Ya parece definitivo: el coche de Apple no se hará realidad, al menos no como la compañía quería en un principio.

Los rumores de que Apple iba a meterse en el mercado automovilístico ya tienen varios años, pero pasaba el tiempo y la compañía no estaba lista para hacerla realidad. Debido al secretismo con el que se llevó el proyecto, denominado Project Titan de manera interna, hemos recibido poca y sesgada información, pero ya parece claro que el proyecto no llegará a buen puerto y que ha tenido que reinventarse.

Así lo publica en exclusiva Bloomberg, que cita fuentes internas de Apple para revelar que el desarrollo del vehículo ha sido uno de los más polémicos dentro de la estructura de la empresa.

Apple se retira del mercado automovilístico antes de entrar

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Durante los últimos meses, Project Titan ha sido el hogar de numerosas trifulcas y desacuerdos entre empleados, directivos, e incluso suministradores, hasta el punto de que se ha tenido que hacer borrón y cuenta nueva, despidiendo a cientos de ingenieros de software y hardware por el camino.

Project Titan empezó en 2014 con un objetivo claro: fabricar un coche con la marca Apple que esté disponible en el 2020. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que el desarrollo de un coche no iba a ser como el de un iPhone.

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En concreto, fuentes indican que Apple no quería ser como el resto de fabricantes que ganan sólo un pequeño porcentaje del valor total del coche; además, Apple probablemente tenía miedo de que un coche normal y corriente fuese a afectar la imagen de marca que se había creado en el mundo tecnológico.

Por eso Apple habría apostado por materiales de calidad, en busca de unos grandes márgenes de beneficio con cada coche vendido; conseguir eso en apenas seis años era todo un desafío, y por eso Apple puso al mando a Steve Zadesky, que fue estuvo en Ford y en el desarrollo del iPod.

La lucha interna en la fabricación del coche de Apple

Pero montar un iPod es diferente de montar un coche, sobre todo cuando vas a contrarreloj. A finales de 2015 el proyecto estaba inmerso en una lucha interna, toda una increíble falta de liderazgo, según personas que estaban en la compañía por aquel entonces.

Al poco tiempo, los primeros ingenieros que se dieron cuenta de que el proyecto no era posible se marcharon; pronto se demostró que tenían razón, cuando Apple despidió a 120 ingenieros de software, a los que les siguieron cientos más encargados del chasis, la suspensión y otros elementos.

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En la actualidad, Project Titan sigue en marcha, pero con un objetivo muy diferente al inicial: ahora quieren crear un sistema de conducción autónoma que pueda instalarse en coches de otros fabricantes; sin embargo, incluso esto no es seguro y los altos directivos ya han dejado claro que quieren tener algo factible para finales de 2017.

Si para entonces Project Titan no consigue nada, entonces será su final definitivo de la aventura. Quién sabe, puede que a Apple le salga mejor comprar un fabricante ya establecido como McLaren.