Wikileaks ha revelado que puede que Google no sea un aliado tan bueno como se pensaba para llevar los secretos más oscuros de los gobiernos a los ciudadanos.

La organización Wikileaks nació para hacer públicos los documentos y las prácticas que los gobiernos de todo el mundo no quieren que sepan sus ciudadanos, desde los sistemas de espionaje usados hasta la filtración del software usado o los acuerdos secretos. Por supuesto todo eso les supone llevar una diana muy grande encima de parte de todos los servicios de inteligencia del mundo; el problema llega cuando las compañías privadas de Internet les ayudan.

El mes pasado se supo que Google aportó información al FBI sobre tres usuarios relacionados con Wikileaks: el editor Joseph Farrel, la portavoz Kristinn Hrafnsson y la periodista Sarah Harrison. Esto, aunque es polémico, es algo que no sorprende, ya que todas las empresas de Internet están obligadas a seguir las leyes y las órdenes judiciales de los países en los que operan, y en muchos casos estas órdenes incluyen secciones que obligan a las empresas a no informar de este hecho durante un tiempo.

Google da los datos de usuarios al FBI después de una orden judicial

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Como digo, aunque podemos no estar de acuerdo con las leyes estadounidenses, eso no debería ser nuevo para nadie y no es el verdadero problema. No, el verdadero problema en este caso ha sido que Google no informó a sus usuarios de que el FBI tenía sus datos cuando el plazo de tiempo de la orden terminó. En total Google esperó seis meses, hasta que el 23 de Diciembre pasado informó a los tres de que había entregado documentos relacionados con sus cuentas al FBI, sin especificar qué tipos de datos eran.

La orden del juez federal del caso fue dada en Marzo de 2012, y esta les obligaba a no informar a sus usuarios; pero esta orden fue levantada en Mayo del año pasado, y Google decidió seguir esperando por alguna razón antes de avisar a sus usuarios. Wikileaks sospecha que recibió los avisos el día antes de Navidad para hacer que las noticias se hundiesen y se olvidasen entre el jaleo de las fiestas.

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Mientras el abogado de Wikileaks se pregunta públicamente cuál fue el motivo de este retraso de seis meses, Google ha comunicado en una nota que “lamentablemente” las órdenes judiciales les impiden informar a sus usuarios y que en el pasado rechazaron algunas de estas órdenes y gracias a eso pudieron avisar a otros usuarios de la organización.