Roborace, el coche autónomo de carreras, ha completado sus primeros intentos en el festival de Goodwood.

Este fin se semana se celebra el Goodwood Festival of Speed, una de las citas imprescindibles para los amantes del automovilismo; el evento consiste, entre otras cosas, en un recorrido, de apenas 1,86 km de longitud, que es más una excusa para ver coches interesantes que una competición real.

Por Goodwood pasan coches de todo tipo y eras; desde los ejemplares más viejos y raros hasta los superdeportivos más caros. Pasando, por supuesto, por muchos coches de carreras; aunque ninguno ha conseguido batir el récord que un Formula 1 consiguió  en 1999: 41,6 segundos.

El coche autónomo de carreras se enfrenta a Goodwood

El Roborace no intentará ningún récord, porque para este coche el simple hecho de llegar a la meta es un logro; se trata de la última versión del coche autónomo de carreras que acompañará a la Formula E en el futuro. Después de varios años de desarrollo y varios accidentes, se está acercando más a los conceptos que se imaginaron en su momento.

Es un vehículo sorprendente, que no se parece en nada a lo que hayamos visto; simplemente porque no tiene sitio para un piloto. La aerodinámica se aprovecha de ello, con grandes alerones que cubren las ruedas y una forma cónica en el centro que atraviesa mejor el aire.

CREATOR: gd-jpeg v1.0 (using IJG JPEG v62), quality = 90

Claro, que la gran duda es, ¿es capaz de correr? En el interior del Roborace está la tecnología Tegra de Nvidia, que ejecuta una IA capaz de tomar decisiones según el circuito y lo que ocurra a su alrededor.

Podemos ver un ejemplo de cómo funciona en este vídeo en 360º; se trata de la primera prueba del Roborace en Goodwood, antes del intento oficial. Como véis en el vídeo, el sistema no tiene miedo de pisar el acelerador; de hecho, según los organizadores estos coches autónomos serán más rápidos que los Formula E normales porque no tendrán que tener en cuenta la seguridad del piloto.

Sin embargo, en cuanto llega a una curva vemos que el sistema está aún calibrado para no tomar riesgos; o eso, o aún no está seguro de lo que está haciendo. Sin embargo, como hemos dicho, el mero hecho de realizar el recorrido (en el que muchos se han estrellado y tiene partes complicadas a altas velocidades) ya es una victoria.