El coche eléctrico, por norma general, es demasiado caro, por lo que los gobiernos deben lanzar ayudas a la compra de este tipo de vehículos para incentivar su uso sobre los de combustión. De esta forma, y no mediante otra fórmula, es como se puede ayudar a la gente a que compre un vehículos con motor eléctrico.

Tras la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), sabemos cuánto se va a destinar a la ayuda de compras de vehículos eléctricos y de gas(en definitiva, a la movilidad sostenible y renovable). Es lo que se conoce como el Plan Movea 2018. Concretamente, afecta a los vehículos eléctricos y al resto de vehículos que estén «propulsados con energías alternativas a los combustibles fósiles».

Igual que el año pasado, la partida contempla un 0,6% de los presupuestos generales destinados a este plan. En total, el Plan Movea se llena 20 millones de euros (no confundir con los 50 millones destinados al Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía [IDAE], dentro de los que se encuentran estos otros 20 millones).

El plan anterior se aplicaba a todos los eléctricos con una autonomía de más de 90 kilómetros y un precio máximo de 32 000 euros. Sí, esto quiere decir que los Tesla y similares se quedan fuera (son considerados vehículos de lujo por su alto precio y prestaciones). El nuevo aún no ha entrado en vigor, algo que probablemente ocurra en algún mes de verano o incluso algo más adelante. Para los GLP y cía, en cambio, el precio máximo sería de 25 000 euros.

Un impulso a las renovables

Mientras que los eléctricos puros recibirían 5500 euros de ayuda; el resto de los vehículos, en cambio, se quedan con una ayuda de entre 1000 y 2500 euros. Pero todo esto queda por confirmar hasta que los Presupuestos se vayan publicando y entren en vigor, algo que sucederá pronto.

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En primer lugar, recibiremos 750 euros si al comprar un coche propulsado por energías renovables damos de baja uno con motor gasolina o diésel de más de diez años o un vehículo comercial de siete años siempre que esté bajo su titularidad desde hace al menos doce meses (para evitar fraude), del mismo modo que tendrá que tener la ITV en vigor y los pagos al corriente, lo que indicará que sigue en uso.

Ahora viene el problema: el presupuesto es irrisorio. Y es que, en realidad, los 20 millones de euros duran apenas 24 horas, como ha ocurrido los dos últimos planes. Es decir, que solo un puñado de afortunados podrán asegurarse la ayuda. No obstante, esto no resta que se trate de un comienzo cada vez más maduro desde donde fomentar la compra activa de vehículos ecológicos.