He probado la cámara ideal para triunfar en Instagram y TikTok: una 'bestia' compacta con grabación en 4K
- Este equipo no solo es increíblemente compacto y ligero, sino que monta el mismo sensor de dispositivos más caros, como las A6700 o FX30.
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Sony es una de las muchas marcas que se han subido al carro del vlogging en España. Lo demostró con su gama de cámaras ZV, especializadas en la grabación de contenido como vlogging o bailes de TikTok. La ZV-1 II del 2023 es un buen ejemplo de esta idea, que siguió la recientemente lanzada Sony ZV-E10 II, una cámara para grabar Reels y TikTok a máxima calidad. Esta ha sido la cámara que ha estado en mi bolsa las últimas semanas.
Cuando Sony lanzó esta cámara en julio, asentó su apuesta por las cámaras especializadas para la creación de contenido. En este caso, la ZV-E10 II es un dispositivo ideado para los usuarios sin muchos conocimientos técnicos, que quieren grabar on the go, sin necesidad de pasar por mucho trámite. La idea detrás de esta cámara es llevar esto al extremo, con una montura para objetivos intercambiables y el mismo sensor APS-C de la A6700 y de la Sony FX30, una cámara dedicada a cine.
Eso sí, a un precio bastante inferior al de estos dos modelos. Mientras que la Sony A6700 se puede encontrar en España a unos 1.700 euros y la FX30 a 2.800 euros, la ZV-E10 II rebaja su etiqueta de precio a unos nada desdeñables 1.100 euros (1.200 si se incluye el objetivo 16-50 milímetros). Este ha sido el pack que me ha acompañado y que me ha servido para mi uso todos estos días.
Por fin una 'compacta' cómoda
No voy a negarlo: soy un usuario de cámaras bastante mayores, de cuerpos Full Frame profesionales. Estoy más que hecho a este tipo de equipos, y por ello las cámaras compactas o de menor tamaño se me atascan un poco. Sí, son manejables y muy ligeras, pero no me suelen convencer. En este caso, la la ZV-E10 II sí que ha sabido cumplir todas mis expectativas.
Recordemos que esta cámara no es una compacta de una pulgada: es una cámara APS-C, muy reducida en dimensiones respecto a lo visto en otros modelos. No es para menos; solo mide 67,5 milímetros de alto y 114 de largo, con un ancho de 54,2 milímetros. Es realmente pequeña, pero manejable, con un acabado bastante robusto que recuerda al de cámaras más caras.
La decisión de Sony de reducir el tamaño de esta cámara en pos de una mayor manejabilidad es acertada. Los controles clave no han sido miniaturizados al extremo, y la usabilidad sigue siendo amplia incluso con este tamaño. Los botones son fácilmente accesibles y suficientemente grandes como para no tener problemas a la hora de pulsarlos. Además, la pantalla sigue siendo generosa (y totalmente táctil).
Cualquier usuario que sea dueño de una Sony Alpha o que en su defecto haya usado equipos de Sony con anterioridad, se sentirá como en casa. Misma distribución de controles, mismos menús... No se siente una cámara barata, o de juguete. Se siente un equipo profesional, tan llevable que podrá caber en cualquier bolso o mochila. Y es que tan solo pesa 375 gramos, siendo este uno de sus mejores puntos.
Y tiene mucho sentido ya que pese a que la cámara puede hacer fotos, la la ZV-E10 II no es una cámara centrada en eso. Lo más habitual es que este dispositivo se use en un trípode pequeño, o en un gimball para estabilizarlo. Así, todo son ventajas, ya que la cámara es suficientemente pequeña para caber en cualquier estabilizador y lo suficientemente ligera como para no necesitar un trípode de altas proporciones.
Otro detalle que me ha gustado sobremanera es la unión entre lo mejor de las compactas y lo mejor de las APS-C que ha implantado Sony en este equipo. La la ZV-E10 II incluye una pequeña palanca en el botón de encendido para hacer zoom con objetivos motorizados, algo muy común de las compactas de antaño. Muy útil si se quiere usar la cámara a una mano, por ejemplo, mientras se hace vlogging.
