Lanzamiento del Ariane 6

Lanzamiento del Ariane 6 ESA

Aviación y Espacio

Del cohete reutilizable español a un laboratorio orbital: el plan de Europa para igualar la carrera espacial de EEUU y China

La Conferencia Ministerial de la ESA que se celebra esta semana en Alemania pretende reforzar la autonomía y el acceso al espacio de Europa.

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El acceso al espacio es uno de los ejes clave del tablero geopolítico e industrial a lo largo del siglo XXI. El claro dominio de SpaceX y Elon Musk con sus cohetes reutilizables, con la capacidad de realizar entre 150 y 200 lanzamientos al año, sumado a la pujanza del New Glenn de Blue Origin, sitúan a EEUU a la cabeza en un campo cada vez más disputado.

China también está haciendo grandes progresos, con una amplia variedad de lanzadores medianos y superpesados con etapas reutilizables y tecnologías inspiradas en los Falcon 9 y Starship de SpaceX. Los cohetes Tianlong-3, Zhuque-3 y Long March 9, junto con un ecosistema privado cada vez más competitivo, buscan consolidar una capacidad de lanzamientos diseñada para competir de tú a tú con el gigante estadounidense.

Mientras tanto, ¿qué hace Europa? Esta semana se celebrará en Bremen (Alemania), la Conferencia Ministerial de la Agencia Espacial Europea (ESA), una cita donde se definirán las prioridades de financiación y las futuras actividades del sector espacial europeo hasta 2040, siempre que los estados miembros garanticen los fondos necesarios.

Se necesita más inversión y una visión a largo plazo para aprovechar y potenciar los avances tecnológicos que sitúan la órbita terrestre y las futuras misiones a la Luna y Marte mucho más cerca de lo que han estado en los últimos 70 años.

Eso se materializa en los programas European Launcher Challenge (ELC), para impulsar el desarrollo de lanzadores comerciales europeos, y el Future Launchers Preparatory Program, que pretende desarrollar y demostrar tecnologías clave para las misiones espaciales europeas, como un laboratorio robótico orbital o propulsión nuclear para misiones en el espacio profundo.

Lanzamiento de Vega-C

Lanzamiento de Vega-C Rodrigo Mínguez Omicrono Kourou (Guayana Francesa)

Días antes de la Ministerial, la ESA organizó un briefing en el que participó EL ESPAÑOL-Omicrono y en el que se presentaron algunas de las líneas generales de su Estrategia 2040. La apuesta pasa inicialmente por duplicar la frecuencia de lanzamientos de Ariane 6 y Vega-C, pero la clave a medio y largo plazo es apostar por nuevos lanzadores reutilizables como el Miura 5, desarrollado por la compañía española PLD Space.

"El European Launcher Challenge será un hito con esta ministerial. Ya hemos franqueado diversas etapas tras la decisión que se tomó en Sevilla [en el Space Summit de 2023] y, en este ámbito, lo que intenta la ESA es actuar como un cliente de servicios de lanzamiento", señala una de las portavoces de la Agencia Espacial Europea. "Lo que queremos es expandir estos servicios y contribuir a la diversificación".

El lanzador español

La preselección de la compañía ilicitana PLD Space entre las cinco candidatas del ELC ha supuesto un empuje sin precedentes para una de las apuestas más ambiciosas de la industria aeroespacial de nuestro país.

La ESA aportará hasta 169 millones de euros por cada empresa para "cofinanciar servicios de lanzamiento y aumentar las capacidades de estas compañías". Así, la inversión se dividirá en dos fases: una para servicios de lanzamientos institucionales entre 2026 y 2030 y otra para demostraciones tecnológicas de nuevas capacidades, que deberá incluir al menos un vuelo orbital de prueba antes de 2027.

Primer Modelo de Calificación del Miura 5

Primer Modelo de Calificación del Miura 5 PLD Space

Los plazos son muy exigentes y por eso la empresa española avanza sin descanso en su propósito de lanzar el primer cohete Miura 5, aunque todavía debe superar algunas fases críticas. La última, completada la semana pasada, es la presentación de la primera unidad integrada del lanzador, el denominado como Modelo de Calificación 1 (QM1).

Según explican, se trata de "un avance decisivo en la campaña de validación del lanzador orbital". Y es que, "esta unidad permitirá completar los ensayos de subsistemas completos del cohete, como la primera y la segunda etapa, en condiciones reales".

PLD Space presenta sus planes de futuro, europeos en orbita y hasta carga en Marte

El objetivo es tener listas tres unidades integradas del Miura 5 en un plazo de al menos 5 meses, entre ellas el QM2, y presentar el cohete de vuelo en el primer trimestre de 2026, preparado para lanzarse desde Kourou, el puerto espacial de la ESA en la Guayana Francesa.

Miura 5 es sólo la primera fase de la estrategia a largo plazo de PLD Space. La apuesta más importante es el Miura Next, un cohete pesado diseñado para ofrecer alta cadencia y reutilización total, para posicionar a la compañía como una de las pioneras del sector en el continente europeo.

Otros candidatos

PLD Space no estará sola en esta tarea. Los demás candidatos preseleccionados en el ELC han mostrado progresos significativos y están ultimando los preparativos para los primeros vuelos de prueba en 2026. La clave es abaratar el acceso al espacio y garantizar la autonomía europea, para no depender de los servicios de empresas como SpaceX.

