Harrier aterrizando en el Juan Carlos I

Harrier aterrizando en el Juan Carlos I Armada

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El despliegue de la Armada en el Adriático: cazas Harrier, helicópteros Tigre y el buque Juan Carlos I

La rama naval de las Fuerzas Armadas de España ha desplegado efectivos y material en Eslovenia con motivo del ejercicio Adriatic Strike 22.

27 mayo, 2022 04:07

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Las maniobras entre países aliados son la mejor forma de entrenamiento de los militares en tiempos de paz, que pueden probar tanto las capacidades personales como del material disponible. Una de estas maniobras que se está llevando a cabo en estos días es la Adriatic Strike 22, en la que está participando la Armada de España con un despliegue que comprende dos embarcaciones y varias unidades de aeronaves.

De la organización se están encargando las Fuerzas Armadas de Eslovenia, que ceden temporalmente sus instalaciones —hasta el 3 de junio— en el puerto de Koper, donde estarán basados los buques españoles. El objetivo de este ejercicio internacional es la mejora de las capacidades de los controladores que organizan las labores de apoyo aéreo a las tropas terrestres, en un escenario donde es muy complicado distinguir quién es amigo y quién enemigo.

España ha desplazado el buque anfibio portaeronaves Juan Carlos I, que partió de la base naval de Rota (Cádiz) hace unos días con 5 unidades de cazas Harrier de la 9ª Escuadrilla, 2 unidades de helicóptero de ataque Tigre y otro Cougar de transporte pertenecientes todos a las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET). Escoltando a la comitiva ha navegado la fragata Almirante Juan de Borbón.

Las tres aeronaves desplegadas por el Ejército de Tierra abandonaron el Juan Carlos I para realizar ejercicios desde la superficie. Por su parte, los Harrier operaran exclusivamente desde el portaaviones, según ha informado la propia Armada. "El Adriatic Strike 22 cuenta con la presencia de controladores y aeronaves de diversos países de la OTAN, por lo que será un hito en la integración y puesta en práctica de procedimientos de operación comunes en el guiado terminal de aeronaves".

El único portaaviones

El buque de asalto anfibio Juan Carlos I es el único portaaviones que actualmente sirve en España para la operación de aviones de ala fija (como los Harrier) y el más grande y de mayor tonelaje de desplazamiento de los que ha tenido la Armada en su historia. Se botó en marzo de 2008 y no entró en servicio hasta finales de septiembre del 2010 recalando en su base en Rota.

Juan Carlos I en el puerto de Las Palmas

Juan Carlos I en el puerto de Las Palmas W. Edlmeier vía Wikimedia

Su diseño se aprobó en 2003 y la construcción comenzó dos años después en los astilleros de Navantia, en la localidad coruñesa de Ferrol. Desde entonces, ha participado en multitud de maniobras tanto nacionales como multinacionales con países de la OTAN, algo que le granjeó cierto éxito a nivel internacional con exportaciones de modelos equivalentes a Australia y Turquía.

Cuenta con 26.000 toneladas de desplazamiento recogidas en 231 metros de eslora por 32 de manga. Dispone de un propulsor diésel-eléctrico por turbina de gas principal apoyado por un par de generadores diésel que alimentan a dos conjuntos de hélices acimutales de palas fijas de 4,5 metros de diámetro.

Este esquema le permite una autonomía de 16.000 kilómetros a una velocidad de 27 kilómetros por hora, con una potencia conjunta de unos 30.000 caballos. La dotación fija está compuesta por 247 personas, aunque tiene espacio para albergar hasta 1.200 cuando se necesite realizar una operación.

El Juan Carlos I permite la operación de aeronaves de ala fija de despegue y aterrizaje vertical, aunque dispone de una rampa con 12 grados de inclinación para los despegues en la proa. Esto permite a las aeronaves salir con más kilogramos de combustible y de armamento. Dependiendo de la configuración, puede acarrear 30 helicópteros o 12 Harrier más una cantidad similar de helicópteros.

El Juan Carlos I es capaz de albergar 30 aeronaves a bordo.

El Juan Carlos I es capaz de albergar 30 aeronaves a bordo. Luis Davilla

Aeronaves a bordo

Los AV-8B Harrier son los únicos aviones de ala fija —no helicópteros— que actualmente se encuadran dentro de la Armada. Una de sus mayores particularidades es que pueden despegar y aterrizar verticalmente (VTOL, de sus siglas en inglés), lo que les confiere una flexibilidad muy importante para operar en el buque Juan Carlos I.

