Fin de una época. Microsoft y Sony han puesto toda la carne en el asador presentando sus respectivas consolas de nueva generación: la Xbox Series X y la PlayStation 5. Las consolas que marcarán el inicio de una nueva etapa y que, por especificaciones, promete ser excepcionalmente interesante.

Por supuesto ya hay quien ha tildado a la generación actual de consolas como obsoleta. Los argumentos a favor de dar ya el salto a la nueva generación de consolas se sostienen en que los próximos videojuegos tendrán un apartado visual casi de cine, y  sabrán aprovechar las nuevas tecnologías como el 'Ray-Tracing' o trazado de rayos. Pero, ¿es un argumento real?

Hemos querido comprobarlo, y por ello vamos a poner a prueba a una PlayStation 4 Pro con el videojuego The Last of Us Parte II, la última entrega lanzada en España hace una semana y que viene a continuar una de las sagas de videojuegos más importantes de las últimas décadas.

The Last of Us y el 4K

The Last of Us Manuel Fernández Omicrono

Hemos querido comprobar de primera mano si realmente la generación de consolas actuales está obsoleta y no es capaz de dar un buen desempeño visual, al menos referente a lo que se espera con la nueva generación. Ninguna de las imágenes puestas en este artículo es constitutivo de spoiler, por lo que si no has jugado al juego, no temas; no destripan puntos importantes de la historia.

PlayStation 4 Pro Kingdom Hearts Edition. Manuel Fernández Omicrono

Nuestra sujeto de pruebas es una PlayStation 4 Pro Kingdom Hearts Edition con 1 TB de memoria interna. El televisor que hemos escogido es un modelo de LG muy reciente de la nueva gama de dispositivos OLED de la firma. Concretamente la LG 55CX6, un modelo que presume de ser perfecto para el gaming, gracias a su compatibilidad con NVIDIA G-SYNC, su bajo tiempo de respuesta y su increíble calidad de imagen.

De hecho, The Last of Us Parte II es un título con compatibilidad HDR, y hemos podido probar el título con dicha tecnología gracias a las capacidades del televisor. Es decir, hemos probado este videojuego en las mejores condiciones posibles, con el escenario más idóneo y con un título de últimísima generación. Por supuesto, lo hemos jugado en resolución 4K. Y aquí nos vamos a detener un momento.

¿4K real?

Pantalla de inicio de The Last of Us: Part II. Manuel Fernández Omicrono

Antes de analizar esta situación, debemos hablar del 4K de la PlayStation 4 Pro. Esta, a diferencia de sus hermanas mayores, es capaz de reproducir 4K con HDR activado. El HDR dependerá directamente del título que juguemos, ya que será este el que aproveche dicha compatibilidad o no (además del televisor que usemos). Hay que decir que si bien hay títulos que cargan a 4K nativo, la mayoría de ocasiones nos encontraremos con un 4K que usa técnicas para "simularlo".

Una solución que propuso Sony basada en hardware llamada "ID buffer" consiste en contener la información de identificación de cada objeto para seguir sus límites de un frame a otro sin que ello repercuta en la consola. Otro método es el geometry rendering, que básicamente consiste en renderizar el videojuego a 1080p que se extrapola en imagen a 4K.

En definitiva, habrá juegos que hablen de 4K nativo o que en su defecto tengan 2 métodos de funcionamiento, que priorice los gráficos y se bajen los fotogramas o que se priorice el rendimiento y alcance una tasa similar a los 60. Es prácticamente imposible ver un juego AAA con 4K nativo si queremos conseguir una tasa de fotogramas que ascienda a los 60 frames por segundo. En todo caso, conseguiremos resoluciones 1440p.

Experiencia visual

Fotograma del videojuego. Manuel Fernández Omicrono

De la futura generación se espera mucho, pero sobre todo lo que más se plantea con ella es que los gráficos sean prácticamente hiperrealistas. Dejar atrás ese aspecto de videojuego para entrar en una simulación directa de la vida real lo más fiel posible. Y The Last of Us Parte II es un claro intento de su desarrolladora, Naughty Dog, por intentarlo. Más que nada, porque además hablamos de un AAA de última generacióny uno de los topes de línea gráficos de la consola de Sony.

A primera vista, los resultados son los esperables: la experiencia visual es absolutamente magnífica. Si algo sabe hacer Naughty Dog es lograr que sus videojuegos se vean increíbles, y esta no es la excepción. Los entornos están muy detallados, la iluminación es espléndida e incluso los modelados de los personajes son naturales, dando incluso la sensación de que son casi reales.

