Aunque hoy en día Microsoft domine el mercado de los sistemas operativos de escritorio, con Windows 8 han querido adaptarse a un nuevo paradigma tecnológico. Ya no es tan importante el sistema operativo en sí tanto como lo son las aplicaciones de las que este dispone. Discutir sobre si un SO es bueno o malo ya no tiene sentido, porque ahora todos son buenos (con sus pros y sus contras, por supuesto). Lo realmente importante hoy en día es una gran variedad de aplicaciones de calidad, eso es lo que el usuario demanda.

Android domina el mercado de sistemas operativos móviles con una cuota del 68.1%, y Apple lo sigue por detrás con el 16.9%. Con una suma conjunta del 85% de la cuota de mercado de smartphones, dejan muy poco para que se repartan entre el resto, que es donde se encuentra Windows Phone actualmente con un 3.5%. Para hacernos a la idea de lo baja que es esta cifra, en el mercado actualmente contamos con un 2.3% de smartphones con Linux. ¿Alguno habéis visto tiendas que vendan estos dispositivos? Pues aún así están tan cerca de Windows Phone.

La jugada de Microsoft ha sido crear un nuevo sistema operativo multiplataforma, para que la transición de escritorio a smartphone o tablet sea mucho más sencilla, intuitiva y directa para el usuario, confiando en que esto expanda el nuevo Windows 8. Dominando por goleada los PCs de todo el mundo, su idea ha sido que si ese mismo sistema se puede llevar a sus smartphones, tablets y otros dispositivos, de una manera especialmente orientada al mundo táctil, ¿por qué no iba a hacerse con un buen trozo del pastel? Por supuesto la parte smartphones tiene su versión independiente, Windows Phone 8, pero forma parte del mismo todo.

La idea está muy bien pensada, y Microsoft tiene todas las de llegar a triunfar más allá del ordenador personal, pero queda mucho camino por hacer. Windows 8 llama mucho la atención, por su extremada sencillez para unos y por lo bien que funciona para otros, pero lo cierto es que es un gran sistema operativo que ha sabido adaptarse a tiempos más modernos. Con un porcentaje tan alto de usuarios es normal que siempre escuchemos y leamos muchas críticas negativas, pero lo cierto es que Windows 8 es muy buen sistema operativo.

Pero falta un paso clave para Microsoft. Cuando a un usuario medio se le plantea pasar de Windows a Linux, o incluso a MacOS, suele surgir siempre una duda: El problema de las aplicaciones. El problema de las aplicaciones es la creencia del usuario de que en Windows puede hacer cosas de las que no sería capaz el Linux (y en ocasiones en MacOS). No voy a entrar en si existen alternativas o si esto es verdadero o falso, ya que lo que quiero transmitir es otra cosa, precisamente lo que hay dentro de la cabeza del usuario, que es la importancia que le da a las aplicaciones como para ni plantearse un cambio de sistema operativo. La idea es: “Me da igual que otro sistema operativo sea mejor o superior, yo quiero mis aplicaciones”.

Windows cuenta en PCs con esa ventaja, ¿pero la podrá mantener para dispositivos móviles? Lo cierto es que a día de hoy no. El mercado de aplicaciones de Windows Phone es muy inferior al de Android y Apple, no sólo en cantidad, sino también en calidad. Lo primero que habría que hacer es hacer una serie de aplicaciones básicas mucho mejores, como pueden ser Whatsapp, Twitter, Facebook, Foursquare y una cuantas más que el usuario medio necesita como indispensables. A partir de ahí habría que apostar por la cantidad, pero nunca bajando la calidad, ya que es clave para que esta idea funcione.

Microsoft puede conseguir perfectamente que el usuario apueste por Windows 8 como sistema operativo para sus terminales móviles debido a la facilidad que le va a suponer la transición entre su PC y su smartphone o tablet, pero no lo va a poder materializar hasta que sus aplicaciones no mejoren. Puede que a día de hoy no sean malas, pero ahora mismo se necesita un nivel muy alto, y sí que están por debajo de este. Puede que la sincronización entre todos sus aparatos con Windows 8 y un buen funcionamiento general sean muy importantes, pero por ahora la gente necesita poder “hacer lo mismo que mis amigos y familiares con su iPhone o Android“.