La versión de la Armada es la Harrier II Plus que comenzó a estar operativa en 1991 como actualización de un modelo anterior y de la que disponen de 12 unidades. Se incorporó un nuevo radar —el mismo de los F-18 de entonces—, sistemas de visión nocturna y la capacidad para lanzar misiles más modernos y avanzados.

Vuelo del Harrier

El sistema de propulsión está protagonizado por un motor Rolls-Royce Pegasus UU 408A que le permite acarrear una carga armamentística de hasta 6.000 kilos sin comprometer su rendimiento. Cuenta con un peso máximo al despegue de 9.000 kilogramos en el formato de despegue vertical y hasta 14.100 kilogramos cuando para el despegue utilicen la rampa del buque.

Tiene una velocidad máxima de en torno a los 1.080 kilómetros por hora (prácticamente la velocidad del sonido), junto a un techo de vuelo de 12.500 metros y 10 horas de autonomía con reabastecimiento en vuelo. En el apartado de ataque, dispone de un cañón de 25 milímetros que se complementa con 6 anclajes para misiles aire-aire, aire-superficie, cohetes y todo tipo de bombas.

Juan Carlos I con los Harrier estacionados en cubierta

Juan Carlos I con los Harrier estacionados en cubierta javicaselli vía Wikimedia

El otro gran protagonista del despliegue español en el mar Adriático es el helicóptero de ataque Eurocopter EC-665 Tigre, que entró en servicio en 2003 tras casi 20 años de desarrollo. España dispone de un total de 24 aeronaves de este modelo repartidas en dos subvariantes, aunque próximamente se retirarán varias para canibalizarlas y así obtener recambios para el resto.

En lo relativo a especificaciones técnicas, los Tigre españoles están prácticamente a la par que los Apache estadounidenses, encuadrándose en una misma categoría. Disponen de una velocidad máxima de 300 kilómetros por hora, un techo de vuelo de 4.000 metros y un peso máximo situado entre los 6.100 y 6.600 kilogramos, dependiendo del modelo.

Helicóptero Tigre

Helicóptero Tigre Ejército de Tierra

El armamento corre a cargo de un cañón de calibre 30 milímetros situado bajo el morro del helicóptero al que acompañan 4 puntos de anclaje donde se pueden acoplar cohetes, misiles antitanques, misiles aire-aire, cañones automáticos de 20 milímetros y tanques de combustible extras.

El último modelo de aeronave que ha viajado a bordo del Juan Carlos I es el Eurocopter AS-532 Cougar. Es un helicóptero de transporte con capacidad para llevar a 24 soldados, 6 camillas o 4.500 kilogramos de carga. Tiene un peso máximo al despegue de 9.350 kilogramos y una autonomía de 4 horas y media. Se integraron en las FAMET en 1998 y carecen de armamento.

Helicóptero Cougar en Afghanistán

Helicóptero Cougar en Afghanistán Davric vía Wikimedia

La escolta

Junto al buque Juan Carlos I, la fragata Almirante Juan de Borbón (F-102) ha sido la otra embarcación destacada en las maniobras Adriatic Strike 22. Pertenece a la exitosa clase Álvaro de Bazán y fue construida en los astilleros de Navantia en Ferrol entrando en servicio en 2003.

Esta clase de fragata es la primera española en contar con casco de protección balística e incluye ciertas medidas para minimizar su detección por parte de submarinos como la de montar los motores sobre unas piezas elásticas que evitan la transmisión de vibraciones. Dispone también de un sistema de contramedidas y guerra electrónica Aldebarán desarrollado por Indra.

F-102 Almirante Juan de Borbón

F-102 Almirante Juan de Borbón Bene Riobó vía Wikimedia

Tiene un desplazamiento de 5.800 toneladas que se complementan con 146 metros de eslora por 18,6 de manga. Todo ello impulsado con un par de turbinas de gas firmadas por la estadounidense General Electric apoyadas por un par de motores diésel fabricados por la propia Navantia.

En el apartado de armamento, dispone de un cañón de 127 milímetros, lanzadores de misiles antibuque Harpoon, lanzadores de torpedos y una matriz de lanzadores verticales con 48 celdas. Además, tiene espacio para acomodar a un helicóptero antisumbarino Seahawk SH-60B.

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