
El caza multipropósito Chengdu J-10 Omicrono
Dragón Vigoroso, el caza chino para enrocar a Trump en África y Oriente Medio: polivalente y armado hasta los dientes
Egipto está interesado en adquirir unidades del caza de cuarta generación J-10C, la columna vertebral de la fuerza aérea china.
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La partida de ajedrez que juegan China y EEUU en el tablero geopolítico global saltó por los aires cuando Donald Trump tomó posesión del cargo de presidente por segunda vez. Los aranceles son una declaración de guerra comercial en toda regla, pero su impacto no sólo es económico y afecta a gigantes estadounidenses como Apple, sino que amenaza con desnivelar el tenso equilibrio militar en el que ambas potencias parecían instaladas en los últimos años. De hecho, una derivada de esta contienda pasa por dominar el mercado armamentístico y China parece dispuesta a disputarle al país norteamericano su dominio en áreas de influencia tan importantes como África y Oriente Medio.
La última demostración de este interés es la celebración de Águilas de la Civilización 2025, el primer ejercicio de entrenamiento aéreo conjunto entre China y Egipto. Hasta la base aérea de Wadi Abu Rish han volado un gran número de aeronaves del PLAAF, la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación, como un avión cisterna de reabastecimiento aéreo Y-20U, un avión AWACS KJ-500 y varios cazas J-10B/C, según informa el canal de Telegram del Ejército de China.
Las maniobras, que durarán hasta mediados de mayo, pretenden "mejorar el nivel técnico y táctico de las tropas participantes de ambas partes y son de gran importancia para promover la cooperación pragmática y aumentar la confianza mutua y la amistad entre los dos ejércitos", según CCTV, la televisión estatal china. Más allá de los ejercicios, el contexto es el rumoreado interés de Egipto por adquirir unidades del caza polivalente J-10C, una de las columnas vertebrales del arsenal aéreo chino.
The 1st training day of the "Eagle of Civilization 2025" China & Egypt joint training began on April 19, PLAAF training group consisted of J-10C/S fighters, a KJ-500 AWACS a/c, YY-20A tanker and helio. pic.twitter.com/aorGLw9tlm
— dafeng cao (@dafengcao) April 20, 2025
Egipto tiene el ejército más numeroso y potente de África y es uno de los principales aliados de EEUU en la región, pero no está claro si su deseo de renovar y actualizar su flota de F-16 Vipers y MiG-29 se traducirá en nuevos pedidos al Departamento de Estado de la administración Trump. Lo que sí ha trascendido en los últimos meses es el inminente acuerdo del país africano con Corea del Sur para la adquisición de hasta 100 aviones de combate ligeros FA-50 e informes sobre supuestas entregas de cazas J-10C, aunque posteriormente fueron desmentidos por el Ministerio de Defensa chino.
De confirmarse finalmente la venta de los J-10C, supondría una ampliación de la influencia china sobre la región y una nueva 'derrota' de la industria armamentística estadounidense, tras las dudas de Portugal y Canadá a la hora de rubricar los contratos de compra de cazas F-35 que ya estaban prácticamente cerrados. Además, permitirá al gigante asiático profundizar en la interoperabilidad táctica de sus aeronaves y exhibir su poderío aéreo en las proximidades Oriente Medio, con terceros países como Arabia Saudí o incluso Irán que también se rumorean como posibles clientes.
El caza que lo cambió todo
A mediados de los años 80 del siglo pasado, China buscaba dar un decisivo paso adelante en la producción propia de aviones de combate. En aquel momento dependía de los obsoletos J-7 y Q-5, pero sobre todo de los que le suministraba la Unión Soviética y de versiones licenciadas, tras los fracasos de programas cancelados como el J-9 y el J-12.
La rama aérea del Ejército Popular de Liberación quería poder competir con los F-16 estadounidenses y los MiG-29 soviéticos, cazas multipropósito de cuarta generación muy por delante a nivel técnico de los desarrollos chinos. Para ello, tuvo que superar numerosos obstáculos, ya que el nivel de complejidad era muy superior al de los modelos previos desarrollados por la industria nacional.
El caza Chengdu J-10 en acción
Para acometer semejante desafío, la compañía estatal Corporación de Aeronaves Chengdu (CAC) llevó a cabo un salto cualitativo a nivel tecnológico, convirtiendo al J-10 en el primer avión del país diseñado y modelado por ordenador. No fue hasta 1998 cuando el apodado como Dragón Vigoroso (Firebird en la designación de la OTAN) pudo llevar a cabo su vuelo inaugural, aunque su entrada en servicio y presentación oficial fueron muy posteriores, en 2007.
Desde entonces y hasta la llegada del J-20, el J-10 se ha convertido en el principal caza multipropósito del PLAAF, con capacidad de ataque aire-aire y aire-superficie, continuas actualizaciones y cerca de 600 unidades operativas en sus diferentes versiones. Entre ellas, el J-10CE es la versión de exportación, desarrollada exprofeso para su venta a Pakistán en 2021.
Polivalente y armado hasta los dientes
Para mejorar la maniobrabilidad de la nave y su capacidad de sustentación, desde Chengdu trabajaron en una configuración de ala en delta sin estabilizadores horizontales, sustituidas por unas aletas de tipo canard delante del ala principal. Eso le da su peculiar aspecto al avión, con una longitud de 16,9 metros, 9,8 metros de envergadura y 5,7 metros de altura.
El peso máximo al despegue del JC-10 es de 19.227 kg, y su actual planta motriz es un motor WS-10B turbofán de postcombustión. Este le permite alcanzar una velocidad máxima de Mach 1,8 (el equivalente a 2.222 km/h). Cuenta con una gran capacidad para combustible, tanto interna como con depósitos externos, que elevan su autonomía hasta los 1.850 km, aunque su alcance de combate se reduce hasta los 550 km. Su techo de vuelo está en los 18.000 metros, con una velocidad de ascenso de 300 m/s.
El apartado en el que destaca este caza multipropósito es el arsenal que consigue integrar en su fuselaje. Su arma principal de superioridad aérea es un cañón Gryazev-Shipunov GSh-23, al que se unen 11 anclajes para distintos tipos de misiles y bombas, con una capacidad de hasta 5.600 kg.
Entre los misiles aire-aire que puede lanzar destacan el PL-10 y el PL-15. El primero es un misil de corto alcance guiado por infrarrojos, con un alcance de 20 km, motor de combustible sólido controlado por vector de empuje y la capacidad de rastrear objetivos más allá de las capacidades del radar de la aeronave. El segundo es un misil de largo alcance, con un rango superior a los 300 km, un radar AESA para localizar objetivos y motor cohete de doble impulso.

Dos cazas J-10C durante los ejercicios conjuntos entre China y Egipto Omicrono
El J-10C dispone además de vainas para cohetes no guiados de 90 mm y cuenta con la capacidad de atacar a objetivos en tierra. Para ello es compatible con el misil KD-88, con un alcance de hasta 200 kilómetros y una ojiva de gran tamaño, y el misil antirradiación YJ-91, que alcanza velocidades supersónicas y es una potente amenaza para los grandes buques de superficie y las instalaciones de radar.
A eso hay que sumar la capacidad de bombardero del caza, con la posibilidad de incorporar bombas guiadas por láser, por satélite, planeadoras o no guiadas. El Dragón Vigoroso también aumenta su versatilidad gracias a los pods o módulos que se adaptan a su configuración, ya sean de contramedidas, de aviónica o de navegación.