Maciej Banach. “Dysfunctional HDL: A novel important diagnostic and therapeutic target in cardiovascular disease?” Prog Lipid Res, 2012.
Imagen: colesterolbueno.com