Hoy Elon Musk ha anunciado que la conducción autónoma de los Tesla ya es posible en todos los modelos, aunque aún no esté activada.

Siendo el fabricante de coches más innovador de la actualidad, tal vez sorprende que no hayamos visto algo más de Tesla relacionado con la conducción autónoma.

Sí, desde hace tiempo existe el piloto automático en algunos modelos, pero sólo por eso no se puede llamar “coche autónomo”, y lo deberíamos tener muy en cuenta antes de quitar las manos del volante.

Tesla “coge sitio” en la revolución autónoma

Ahora resulta que si Tesla estaba algo callada con sus desarrollos autónomos, es porque estaba trabajando en ellos. Así, hoy se ha revelado que todos los modelos de Tesla a partir de ahora incluirán el hardware necesario para activar la conducción autónoma.

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Eso no significa que todos los Tesla sean coches autónomos, ya que falta la otra gran pieza del puzle, el software. Este aún no está listo, ya que tiene que ser probado a conciencia hasta que quede claro que es seguro tanto para los conductores como para los peatones, ciclistas y el resto de personas en una vía.

Esto requerirá bastante tiempo, tanto para la validación del software en sí como para la aprobación de las entidades que regulan el sector; en otras palabras, a Tesla no sólo le queda mucho trabajo de desarrollo, también tendrá que convencer a los que mandan de que su sistema es seguro.

El hardware para la conducción autónoma de los Tesla

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Todo esto implica que los Model S y Model X que están produciéndose en estos momentos ya incluyen las piezas necesarias para funcionar como coches autónomos; hasta ahora los Tesla incluían una cámara frontal y un sistema de radar y sonar para hacer funcionar el piloto automático, pero eso es insuficiente para un coche autónomo. Los nuevos Tesla tendrán:

• Ocho cámaras de 360º con alcance de 250 metros.
• 12 radares ultrasónicos capaces de detectar objetos sólidos y “blandos” al doble de distancia que antes.
• Un radar frontal que usa una longitud de onda redundante para ser capaz de “ver” a través de la lluvia, la niebla, e incluso el coche de delante.
• Un ordenador de a bordo 40 veces más potente que el anterior, que ejecutará una red neuronal que analizará los datos de los sensores.

Ya es posible comprar un Tesla con todo eso, lo que nos dejaría a la espera de una futura actualización OTA que añada las capacidades autónomas.

La apuesta de Tesla y Elon Musk por la conducción autónoma ha quedado más que clara; ningún fabricante había llegado a los extremos de incluir todo el hardware necesario en sus vehículos aunque no tuviese el software aún. De esta manera Tesla “coge sitio” en la revolución autónoma que llegará en pocos años.