En los modelos es donde vemos una clara mejoría respecto al primer The Last of Us, y es que la piel de los mismos tiene una textura mucho más natural y una iluminación más realista. Atrás quedaron los reflejos de la luz irreales, que parecían reflejar superficies plasticosas. La iluminación, sin llegar a extremos como el de Red Dead Redemption 2 es creíble y uniforme a lo largo de todo el ambiente.

Ellie, la protagonista, entrando a casa de Joel, un amigo suyo. Manuel Fernández Omicrono

El contraste de iluminaciones en sitios abiertos como la nieve y en sitios cerrados como las casas está muy bien logrado. Los rayos de luz se cuelan por las ventanas con mucha gracia, sin saturar demasiado y dando casi la sensación de que el juego usa un muy leve trazado de rayos. En el caso de exteriores, la iluminación es uniforme y se adapta perfectamente a la vegetación, a la ropa de los personajes, etcétera.

El antialiasing funciona muy bien, el perfilado de los bordes está muy bien simulado y en general no vemos efectos clásicos de juegos de este estilo, como serían los dientes de sierra o las texturas en baja resolución existentes en objetos menos importantes del entorno. Y sí, hemos hecho la prueba; incluso en objetos tirados de por ahí vemos unas texturas, cuanto menos, decentemente renderizadas. Obviamente habrá detalles que al acercarnos desvelarán el truco, pero son una excepción más que otra cosa.

El movimiento también está muy logrado. No encontramos ghosting ni artefactos en la imagen, y en movimientos bruscos no notamos ni una bajada de calidad ni un bajón de frames por segundo (que al estar en HDR, están restringidos a 30). Si nos fijamos en los objetos de cerca (y en muchas ocasiones podremos hacerlo) seremos capaces de distinguir la calidad de los mismos.

Ejemplo de Ellie cogiendo un diario. Manuel Fernández Omicrono

En este momento exacto, en el que podemos consultar un diario con Ellie, la protagonista, vemos distintos efectos muy bien logrados. La suciedad del cuaderno, las manchas de la humedad filtradas en las páginas, e incluso el texto dibujado por encima es uniforme con la textura del objeto. Sí que notamos que los dedos de Ellie descubren el pastel, ya que se notan artificiales y dejan entrever el dibujado de las líneas y arrugas de los mismos quizás de forma demasiado notoria.

Cuando la luz cambia demasiado, nos encontramos algunos problemas. Manuel Fernández Omicrono

No todo es perfecto, y es que por muy buen estudio que sea Naughty Dog, The Last of Us no puede esconder sus trucos para poder mantener una tasa de fotogramas estable. Hemos notado que en situaciones de luz muy específicas, el aspecto gráfico de varios objetos o materiales de la escena se reduce.

Cuadro en la casa de Joel. Manuel Fernández Omicrono

Por ejemplo, cuando hay un rayo de luz que pone a contraluz la cara de un personaje, esta reduce bastante su textura. Lo vemos en la compañera de Ellie, en cuyo momento notamos esa textura de modelo perfectamente renderizada desaparecer. El ejemplo sobre estas líneas es otro muy bueno; en las sombras de la escalera podemos ver como los cuadros afectados por esta el antialiasing pierde, y se nota la geometría de estos.

Conclusiones: seguimos a tope

PlayStation 4 Pro. Manuel Fernández Omicrono

Es cierto que podríamos seguir desgranando todos y cada uno de los aspectos de la calidad gráfica, pero lejos de estos detallitos, la experiencia visual está a la altura de lo que esperamos. The Last of Us Parte II se une al plantel de los videojuegos de esta generación con mejor apartado gráfico, sumándose a otros viejos conocidos como God of War Red Dead Redemption 2.

La transición a una nueva generación en lo que a gráficos se refiere tardará. Los desarrolladores aún tienen que implementar tecnologías como el Ray-Tracing y tienen que saber aprovechar todo el hardware que brindarán tanto la PlayStation 5 como la Xbox Series X. Eso sin mencionar que una gran parte de los juegos que tenemos actualmente en esta generación pasarán directamente a la siguiente.

En definitiva: esta generación aún promete seguir dando mucha guerra, y ofrecer juegos que sean auténticas obras maestras en el apartado del diseño. Y este The Last of Us Parte II es, quizás, el mejor ejemplo de esta afirmación.

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