El rover Perseverance en Marte.

El rover Perseverance en Marte. NASA Omicrono

Aviación y Espacio

Las 4 claves del hito de la NASA en Marte: de las posibles señales de vida a la dificultad de traer las muestras a la Tierra

El nuevo hito de la agencia espacial y el rover Perseverance acerca un paso más la confirmación de la presencia de vida en la superficie marciana.

Más información: El ambicioso plan de Elon Musk para llegar a Marte: "Dentro de dos años enviaremos nuestras primeras naves sin tripulación"

Publicada
Actualizada

¿Hay vida en Marte? Parece una pregunta simple y directa. Sin embargo, la respuesta es tan compleja como llegar a la superficie del planeta rojo, a más de 400 millones de kilómetros de la Tierra, y traer muestras de vuelta que puedan demostrarlo.

Sin embargo, cada vez parece más cercana la confirmación definitiva de que, al menos en algunas zonas del planeta, se han dado (y se pueden volver a dar) las condiciones compatibles con la vida tal y como la conocemos en nuestro planeta.

El último descubrimiento de la NASA se dirige claramente en esa dirección. Gracias al rover Perseverance y a su recolección de rocas marcianas para su posterior análisis, se han encontrado procesos químicos comparables con los encontrados en la Tierra en lagos antárticos.

Imagen de la zona del cráter Jezero donde se localizó la muestra

Imagen de la zona del cráter Jezero donde se localizó la muestra NASA Omicrono

Es un nuevo paso, el más decisivo hasta la fecha, en la búsqueda de vida compatible con el carbono en Marte. "Esta clase de firma parece biológica, el equivalente de restos de comida dejados por un microbio hace millones de años", aseguró Nicky Fox, administradora asociada de la NASA y responsable de la Dirección de Misiones Científicas durante la rueda de prensa para presentar el hallazgo.

La complejidad del descubrimiento se explica con detalle en un artículo científico publicado en Nature, en el que han participado los españoles Alberto González Fairén y Felipe Gómez. La muestra, bautizada como Cañón Zafiro, fue recolectada por el rover Perseverance en julio de 2024 en el borde del Valle de Neretva, en la formación conocida como Bright Angel.

Animación del agua fluyendo en Neretva Vallis

"Estos resultados, obtenidos de un meticuloso análisis, nos sirven para comprender cómo diseñar la siguiente misión que enviemos a Marte, primero con misiones robóticas y después con humanos", añadió Fox.

En cualquier caso, los científicos siguen siendo muy prudentes pese al gran potencial del descubrimiento. Su consecuencia más directa, en lo que más han insistido los científicos participantes en el proyecto, puede implicar que Donald Trump suavice los enormes recortes impuestos a la NASA.

Sería un paso imprescindible para resucitar la misión Mars Sample Return (MSR) herida de muerte por la falta de presupuesto, problemas técnicos y retrasos—, diseñada para recuperar las muestras y traerlas a la Tierra para poder estudiarlas en mayor profundidad.

El hallazgo

El cráter Jezero fue seleccionado como lugar de aterrizaje del rover Perseverance debido a su diversidad geológica y a las pruebas de actividad acuática en el pasado. El rover ha explorado terrenos ígneos y sedimentarios, incluida la formación Bright Angel, un conjunto de lutitas expuestas en Neretva Vallis.

Estas rocas, con unas singulares manchas de leopardo, son de especial interés porque contienen materia carbonosa y conjuntos minerales que podrían haberse formado en condiciones habitables.

Los autores del artículo señalan que el rover Perseverance identificó nódulos de minerales inusuales (vivianita y sulfuro de hierro) en rocas de fango ricas en arcillas en esta zona sedimentaria, depositadas por antiguos sistemas acuáticos. En concreto, la roca que contiene la muestra tiene forma de punta de flecha tiene un metro de largo y los científicos le han puesto el nombre de Cheyava Falls.

Imagen de la muestra con posibles biofirmas

Imagen de la muestra con posibles biofirmas NASA Omicrono

La abundancia de fosfatos (especialmente vivianita) es de gran importancia biológica, y su presencia en Marte refuerza la hipótesis de ambientes con química redox potencialmente prebiótica. Este término hace referencia a reacciones químicas que podrían haber ocurrido en la Tierra primitiva y que fueron cruciales para crear las moléculas orgánicas necesarias para que la vida surgiera.

"La formación Bright Angel contiene texturas, características químicas y minerales, y firmas orgánicas que justifican su consideración como 'posibles biofirmas'", señalan los autores en el artículo. Este concepto define elementos que son compatibles con los procesos biológicos pero todavía no se pueden entender como la confirmación definitiva de vida en Marte.

