Pronto diremos adiós, por fin, a la polémica de las actualizaciones casi forzosas a Windows 10, pero aún quedaba un giro de guión más: la notificación a pantalla completa de Windows 10.

Por si no lo sabías, la actualización a Windows 10 dejará de ser gratuita a partir del próximo 30 de julio, por lo que queda menos de un mes para tomar la decisión. A partir del día siguiente, la actualización costará 119 dólares o el equivalente en tu país.

En Omicrono ya os hemos explicado porqué creemos que deberíais actualizar a Windows 10, pero si no queréis hacerlo, no hay ningún motivo para obligaros. Windows 7 y 8.1 siguen siendo sistemas soportados durante varios años y perfectamente usables.

La actualización a Windows 10, un chiste que se hace largo

Personalmente, que la actualización deje de ser gratuita es un alivio, porque así podemos dejar de escribir artículos sobre la pésima política que ha seguido Microsoft durante este último año, atosigando a los usuarios y metiéndoles Windows 10 aunque no lo quisieran, con la excusa de que “pueden volver a su sistema antiguo”.

windows 10

Es una actitud tan agresiva, que está provocando el efecto contrario al deseado; las notificaciones de Windows 10 se han convertido en un chiste, en un meme que ya asociamos con el típico vendedor pesado que no se calla aunque le cerremos la puerta en las narices. Incluso Microsoft ha tenido que pagar 10.000 dólares a una mujer porque supuestamente su ordenador se actualizó a Windows 10 sin su permiso.

Pero antes de poder dar por zanjado el tema para siempre, Microsoft se guardaba un as en la manga. O una porra, depende de como lo mires: la notificación a pantalla completa de Windows 10.

Es exactamente lo que te imaginas. Mientras estás usando Windows 7 o Windows 8.1, te puede aparecer una pantalla, de repente y por las buenas, con un mensaje de que te quedan pocos días para actualizar a Windows 10. No importa lo que estés haciendo, ni escribiendo, ni leyendo, la notificación ocupa toda la pantalla y reclama que le hagas caso.

Así es la notificación a pantalla completa de Windows 10

windows actualizacion

No, en serio, ¿en qué estáis pensando, Microsoft? ¿De verdad tenéis en tan poca consideración nuestro trabajo, nuestro ocio, el tiempo que pasamos delante de la pantalla usando vuestro sistema operativo? ¿Realmente la mejor solución al problema de actualizar a Windows es ocupar toda la pantalla?

Las anteriores notificaciones ya eran suficientemente malas, pero al menos podíamos ignorarlas y continuar lo que estábamos haciendo; esta notificación a pantalla completa nos pide nuestra completa y absoluta atención, nos pide tomar una decisión en el momento que podría afectarnos seriamente en los años venideros.

Microsoft pide perdón en el propio mensaje por interrumpirnos, porque al parecer para la compañía es mejor pedir perdón que pedir permiso. La compañía además se excusa en que en la pantalla ofrece varias opciones por si no queremos tomar la decisión ahora, pero esa no es justificación alguna.

windows actualizacion

Además, las opciones que nos presenta son confusas. Primero tenemos el botón de actualizar, que ya está resaltado por si la notificación aparece mientras estamos haciendo algo y pulsamos “Intro” sin querer (muy picarescos ahí, Microsoft), y luego tenemos el botón de “Recuérdame más tarde”, pero además tenemos dos botones más a la izquierda. Con uno de ellos podemos hacer que nos notifiquen tres veces más, y el otro podemos hacer que no nos notifiquen más.

Así que si no queremos tomar la decisión ahora, y que la notificación salte en otro momento, ¿qué botón pulsamos, el de “recuérdame más tarde”, o el de “notifícame tres veces más”? Si pulso el primero ¿cuántas veces seré notificado? Y si pulso el segundo y falta sólo un día para el fin de la oferta, ¿Cuándo serán esas tres notificaciones?

Estoy bastante cansado de todo esto, por si no se me nota. Con un poco de suerte, esta será la última vez que tenga que hablar de la horrorosa política de Microsoft, pero conociendo a la compañía, son capaces de montar otra polémica en las cuatro semanas que quedan.