Imagen previa al despliegue de la Armada desde el buque anfibio Juan Carlos I

Imagen previa al despliegue de la Armada desde el buque anfibio Juan Carlos I Ministerio de Defensa Omicrono

Defensa y Espacio

El despliegue de la Armada en el Mediterráneo: cazas, el submarino Tramontana y el buque Juan Carlos I

El Grupo Anfibio Aeronaval Dédalo 23 realizará maniobras con 5 buques de la Armada frente a las costas de Francia, Italia y Egipto.

19 enero, 2023 03:00
Izan González Pablo García Santos

De momento, la OTAN no ha intervenido directamente en Ucrania tras la invasión rusa, más allá de reforzar a Ucrania con constantes envios de armamento, también desde España. Eso no significa que los países de la Alianza no estén realizando maniobras, con el fin de probar y tener perfectamente engrasadas las capacidades militares de sus países miembros.  Un claro ejemplo de ello es la Armada de España, que participó en mayo del pasado año en la Adriatic Strike 22, unas pruebas para mejorar las capacidades de los controladores que organizan las labores de apoyo aéreo a las tropas terrestres.

El gran protagonista de aquel despliegue, el buque anfibio portaaeronaves Juan Carlos I, vuelve a ser el encargado de liderar las maniobras del Grupo Anfibio Aeronaval Dédalo-23 que se iniciaron el pasado 16 de enero. Lo hará para incrementar su adiestramiento y "mostrar el compromiso español con la Política de Disuasión y Defensa de la Alianza", aseguran desde la Armada.

Este despliegue, que tendrá una duración de más de dos meses, también servirá para preparar la incorporación del Grupo en el Batallón NATO Readiness Initiative (NRI, por sus siglas en inglés) en el año 2024, con el que la OTAN pretende fortalecer la imagen de las Fuerzas Armadas de sus países en el contexto internacional.

Único portaaviones español

A la operación que el Grupo Anfibio Aeronaval puso en marcha el pasado 16 de enero se incorporarán también los buques anfibios Galicia y Castilla, el buque de aprovisionamiento de combate Cantabria, el submarino Tramontana y un destacamento de helicópteros del Ejército de Tierra. Pero el encargado de liderar estas maniobras no es otro que el buque anfibio Juan Carlos I.

El buque anfibio portaeronaves Juan Carlos I.

El buque anfibio portaeronaves Juan Carlos I. Europa Press Omicrono

Se trata del único portaaviones que actualmente sirve en España para la operación de aviones de ala fija de despegue y aterrizaje vertical —como los cazas Harrier—. Eso sí, también dispone de una rampa con 12 grados de inclinación para los despegues en la proa.

No es la primera vez que el Grupo Anfibio realizará operaciones en el buque insignia Juan Carlos I. Además de la que se produjo en el puerto de Koper (Eslovenia), ambos participaron en el ejercicio de la OTAN que tuvo lugar en Turquía en octubre del pasado año.

El Juan Carlos I es capaz de albergar 30 aeronaves a bordo.

El Juan Carlos I es capaz de albergar 30 aeronaves a bordo. Luis Davilla

En esta ocasión, el buque ha partido de la base naval de Rota (Cádiz) con cazas Harrier de la 9ª Escuadrilla, varios helicópteros, un Batallón Reforzado de Desembarco del Tercio de Armada y una fragata. No será por falta de capacidad, ya que se estima que el buque Juan Carlos I es capaz de albergar hasta 30 helicópteros a bordo o 12 aviones Harrier.

Es el portaaviones más grande y con mayor tonelaje de desplazamiento de los que ha tenido la Armada en su historia: cuenta con 26.000 toneladas de desplazamiento recogidas en 231 metros de eslora por 32 de manga.

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Este buque tiene una autonomía de 16.000 kilómetros a una velocidad de 27 kilómetros por hora, con una potencia conjunta de unos 30.000 caballos. La dotación fija está compuesta por 247 personas, aunque tiene espacio para albergar hasta 1.200 cuando se necesite realizar una operación.

