Hoy os traemos una historia un poco peculiar, ya que hoy hablaremos de los Kirguiz, una pequeña etnia asiática que tiene un curioso cariño a los móviles, aunque no los usan de forma demasiado parecida a nosotros (pero casi).

Los son un pequeño pueblo de apenas 4.000.000 de habitantes que vive diseminado por diferentes países. En China, por ejemplo, es considerado una de las 56 etnias oficiales del país, en el cual tan sólo habitan unos 160.000 kirguiz, ya que el resto está repartido sobre todo por Kirguistán.

Y, si están tan repartidos, ¿en qué idioma hablan? Pues, al tener orígenes turcos y mongoles, usan la lengua kirguiz, una rama de las lenguas túrquicas (para que os hagáis una idea, ahora mismo existen unas 1.600 lenguas diferentes en el mundo, aunque muchas en peligro de extinción).

En cuanto a su cultura, y aquí viene la gracia de su relación con los móviles y nuevas tecnologías, son un pueblo nómada. Es decir, viven en tiendas de campaña y se trasladan continuamente de un lado a otro, ya que la zona donde habitan suele tener temperaturas extremas. Además, también son buenos ganaderos y recolectores, es decir, se dedican a la agricultura y a los animales. Y estos animales son los que usan como forma de pago por la tecnología.

Si si, como lo leéis, allí el tema de la cobertura e Internet no funciona muy allá, pero a los kirguiz les pierden los móviles, les encantan vaya. Para conseguirlos, usan la antigua técnica del trueque: por un móvil pueden ofrecer una oveja, por ejemplo. Y os preguntaréis, ¿si no tienen cobertura, para que usan el móvil? Bueno, pues para otras cosas, sobre todo escuchar música y hacer fotos.

Este mes de febrero tenéis un completo reportaje acerca de todo lo que os he contado hoy en National Geographic, así que si tenéis curiosidad por este pequeño pueblo nómada enamorado de los móviles, es una buena oportunidad para ampliar conocimientos. Nosotros estaremos al tanto para contaros más sobre este pueblo del que es muy difícil obtener cualquier tipo de información.

vía | TechArtichoke