Aunque suene a ciencia ficción, la idea del televisor enrollable ya es real y existe. Es un concepto al que le queda recorrido, pero LG ha sido la pionera en este campo reventando el pasado 2019 presentando su primer prototipo. La idea era simple: una caja donde se guardaba el televisor y este se desplegaba de abajo a arriba siendo la caja una barra de sonido.

Este año difícilmente LG se podía superar. Y lo cierto es que no lo ha hecho; ha mostrado un televisor enrollable, sí, pero no ha innovado más que en el factor de forma. No nos malentendáis, el trabajo de LG es impresionante y el formato flexible permite posibilidades prácticamente infinitas. Esta vez LG ha decidido darle la vuelta (literalmente) a la idea. Ahora la pantalla se despliega de arriba a abajo, como pasa con las pantallas de cine domésticas.

Esta vez LG apuesta porque el televisor se despliegue del techo y aparezca ante el usuario. Un concepto muy similar al de los proyectores hoy en día pero con la ventaja de no necesitar proyector, ya que es la misma TV la que muestra la información de forma independiente.

Un proyector hecho TV: el nuevo televisor enrollable de LG baja como una pantalla de cine

Como se mostró en el primer prototipo que LG mostró, el televisor necesitaba de una base de la cuál salir hacia arriba. Esto implicaba que para poner el televisor era implícito tener una base de TV (la cuál era la propia barra de sonido) y por ende estar estática en una parte de la casa. La nueva idea evita la base por completo.

LG, aunque ha presentado este concepto, no lo ha mostrado aún al mundo. Exacto, se lo está reservando para el CES de Las Vegas 2020, en el que mostrará como funciona el mecanismo. De momento LG solo se ha limitado a decir que el televisor "está guardado en el techo y se puede desplegar y enrollar cuando se desee". Tendremos que esperar unos pocos días para ver cómo funciona, pero una cosa es segura; LG tendrá que ingeniarselas mejor si quiere innovar de verdad en el inexistente mercado de televisores enrollables.

Origen | The Verge