Aunque se botó en marzo de 2008, no entró en servicio hasta finales de septiembre de 2010. Desde entonces ha participado en multitud de maniobras tanto nacionales como multinacionales con países de la OTAN, que le han servido para ganarse cierto éxito a nivel internacional. Eso se ha traducido en exportaciones de modelos equivalentes a Australia y Turquía.

El Juan Carlos I dispone en la actualidad de un propulsor diésel-eléctrico por turbina de gas principal apoyado por un par de generadores diésel que alimentan a dos conjuntos de hélices acimutales de palas fijas de 4,5 metros de diámetro. Al haber causado ciertos fallos y averías, Navantia cambiará a mediados de 2025 el sistema de propulsión de este buque.

Aeronaves a bordo

Los cazas AV-8B Harrier cuentan con una flexibilidad muy importante para operar en el Juan Carlos I, por lo que irán a bordo del buque en el despliegue de la Armada en el Mediterráneo. Una de sus mayores particularidades es que pueden despegar y aterrizar verticalmente (VTOL, de sus siglas en inglés). Además, son los únicos aviones de ala fija —que no helicópteros— que actualmente se encuadran dentro de la Armada.

Vuelo del Harrier

Su sistema de propulsión está protagonizado por un motor Rolls-Royce Pegasus UU 408A que le permite acarrear una carga armamentística de hasta 6.000 kilos sin comprometer su rendimiento. Cuenta con un peso máximo al despegue de 9.000 kilogramos en el formato de despegue vertical y hasta 14.100 kilogramos cuando para el despegue utilicen la rampa del buque.

La versión de la Armada es la Harrier II Plus que comenzó a estar operativa en 1991 como actualización de un modelo anterior y de la que disponen de 12 unidades. Se incorporó un nuevo radar —el mismo de los F-18 de entonces—, sistemas de visión nocturna y la capacidad para lanzar misiles más modernos y avanzados.

Tiene una velocidad máxima de en torno a los 1.080 kilómetros por hora (prácticamente la velocidad del sonido), junto a un techo de vuelo de 12.500 metros y 10 horas de autonomía con reabastecimiento en vuelo. En el apartado de ataque, dispone de un cañón de 25 milímetros que se complementa con 6 anclajes para misiles aire-aire, aire-superficie, cohetes y todo tipo de bombas.

El submarino Tramontana

Aunque el despliegue de la Armada estará liderado por el buque Juan Carlos I, no será el único buque. Y es que estará acompañado del Tramontana, el vetusto submarino que desde agosto del pasado año está integrado en la Operación Sea Guardian, que lleva seis años patrullando precisamente en aguas del Mediterráneo con el fin para proteger esta zona de peligros relacionados con el terrorismo y otras amenazas.

Submarino Tramontana

Submarino Tramontana Armada Española

A la espera del Isaac Peral, el Tramontana es el único sumergible operativo con el que cuenta la Armada junto con el S-71 Galerna, ambos renovados recientemente. Este submarino cuenta con una eslora de 67,57 metros por una manga de 6,8 y alcanza un desplazamiento en inmersión de 1.740 toneladas. Como propulsión emplea un sistema diésel-eléctrico de 2 motores, que desarrolla unos 3.600 caballos de potencia que le permiten alcanzar una velocidad punta de 20,5 nudos (el equivalente a 38 km/h).

La autonomía máxima la consigue a 9 nudos (16 km/h) durante 16.600 kilómetros con snorkel (sistema de alimentación de oxígeno para el motor) o 45 días por víveres. Nada que ver con la autonomía de los submarinos nucleares, que no necesitan recargar combustible en décadas.

En cuanto al equipamiento interno, el Tramontana dispone de radar y sónar que se complementan con una carta extensa de sistemas más enfocados a la guerra. Entre ellos, dispone de 4 tubos lanzatorpedos de 550 milímetros que pueden desplegar hasta 20 municiones tipo F-17 de fabricación francesa, con ojivas de 250 kilogramos y 18 kilómetros de alcance.

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