De hecho, según relata el informe, este descubrimiento "desafía al investigador a atribuirla a procesos inanimados o biológicos, lo que le obliga a recopilar más datos antes de llegar a una conclusión sobre la presencia o ausencia de vida".

Y ahí está el siguiente desafío, en "más investigación in situ, en laboratorio, mediante modelos y análogos de campo", lo que implicaría la reactivación de la MSR que, tras sucesivos retrasos y problemas presupuestarios, puede responder de una vez por todas a la pregunta de si hay vida en Marte.

El rover Perseverance

El lanzamiento de este vehículo robótico se llevó a cabo empleando el cohete Atlas V, fabricado por Lockheed Martin y una de las plataformas con más experiencia en este campo. Un viejo conocido de la NASA que se empleó en los viajes del rover Curiosity -del que el Perseverance hereda gran parte de la tecnología- y del robot InSight.

La zona de aterrizaje concreta se estableció en el antiguo delta producido por un río en el Cráter Jezero, una de las zonas identificadas para encontrar evidencias de vida antigua a través de marcas en rocas. Precisamente, la principal tarea del rover en este tiempo ha sido (y seguirá siendo) la de recopilar muestras de roca y suelo para su posterior análisis.

Misión del rover Perseverance

El vehículo tiene aproximadamente el tamaño de un automóvil, dimensiones similares a las del Curiosity. Sin incluir el brazo, mide 3 metros de largo, 2,7 metros de ancho y pesa 1.025 kilogramos. A bordo están instaladas un total de 23 cámaras, un par de micrófonos y una cantidad considerable de sistemas de medición científica, incluida una estación meteorológica de fabricación española.

El proceso de análisis de una roca marciana por parte del rover es una secuencia meticulosa que comienza mucho antes de obtener los primeros datos químicos.

Para asegurar mediciones precisas, el rover primero prepara la superficie del objetivo, ya sea limpiando el polvo con herramientas de gas o utilizando una broca para rasparla y exponer material fresco del interior en un círculo de unos 5 cm de diámetro.

Una vez que la superficie está lista, instrumentos en el mástil como la Mastcam-Z capturan imágenes panorámicas y a color que sitúan la muestra en su contexto geológico.

Rover Perseverance e Ingenuity.

Rover Perseverance e Ingenuity. NASA/JPL-Caltech

A continuación, el rover acerca su brazo robótico para realizar un examen más exhaustivo con cámaras de alta resolución como WATSON y ACI, que revelan la textura y los granos finos de la roca con un detalle casi microscópico. Con este mapa visual ya establecido, se despliegan los instrumentos de análisis principales.

El más importante en esta ocasión ha sido el instrumento SHERLOC, que utiliza espectroscopía Raman para buscar moléculas orgánicas, identificando una señal específica conocida como "banda G" que indica la presencia de carbono orgánico.

Finalmente, el instrumento PIXL realiza un escaneo con fluorescencia de rayos X para crear mapas detallados de la composición elemental de la roca, mostrando dónde se concentran el hierro, el fósforo o el sílice y, además, puede analizar cómo se difractan los rayos X para determinar la estructura y el tamaño de los cristales minerales.

Anteriores descubrimientos

Desde que empezó a recorrer la superficie de Marte, Perseverance ha dado mucho de qué hablar. Y no sólo por sus hallazgos científicos o por las espectaculares fotos del planeta rojo, sino por la presencia de extraños objetos y formas, como una puerta, lo que parece basura procedente de la Tierra o un curioso filamento en el portabrocas.

Primera foto de Perseverance captada desde la superficie de Marte. / NASA

Primera foto de Perseverance captada desde la superficie de Marte. / NASA

Más allá de estos descubrimientos virales, refutados rápidamente por científicos e ingenieros de la NASA, fue en junio de 2022, cuando la agencia espacial dio a conocer los primeros resultados de las muestras encontradas por Perseverance.

Desde entonces, el rover ha transformado la visión de los investigadores sobre el cráter Jezero. Aunque se esperaba encontrar rocas sedimentarias en el lecho de lo que fue un antiguo lago, las primeras perforaciones y análisis revelaron que el suelo del cráter está compuesto principalmente por rocas ígneas, es decir, de origen volcánico.

Gracias a PIXL, los análisis mostraron grandes cristales de olivino rodeados de piroxeno. Esta estructura indica que las rocas se formaron a partir de magma que se enfrió lentamente, ya sea en un flujo de lava grueso o en una cámara subterránea que más tarde quedó expuesta por la erosión.