Por ejemplo, la francesa MaiaSpace avanza con el desarrollo de Maia, un lanzador mediano 100% reutilizable basado en el motor Prometheus de metano, con tecnología de aterrizaje vertical similar al Falcon 9 de SpaceX. De hecho, la empresa tiene contratos ya firmados para lanzamientos comerciales e institucionales si la validación tecnológica se cumple el año que viene.

Lanzamiento de prueba del cohete Spectrum

Lanzamiento de prueba del cohete Spectrum ESA Omicrono

La alemana Isar Aerospace se ha centrado de momento en el microlanzador Spectrum, diseñado para lanzamientos comerciales de satélites pequeños. Ya han llevado a cabo los primeros vuelos suborbitales y han anunciado la futura incorporación de tecnologías de recuperación y reutilización para reducir costes y aumentar la frecuencia de lanzamientos.

En esa misma línea trabaja la también alemana Rocket Factory Augsburg con el RFA One, centrado en cargas medianas y en recuperar la primera etapa del lanzador mediante retropropulsión. Han completado con éxito las pruebas de integración de su sistema de motores Helix y ya preparan los que serán sus primeros vuelos orbitales, aunque también han sufrido importantes reveses, como la explosión del primer RFA One provocada por una "anomalía".

Por último, la británica Orbex busca validar Prime, el primer lanzador comercial europeo impulsado por bio-propano. De momento ha superado varias pruebas en sus instalaciones escocesas y será uno de los primeros en operar desde el puerto espacial de SaxaVord, en las remotas islas Shetland escocesas.

En ese sentido, la ESA también quiere reforzar las capacidades de sus infraestructuras de lanzamiento, empezando por las de Kourou en la Guayana Francesa, pero también sentando las bases para poder realizar lanzamientos desde el territorio del continente europeo.

"No solo nos ocupamos de los lanzadores, sino también de las infraestructuras que apoyan estas tecnologías en tierra, para que sean sólidas, modernas y resilientes y que puedan soportar también un ritmo de lanzamiento más elevado y dar respuesta a las futuras misiones", señalan desde la agencia espacial.

Asó, además de modernizar las instalaciones de Kourou para poder aumentar la cadencia de lanzamientos anual de los lanzadores Ariane 6 y Vega-C (de 6 a 12 en el primer caso y de 3 a 6 en el segundo), el programa Boost permitirá ofrecer apoyo técnico tanto en SaxaVord como en Andøya Space, el puerto espacial de Noruega.

Ilustración digital del puerto espacial de SaxaVord

Ilustración digital del puerto espacial de SaxaVord SaxaVord Omicrono

La red de infraestructuras europeas se complementará con el Centro de Ensayos de El Arenosillo, en Huelva, especializado en pruebas de cohetes y validación de tecnologías aeroespaciales, y el Centro Espacial Esrange en Suecia para lanzamientos suborbitales.

Laboratorios en órbita y energía nuclear

El otro gran pilar de la Estrategia 2040 de la ESA es el Future Launchers Preparatory Program, que pretende desarrollar y demostrar tecnologías clave para la próxima generación de lanzadores. En este caso, además de los sistemas reutilizables, los esfuerzos se centrarán en "la propulsión avanzada, logística espacial y las infraestructuras orbitales".

Uno de los proyectos más importantes, sobre todo teniendo en cuenta el plan para deorbitar la Estación Espacial Internacional antes de 2030, es el llamado Space Rider, que aspira a convertirse en el primer sistema de transporte espacial europeo reutilizable y no tripulado, diseñado para proporcionar acceso frecuente y de bajo coste a la órbita terrestre baja.

Con un vuelo inaugural previsto para 2027 a bordo de un cohete Vega-C, este vehículo "del tamaño de dos minibuses" funcionará como un laboratorio robótico autónomo capaz de permanecer en el espacio durante dos meses para realizar experimentos en microgravedad y validar nuevas tecnologías antes de regresar a la Tierra.

Ilustración del laboratorio orbital Space Rider

Ilustración del laboratorio orbital Space Rider ESA Omicrono

Su principal innovación reside en su capacidad de recuperación total: tras completar su misión, realizará una reentrada controlada y aterrizará con precisión en una pista convencional utilizando un parafoil, transportando hasta 800 kg de carga. Una vez en tierra, el vehículo se descarga y reacondiciona en un periodo aproximado de seis meses, quedando listo para su siguiente lanzamiento.

La otra vía para potenciar las capacidades futuras de la ESA es el de la propulsión y la gestión de energía. Y en ese campo, además de un motor de alto empuje para Vega-C, y Astris, una etapa de inyección para Ariane 6, destaca el programa ENDURE (siglas de EuropeaN Devices Using Radioisotope Energy).

Esta iniciativa persigue la autonomía tecnológica de Europa en energía nuclear espacial, eliminando la dependencia de potencias como EEUU o Rusia. Su meta es permitir la exploración y la permanencia en el espacio en zonas sin luz solar suficiente, como las largas noches lunares o los confines del Sistema Solar.

La tecnología se basa en el uso de Americio-241, un isótopo extraído de desechos nucleares civiles, que ofrece una vida útil de 432 años, frente a los 88 años que ofrece el plutonio. Este combustible alimentará tanto calentadores (RHU) como generadores de electricidad (RTG), necesarios para mantener operativas las naves en entornos extremos.

Con contratos industriales ya firmados con socios como Framatome y el Laboratorio Nacional Nuclear británico (NNL), la ESA planea tener esta capacidad operativa en torno a 2030. El estreno de esta tecnología está previsto en el recién presentado módulo de aterrizaje lunar Argonaut, y garantizará su supervivencia en la superficie lunar.