Omicrono

Un adolescente vuelve a andar gracias a un implante espinal impreso en 3D

25 julio, 2019 13:24

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La impresión 3D tiene un gran potencial en la medicina del futuro. La posibilidad de personalizar implantes o prótesis, adaptados al cuerpo de cada paciente puede ser revolucionaria, y ya está cambiando vidas.

Aunque la impresión 3D que probablemente conozcas se realiza con plásticos, también es posible usar otros materiales que se adapten mejor a cada necesidad; e incluso se están usando materiales orgánicos para crear órganos que se puedan transplantar.

En el caso del hospital universitario UMC Utrecht en los Países Bajos, el último desarrollo se centra en crear implantes personalizados para cada paciente, con el objetivo de que recuperen funciones básicas o incluso venzan a la paraplejia. Es lo que han conseguido con dos pacientes, una mujer de 60 años y un adolescente de 16, para el que la vida ha cambiado.

El joven sufre neurofibromatosis, tumores formados por un trastorno genético y que habían afectado especialmente a su espina dorsal; los tumores habían avanzado hasta el punto de que la columna no podía soportar el peso del cuerpo y colapsó. El peligro de una parálisis completa era real, y por eso se efectuó una operación que los médicos consideraron un "último recurso".

Un implante espinal impreso en 3D para enfermedades raras

La idea que tuvieron fue diseñar una pieza que hiciese de soporte en la columna Por lo tanto, tenía que ser completamente personalizada para encajar en la espina dorsal sin provocar más daños; se optó por usar la técnica de la impresión 3D usando el titanio como material, que hasta ahora había sido usada en pruebas con éxito.

Sin embargo, no fue tan simple como imprimir la pieza e implantarla. Por el camino, los médicos descubrieron que las leyes aún no se han adaptado a estas nuevas técnicas, y que usar el implante podría vulnerar la regulación. El proceso de aprobación duró seis meses, después de los cuales pudieron realizar la operación. Sus creadores esperan que este trabajo facilite que futuras operaciones se puedan realizar sin necesidad de esa espera.

Por el momento, esta técnica está reservada a casos extremos, en los que el paciente sufra neurofibromatosis o enfermedades raras relacionadas con los huesos, como la paciente de 60 años.