Aún con todo, Sony ha tenido a bien incluir detalles muy útiles en el cuerpo, aún con el espacio reducido que tiene. Una luz LED roja que indica el comienzo de la grabación, un botón C1 para desenfocar el fondo del sujeto (que solo abre el diafragma del objetivo, todo sea dicho) y un buen plantel de conexiones. Además de USB-C 3.2, se incluye un conector micro HDMI y conectores jack para auriculares y micrófono, así como una ranura para tarjetas SD.
Cabe destacar su zapata electrónica equipada con interfaz de audio digital, idónea para acoplar micrófonos y otros sistemas de grabación de audio de forma directa y sin complicaciones. El apartado físico de esta cámara es sencillamente excelente, con todo lo que el usuario necesita al alcance de la mano. Y lo mejor: la Sony ZV-E10 II es compatible con las baterías Z de la gama Full Frame.
Demasiado buena para grabar
Lo primero es lo primero: hardware. El 'corazón' de esta Sony ZV-E10 II es un sensor CMOS de 26 megapíxeles Exmor R recortado en APS-C, con la ya clásica montura tipo E de Sony. De nuevo, el mismo sensor que usan tanto la Sony FX30 como la A6700, y que ha demostrado ser uno de los mejores sensores APS-C en lo que a calidad de imagen refiere. Además, dispone de sobremuestreo a 5,6K gracias a su lectura de alta velocidad.
Las especificaciones de la cámara en el apartado de grabación son sencillamente brutales. La Sony ZV-E10 II puede alcanzar la resolución 4K a 60p en una profundidad de color de 10 bits y en formato 4:2:2, o lo que es lo mismo, hasta XAVCS-1 4K con compresión All-Intra (aunque a 60p hace un pequeño recorte de 1,1x). También puede grabar así en logarítmico, un formato que da muchísimas opciones de colorización y etalonaje al creador. En 1080p, la cámara puede llegar a 120 fotogramas por segundo.
Pero la cosa no se queda en la pura capacidad de grabación. Focus breathing, el modo logarítmico ya mencionado y los modos cinemáticos como el Cinematic Vlog son algunos ejemplos de características que suelen estar en dispositivos más caros. Incluso tenemos perfiles de color (o 'Aspectos') como el famosísimo S-Cinetone. De hecho, se pueden usar archivos LUT e importarlos del usuario para grabar con el aspecto que este desee.
Le sigue un enfoque automático con detección de fases de 759 puntos y un seguimiento de sujetos y seguimiento al ojo para poder controlar desde animales hasta personas, pasando por aves. Desgraciadamente, la Sony ZV-E10 II no cuenta con estabilización en el cuerpo, aunque se vale de una estabilización digital basada en giroscopio a cambio de un nuevo recorte en el sensor. Algo que se puede 'resolver' con un objetivo estabilizado SS de Sony (como es el de kit).
Es decir, que se puede grabar contenido a nivel profesional perfectamente con la Sony ZV-E10 II. El audio corre a cargo del ya conocido micrófono inteligente de 3 cápsulas con Noise Cancelling, que sobre el papel captura audio sin necesidad de usar micrófonos. Para ello, la cámara incluye un paravientos que se acopla en la zapata y que anula el sonido del viento.
Sin embargo y lejos de que pueda parecer algo menor, uno de los aspectos más importantes de la cámara es su capacidad de grabar en vertical. Sí, todas las cámaras pueden grabar en vertical, pero la ZV-E10 II ajusta toda su interfaz en formato vertical para adaptar los controles a la posición de la pantalla. Esto es increíblemente útil y conveniente en según qué situaciones de grabación.
Por supuesto, esta es una cámara que puede hacer fotos como cualquier otra; solo hay que cambiar el conmutador superior al modo de foto. Cabe mencionar que no tiene obturador mecánico, solo electrónico, algo a tener en cuenta a la hora de hacer las tomas. El rango de ISO, tanto en grabación de vídeo como en foto, puede ir desde 100 hasta 32.000.
