X-59 de la NASA.

X-59 de la NASA. NASA Omicrono

Aviación y Espacio

El 'Concorde' silencioso de la NASA avanza y comienza sus primeras pruebas de rodaje en pistas terrestres

El avión experimental de la agencia espacial ha comenzado la que será la última serie de pruebas antes de su primer vuelo.

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Ha llovido mucho desde que la NASA presentara el X-59 Quiet Supersonic Aircraft, su visión de lo que sería un nuevo avión comercial supersónico de nueva generación tras el adiós al Concorde. El proyecto que ha seguido adelante, ha llegado a una nueva etapa: las pruebas de rodaje.

Después de que en febrero la NASA anunciase el éxito de las pruebas electromagnéticas de este avión comercial, la agencia espacial ha vuelto a la carga, esta vez anunciando el comienzo de las llamadas pruebas de rodaje o pruebas de taxi.

Estas pruebas, expone la misma agencia, suponen la primera vez que un avión experimental de este estilo se mueve "por sus propios medios". Un rodaje que se convierte en una demostración de la última serie de pruebas en tierra de este X-59 antes de su esperado primer vuelo.

El X-59 se prepara para su primer vuelo

Las pruebas de rodaje comenzaron el pasado 10 de julio de 2025, en la Planta 42 de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en Palmdale, California. Contó con la presencia del piloto de pruebas Nils Larson, la propia NASA y el contratista Lockheed Martin.

Pero, ¿qué son las pruebas de rodaje? Estas son pruebas que se realizan en tierra, y que se consideran un trámite previo a la puesta en marcha del vuelo de un avión. Se realizan antes de un despegue o después de un aterrizaje.

Rodaje del X-59 de la NASA.

Consisten usualmente en mover al avión usando sus propios motores por la pista de rodaje del entorno de pruebas en el que está situado el vehículo aéreo. La idea es comprobar si funcionan los sistemas típicos como la dirección, los frenos o los motores a bajas velocidades.

En estos procedimientos se realizan desplazamientos desde la plataforma de estacionamiento hasta la pista de despegue o viceversa, y se verifica el funcionamiento de todos los sistemas involucrados. La naturaleza de estas pruebas puede variar enormemente.

Esto es precisamente lo que hicieron los ingenieros de la NASA, que vieron cómo el X-59 transitaba a baja velocidad por la pista, supervisando el comportamiento de la aeronave y validando los sistemas críticos del 'Concorde'.

En palabras de la NASA, estas comprobaciones son vitales "para garantizar la estabilidad y el control de la aeronave en diferentes condiciones, brindando a los pilotos e ingenieros la confianza de que todos los sistemas funcionan correctamente".

Avión experimental X-59

Avión experimental X-59 NASA

De nuevo y tal y como asegura la agencia como tal, el rodaje representa "la última serie de pruebas en tierra del X-59 antes de su primer vuelo", aunque este es un proceso que se alargará durante un número indeterminado de semanas.

En las pruebas, el X-59 irá poco a poco aumentando la velocidad de sus desplazamientos, culminando en su prueba más importante previa al primer vuelo: una prueba de rodaje de alta velocidad "que la llevará justo antes del punto de despegue".

El objetivo último de la NASA con este avión es la de poder allanar el camino a una nueva generación de aviones supersónicos comerciales que puedan superar la barrera del sonido, pero de forma silenciosa, haciéndolo de la forma menos perturbadora posible

La clave está en reducir el problema de la bomba sónica, motivo principal por el que las normativas actuales prohíben en esencia los vuelos supersónicos convencionales.

Imagen del proceso de rodaje.

Imagen del proceso de rodaje. NASA Omicrono

Y es que desde hace más de 50 años, reguladores y administraciones que controlan la navegación aérea en muchos países del mundo prohíben que una aeronave pase a modo supersónico sobre tierra firme.

Esto es debido a la bomba sónica que se produce cuando se rompe la barrera del sonido y que puede generar un importante impacto sonoro en fauna y ciudadanos. Solo los aviones militares con autorización pueden tener permiso para volar de forma supersónica.

En su lugar, el X-59 generará "un ruido sordo en lugar de un fuerte estruendo mientras vuela a una velocidad superior a la del sonido", dice la NASA, proporcionando información clave a los reguladores para levantar las prohibiciones actuales de los vuelos comerciales supersónicos.