Así es la nueva bomba nuclear que desarrolla EEUU: 360 kilotones para arrasar ciudades enteras
El Departamento de Defensa ha desarrollado una nueva versión de una de las armas nucleares más potentes de cuantas tiene Estados Unidos.
31 octubre, 2023 01:46De entre los pocos países de todo el mundo que cuentan con armamento nuclear, Estados Unidos es uno de los más prolíficos y con la tecnología más avanzada. Este tipo de munición, de la que España carece, es clave como medida disuasoria en un contexto geopolítico cada vez más complejo, en el que Irán, China, Corea del Norte y Rusia —las otras potencias nucleares— están cada vez más alineadas contra el país norteamericano.
El Departamento de Defensa comandado desde Washington acaba de anunciar la intención de producir una nueva bomba nuclear de gravedad. De aprobarse finalmente en el Congreso, se basará en la familia B61 que actualmente tienen en activo —y que lleva desde los años 60 del pasado siglo— creando la variante denominada B61-13.
La encargada de fabricar la B61-13 será la Administración Nacional de Seguridad de Energía Nuclear (NNSA, por sus siglas en inglés) y su desarrollo se ha llevado en colaboración con el propio Pentágono. "La decisión de buscar esta capacidad [...] responde a las demandas de un entorno de seguridad en rápida evolución", indican desde el estamento público.
"El anuncio de hoy refleja un entorno de seguridad cambiante y amenazas crecientes de adversarios potenciales", ha resaltado John Plumb, subsecretario de Defensa para Política Espacial. "Estados Unidos tiene la responsabilidad de continuar evaluando y desplegando las capacidades que necesitamos para disuadir de manera creíble y, si es necesario, responder a ataques estratégicos y dar seguridad a nuestros aliados".
Nueva bomba nuclear
La B61-13 podrá desplegarse desde aviones modernos, lo que fortalecerá la disuasión de los mencionados adversarios y "proporcionará al presidente [del país] opciones adicionales contra ciertos objetivos militares más complejos y de gran superficie", recalcan desde el Departamento de Defensa en un comunicado. El objetivo de esta nueva bomba será el reemplazo de las B61-7 del arsenal nuclear actual, que llevan en servicio desde finales de los 80.
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La bomba "representa un paso razonable para gestionar los desafíos de un entorno de seguridad altamente dinámico", afirmó Plumb. "Si bien nos proporcionar la flexibilidad adicional, la producción de la B61-13 no aumentará el número total de armas en nuestro arsenal nuclear".
Lo que sí supone es un incremento notable en la capacidad respecto a la producción actual representada por la B61-12. Se ha anunciado que la nueva bomba aprovechará las capacidades de producción ya existentes y añadirá algunas características clave de seguridad y precisión. Esta iniciativa, tal y como explican, no es una decisión que se haya tomado tras los acontecimientos de los últimos meses, sino que responde a una evaluación continua del panorama mundial de seguridad.
Que Estados Unidos decida relevar la B61-7 supone un movimiento esencial para mantener su proyección de bombas nucleares estratégicas. Esta categoría se reserva al armamento más potente, capaz de arrasar regiones enteras, y muy lejos de las armas tácticas especialmente diseñadas para ejecutar ataques más quirúrgicos.
Si se mantiene un esquema similar, las próximas unidades de la generación 13 podrían contar con diferentes configuraciones de cabezas nucleares en su interior, dependiendo del ataque que se quiera ejecutar. Según ha contado a Defense News Hans Kristensen, experto en armas nucleares de la Federación de Científicos Estadounidenses (FAS), la nueva bomba incorporará las mismas ojivas de las B61-7 de las décadas de los 80 y 90, trasplantadas a la misma carcasa y kit de cola —esencial en la parte de guiado— que las B61-12.
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El rendimiento máximo que alcanzará la B61-13 será de 360 kilotones, al heredar directamente las incorporadas en la versión 7; suficiente para arrasar ciudades enteras. Kristensen indica que la aprobación del Congreso de esta nueva arma podrá poner fin a varios años de desentendimiento entre las facciones republicanas y demócratas. Apunta que la incorporación del segmento de cola de la versión 12 hará a la nueva bomba más precisa en el campo de batalla.
"La B61-13 no es una solución a largo plazo, pero proporcionará a nuestros comandantes [en las regiones del Pacífico y Europa] más flexibilidad contra estos conjuntos de objetivos", dijeron dos senadores republicanos pertenecientes a sendos Comités de Servicios Armados de la Cámara de Representantes y del Senado. "Como señaló recientemente la Comisión de Postura Estratégica, China y Rusia están en plena carrera armamentística y Estados Unidos está avanzando en el mismo lugar".
Por otro lado, reconocieron que "se requiere una transformación drástica de nuestra postura disuasoria, no cambios incrementales o graduales, para abordar esta amenaza". El experto Hans Kristensen también recoge que Estados Unidos tiene planeado la fabricación de unas "pocas docenas" de la versión 13.
A bordo del Raider
En una declaración de seguimiento, un portavoz del Pentágono dijo que la B61-13 tiene previsto integrarse en el futuro bombardero furtivo B-21 Raider que la Fuerza Aérea estadounidense se encuentra desarrollando junto a Northrop Grumman. Esta aeronave tiene previsto entrar en servicio entre el 2026 y el 2027.
En la presentación oficial, el B-21 se describió como "la columna vertebral" de la futura potencia aérea de Estados Unidos. "Ofrecerá una nueva capacidad y flexibilidad a través de la integración avanzada de datos, sensores y armas", apuntan.
Tendrá la capacidad de desplegar cargas útiles —bombas— tanto convencionales como nucleares y, según indican, "será uno de los aviones más efectivos en el cielo". El armamento específico que viajará en la bahía de carga del bombardero también es un secreto, aunque se conoce que Estados Unidos se encuentra inmerso en varios programas de desarrollo armamentístico con municiones hipersónicas y nucleares como la B61-13.
Otro de los pilares sobre los que se asienta esta aeronave es en la arquitectura abierta. Desde el día uno de desarrollo y para satisfacer las necesidades del espacio de batalla del futuro, "el B-21 ha sido diseñado para una rápida capacidad de actualización".
A diferencia de los aviones de generaciones anteriores —cuyos procesos de mejoras son largos y complejos—, las nuevas tecnologías, capacidades y armas se incorporarán "sin problemas a través de rápidas actualizaciones de software y flexibilidad de hardware integrada", lo que permitirá enfrentamientos con garantías durante las próximas décadas.
Ser la espina dorsal de los bombarderos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos convierte al B-21 en fundamental para apoyar las misiones de disuasión estratégica. "Sus avanzadas capacidades de ataque de precisión de largo alcance permitirán a los comandantes mantener en riesgo cualquier objetivo en cualquier parte del mundo", explican desde Northrop Grumman.