A pesar de su origen volcánico, estas rocas cuentan una segunda historia de carácter acuático. El equipo científico del Perseverance confirmó que estas rocas ígneas han sufrido una profunda alteración por el agua en múltiples ocasiones desde su formación. Esta interacción con el agua, que se produjo hace miles de millones de años, disolvió algunos de los minerales originales y depositó sales como sulfatos y carbonatos en sus grietas y cavidades.

Estos minerales secundarios son de un interés científico extraordinario. En la Tierra, los carbonatos son conocidos por su capacidad para atrapar y preservar biofirmas, como microfósiles o rastros químicos de vida. Por ello, las primeras muestras de núcleo rocoso recolectadas por Perseverance se centraron en estas rocas ígneas alteradas, ya que representan un entorno potencialmente habitable donde la vida microbiana pudo haber prosperado.

Además de la búsqueda de biofirmas, uno de los hitos tecnológicos más importantes de la misión ha sido el éxito del instrumento MOXIE (Mars Oxygen In-Situ Resource Utilization Experiment). Este dispositivo ha demostrado por primera vez que es posible convertir el dióxido de carbono de la delgada atmósfera marciana en oxígeno.

MOXIE ha llegado a producir hasta 12 gramos de oxígeno por hora con una pureza del 98%, una tecnología crucial para futuras misiones tripuladas, ya que el oxígeno es vital tanto para la respiración de los astronautas como para la producción de combustible para el viaje de regreso.

Retorno de las muestras

El último descubrimiento de Perseverance puede suponer la reestructuración y reactivación definitiva de la Mars Sample Return, la ambiciosa campaña multimisión conjunta de la ESA y la NASA que pretende recuperar las 27 muestras recolectadas y almacenadas por el rover en tubos de titanio desde su llegada a Marte.

Perseverance almacena las muestras en tubos de titanio.

Perseverance almacena las muestras en tubos de titanio. NASA / JPL Caltech Omicrono

La necesidad de traer de vuelta los materiales recogidos en el planeta empezó a plantearse en los años 70 del pasado siglo, antes incluso de las misiones Apolo, y fue cogiendo forma tras sucesivos programas y proyectos cancelados o retrasados dadas las dificultades técnicas y presupuestarias de una empresa tan compleja.

El principal obstáculo actualmente es el presupuesto. La estimación de costes de la misión se ha disparado desde los aproximadamente 4.000 millones de euros iniciales hasta una cifra que ahora se sitúa entre los 8.000 y 11.000 millones de euros.

Este drástico aumento ha obligado a la NASA a paralizar el desarrollo del proyecto y a buscar arquitecturas alternativas más sencillas y económicas, retrasando la posible llegada de las muestras hasta la década de 2040, en lugar de 2033 como se planeó originalmente.

Desde el punto de vista tecnológico, MSR es una cadena de 'primeras veces' que deben funcionar a la perfección. El plan requiere el aterrizaje de un módulo de gran tamaño, el Sample Retrieval Lander (SRL), que transportará un pequeño cohete llamado Mars Ascent Vehicle (MAV). Este sería el primer cohete en despegar desde la superficie de otro planeta, una maniobra nunca antes intentada.

Una vez en órbita marciana, el contenedor con las muestras, del tamaño de una pelota de baloncesto, deberá ser capturado por otro vehículo, el Earth Return Orbiter (ERO), desarrollado en gran parte por la ESA con una importante participación española.

El ERO tendrá que ser capaz de localizar, capturar y sellar herméticamente el paquete para garantizar la protección planetaria y evitar cualquier tipo de contaminación al regresar a la Tierra. Cada uno de estos pasos conlleva un riesgo tecnológico extremo y eleva la complejidad y el coste de la misión, que también requerirá la inversión en costosos laboratorios para evitar la contaminación terrestre con partículas procedentes de un planeta como Marte.

Preguntado al respecto durante la rueda de prensa de ayer, Sean Duffy, administrador provisional de la NASA nombrado por Trump, contestó: "Vamos a estudiar presupuestos, tiempos y valoraremos cómo aprovechar mejor el dinero, qué tecnología tenemos para traer esas muestras rápido".

Su obsesión, por lo visto en la transmisión del evento, parece ser ganar la segunda carrera espacial contra China, lo que puede ayudar a que el actual presidente de EEUU reconsidere su 'hachazo' al presupuesto de la agencia espacial. "Si no tenemos los recursos iré al congreso y al presidente para conseguir el dinero. El presidente ama el espacio", concluyó.