Ya sabes lo básico de la fotografía, te has leído todos los consejos fotográficos para principiantes, ¿pero cual es el siguiente paso que debes dar?

Cuando empiezas con la fotografía, llega un punto en el que ya sabes (o crees saber) todo lo básico y de principiantes que se debe saber. Que si el archiconocido triángulo, que si jugar con la luz de la escena, que si encuadrar… pero quieres un paso más allá, y no sabes cómo hacerlo. Para eso estamos nosotros, para ayudarte a seguir avanzando con varios consejos que te pueden ayudar a ir un paso más allá.

Aprovecha el RAW de tu cámara

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Como muchos sabréis, el formato RAW de las cámaras fotografías guarda toda la fotografía sin compresión, sin perder datos. Ocupa mucho más en comparación al conocido JPEG, pero deberías empezar a usar RAW si no lo habéis hecho hasta ahora; después comprenderéis por qué lo decimos.

Piensa en “sacar” el flash de la cámara

Puede que hayas comprado un flash externo para colocarlo en la zapata de la cámara, o puede que uses el flash integrado de tu cámara. Sea cual sea tu caso, el flash encima de la cámara produce una iluminación demasiado artificial y forzada en muchos casos, piensa cómo puedes “sacar” esa fuente de luz y colocarla en un lugar donde la luz resulte más natural.

Prueba diferentes objetivos

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El objetivo “kitero” que te venía con la cámara puede ser muy útil y bueno, pero si tienes una DSLR o Mirrorless, parte de la gracia es que pruebes a disparar con diferentes objetivos. Fijos, zoom, angulares, macros… existe todo un mundo que explorar, y el cual conseguir depende por completo del tipo de fotografía que quieras hacer.

Mantén limpio tu sensor

Y si eres mucho de cambiar objetivos, es posible que de vez en cuando entre suciedad o cuerpos extraños al sensor o al espejo, motivo por el que -de vez en cuando- es recomendable llevar la cámara a un experto de confianza para que limpien su interior.

Prueba a combinar zoom y exposición

Seguro que todos habéis pintado con luz en una fotografía alguna vez en fotos de larga exposición, pero seguro que no habéis probado a hacer una fotografía de larga exposición y mover el zoom del objetivo mientras tanto. El efecto que puede salir es curioso, aunque requiere algo de práctica hacer cosas chulas de verdad con ello.

Cambia la correa de tu cámara…

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La correa de cuello que te venía con la cámara está bien para un uso ocasional, pero vamos a ser sinceros, es una auténtica molestia si estás sacando fotos día sí y día también. Existen muchas correas mucho más cómodas que puedes comprar y enganchar a tu cámara, tu cuerpo te lo agradecerá.

…o mejor, no la lleves

E incluso tienes la opción de no llevar ningún tipo de correa y llevar la cámara en la mano; las cámaras actuales no son difíciles de agarrar y puede hacerse más cómodo para tí. Eso sí, piensa que ante descuidos o golpes estás más desprotegido, y que las cámaras pueden ser resistentes pero también delicadas.

Hazte con un programa de revelado…

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Si te gusta la fotografía, ya sabrás que buena parte de la magia comienza cuando conectamos la tarjeta a nuestro ordenador y “revelamos” las fotografías. Y seguramente ya sabrás que vale la pena invertir en programas como Lightroom, Afiinity Photo o DxO OpticsPro, pero nosotros te lo recordamos por si acaso.

…y experimenta mucho ante la pantalla

Y una vez tengas un programa con el que trabajar tus fotografías, es importante que aprendas a utilizarlo, y que experimentes con todos los ajustes que puedas. No tengas miedo de meter la pata porque siempre vas a poder volver atrás, y quizás la técnica que descubras experimentando te de un resultado genial.

Imprime tus mejores fotografías

Cualquiera puede compartir una fotografía a través de las redes sociales o subiéndose a una página web, pero lo que no es tan común es imprimirlas, y no es mala idea pensar en imprimir esas fotografías que te parecen geniales, y exponerlas o simplemente tenerlas en un rinconcito de tu hogar.

Compra una nueva cámara cuando sea el momento

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Puede que el ansia por comprar una nueva cámara te domine, pero debes superarlo y no dejarte vencer. ¿De verdad la cámara que tiene se te ha quedado corta, de verdad necesitas cambiar de gama, o quizás con un objetivo nuevo te vaya mejor? Hazte todas esas preguntas antes de dar el salto.

Y, sobre todo, no te canses de disparar

Por último, pero no por ello menos importante, no te canses de sacar fotografías, porque como más se aprende es disparando. Con varias horas de captura y edición puedes aprender mucho más que una semana de empollar libros -aunque a veces esto venga bien-, ¡así que no lo olvides!