¿Y qué hay del rendimiento? Lo cierto es que esta Sony ZV-E10 II es una cámara potentísima para grabar. Tanto, que sobre el papel parece que eclipsa a sus hermanas mayores. El sensor no está estabilizado, eso es cierto, pero cuenta con más o menos las mismas funciones de grabación, pero en un cuerpo más compacto y llevable.
Es cierto que la falta de estabilización ha sido un problema relativo, ya que como decimos, la estabilización digital aplica un nuevo recorte al sensor ya APS-C de por sí. Por ende, es necesario usar un objetivo que sí incluya esta estabilización. Afortunadamente, hay un gran parque de ópticas tanto por parte de Sony como de otras marcas del sector. Recomendamos, de hecho, usar lentes muy angulares para compensar el recorte APS-C del sensor.
El rendimiento nos ha sorprendido gratamente. En calidades más altas, como 4K 60p hemos notado algún que otro problema de sobrecalentamiento que se ve agravado por las extremas temperaturas propias del verano. En entornos algo más normales, como interiores, no hemos sufrido de ningún aviso por sobrecalentamiento que nos haya limitado a la hora de grabar contenido, aunque sí se nota al coger la cámara.
Además, la Sony ZV-E10 II controla muy bien problemas habituales de cámaras de este estilo, como el temido Rolling shutter, que deforma las líneas rectas cuando la cámara hace movimientos bruscos. El control del grano en ISOS altos también ha resultado ser muy bueno, permitiéndonos usar imágenes en cantidades superiores a los 3.200 e incluso a los 6.400.
Los aspectos que más nos han gustado de la Sony ZV-E10 II sin duda alguna son la batería y el autoenfoque. La cámara hace uso de las baterías Z vistas en modelos Full Frame como las Sony A9 o A1, y da resultados excelentes. Lógicamente, al ser una cámara pequeña y con un sensor recortado, la autonomía se ve claramente beneficiada. He podido grabar contenido por un día completo sin siquiera llegar a gastar la batería; en este apartado, es sencillamente espectacular.
Luego está el autoenfoque. Los sistemas de autofocus que las cámaras de Sony incorporan tienen una fama muy buena y muy merecida. En este caso no iba a ser menos, y así ha sido. La Sony ZV-E10 II ha podido con todo; una vez capta a la persona, no la suelta en ningún momento, incluso si esta se mueve del plano o se meten otras personas en la escena. No ha perdido el enfoque en ningún caso, hasta cuando las situaciones se ponían en su contra.
Pero no todo iba a ser perfecto. A la falta de estabilización hay que sumarle unos menús que no nos han acabado de convencer. El nuevo sistema de menús introducido hace ya unos años es infinitamente superior al que tenían cámaras más antiguos, pero sigue siendo en ocasiones poco intuitivo y algo lioso. No es un drama, pero requiere una curva de aprendizaje.
Por último, hay que recordar que este cuerpo tan pequeño provoca que haya ausencias importantes. No hay visor, y solo tenemos un par de diales para controlar los parámetros de grabación de la cámara. Esto se compensa con botones programables como los C, que se pueden asignar a prácticamente cualquier acción si el usuario lo requiere.
¿Me la compro?
La Sony ZV-E10 II tiene dos potenciales compradores. El profesional de vídeo que quiere un cuerpo secundario en caso de emergencia y el creador de contenido o vlogger que quiera una cámara potente, con la que se ponga a grabar instantáneamente sin comerse la cabeza. Y afortunadamente la cámara consigue satisfacer a ambos grupos sin despeinarse.
Se nos ocurren muy pocas opciones mejores que esta Sony ZV-E10 II en el rango de precio del que hablamos, especialmente si recordamos que sus versiones superiores superan ampliamente a este modelo en precio. Tanto los que solo quieran darle al botón rojo de grabar como los que quieran tener la seguridad de una cámara compacta para grabar encontrarán en este dispositivo una gran aliada a un precio (de verdad) comedido.