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El casette de los 80 con televisor incorporado, el no-va-más del vintage
¿Quieres un casette de los 80 vintage? ¿Quieres una televisión de la misma época? ¿Y por qué no tener los dos? Sí, esto existió.
3 mayo, 2019 20:02Noticias relacionadas
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Estamos muy acostumbrados a que hoy en día tecnología con la que nuestros padres o abuelos simplemente soñaban. Al no existir los smartphones, Instagram o Bixby la gente tenía que empezar a inventar sus primeros prototipos. Había cierta carta blanca al respecto; incluso un casette de los 80 se podía convertir en un televisor. Espera… es que esto sí existió…
Sí, amigos y amigas. En los años 80 existió un aparato especial, un dispositivo que rompería con todo. Sus diseñadores (por alguna razón que desconocemos) pensaron que sería una gran idea juntar un casette de música con un televisor. Aunque hay que decirlo, no salió especialmente bien…
Sí, a alguien se le ocurrió meter una pantalla en un casette de los 80
Corrían los locuelos años 80. El auge de creatividad estaba más vivo que nunca, y los registros históricos nos hablan de verdaderos portentos tecnológicos que serían la antesala de revoluciones en el futuro. Pero entre tanta idea increíble alguna no podía cuajar. Así nació el casette Mustang con una pantalla incorporada.
Esto no es una broma. Este casette, además de ser un reproductor de música “de los de toda la vida” tenía una genial pantalla de 2.5 pulgadas. No, la pantalla no era a color, y la señal era obviamente analógica. Tú instalabas esto en tu coche y por motivos que escapan a nuestro entendimiento a lo mejor querías estar conduciendo y viendo la televisión en blanco y negro en una pantalla diminuta. Ni que decir tiene que hoy en día no podrías ver la televisión ahí porque ya no hay señal analógica, pero igualmente puedes comprarlo.
La cosa no podía funcionar de forma más simple. Instalabas el aparato en tu coche, admitía los casettes de la época y de mientras en la pantalla se emitía el programa de moda, o los canales que tú quisieras. Sí, esto se instalaba en un coche. Y sí, era para ver la televisión. Podías cambiar el canal con los manditos y podías cambiar entre la radio y el casette. Incluso tenía un control para el brillo.
Por aquel entonces el cacharro costaba 299.95 dólares. Puede parecer un coste prohibitivo incluso para la época, pero ajustándonos a la inflación por lo menos del 2014 el coste subía hasta superar los 700 dólares. Hoy en día los precios oscilan entre los 250 y 300 dólares, aunque hay ofertas que se suben un poco y llegan a valer varios miles de dólares por funcionar. No entendemos en qué momento a alguien se le ocurrió que la gente querría ver la televisión, menos conduciendo y todavía menos en una pantalla tan pequeña. No hemos vuelto a ver nada parecido (si eso el “heredero” espiritual” que es el panel de control de los Tesla), pero nos demuestra 2 cosas: que había inventos muy locos por ahí sueltos y que nos hemos equivocado de época.
Imagen de portada | Mercado Livre