La nueva Xbox One S ya está llegando a las tiendas, y con ella la pregunta de siempre ¿merece la pena?

La idea de lanzar varias versiones de la misma consola no es nueva ni mucho menos. En mi caso, recuerdo mi Mega Drive II con cierta nostalgia, una máquina con un diseño más moderno y compacto, que solucionaba muchos de los problemas con el “mamotreto” original.

Sony ha sido especialmente proclive a lanzar nuevas versiones de sus consolas, desde la Playstation original hasta la Playstation 3; y sólo es cuestión de tiempo que la PS4 reciba una operación de cirugía estética semejante.

Nueva Xbox One S: una vez más, con sentimiento

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La idea detrás de estas revisiones es mejorar la consola original aprovechando la reducción en los costes de fabricación y todo lo que el fabricante ha aprendido en el tiempo que la consola original estuvo en el mercado. Así que no debería extrañarte saber que la Xbox One S soluciona muchos de los problemas de la primera Xbox One.

Estamos ante una consola más compacta, mejor pensada y que aprovecha los avances de hardware de los últimos años. La principal diferencia la tenemos en el SOC (system-on-chip), que aprovecha el nuevo proceso de fabricación FinFET de 16 nm, sustituyendo al proceso de 20nm del procesador original.

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Esto se traduce en que el chip es más pequeño, y por lo tanto es posible aumentar la frecuencia y al mismo tiempo conseguir una eficiencia térmica mayor (el chip no se calienta tanto, en otras palabras).

¿Cómo se traduce esto en los juegos? Como muestran en Digital Foundry, el aumento de frecuencia de la GPU y del ancho de banda disponible supone un pequeño aumento en la tasa de frames en los videojuegos y la eliminación de problemas gráficos como tearing (el efecto de “pantalla partida”).

No es tanto como para justificar comprar una One S si ya tienes la consola original, y puede resultar imperceptible la mayoría de las veces, pero si un juego tiene la tasa de frames sin capar y usar resolución dinámica, la diferencia de potencia se notará mucho más.

¿Por qué los juegos no aprovechan aún mejor el nuevo hardware? Porque en realidad Microsoft ha capado el acceso a esa potencia adicional, que sólo existe para reproducir contenido con HDR. Ese es el otro punto positivo de la One S, no sólo puede reproducir vídeo en alta definición y HDR, sino que los futuros juegos como Forza Horizon 2 y Gears of War 4 podrán jugarse en HDR.

Por lo tanto, si buscabas una excusa para comprar una Xbox One, puede que la Xbox One S sea lo que estabas esperando…

Una consola con los días contados

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…excepto que bajo ningún concepto deberías comprar una Xbox One S, porque es una consola con los días contados. No lo digo yo, lo dijo la propia Microsoft en el pasado E3 cuando dejó caer que estaba trabajando en Project Scorpio.

Scorpio será la verdadera segunda versión de la Xbox One, con un hardware completamente renovado y más potente para jugar a juegos a 4K y probablemente en realidad virtual. Aún hay muchos detalles que no conocemos, sólo pequeñas pistas y rumores, como que Scorpio usará los nuevos chips Polaris que tan buenos resultados han dado en las tarjetas de la gama RX 480 por un precio muy aceptable.

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Como Scorpio será compatible con todos los juegos de Xbox One (y en este caso sí que veremos una mejora notable de rendimiento), una vez que sea lanzada no habrá ningún motivo para comprar una Xbox One S que no sea económico (evidentemente la nueva consola costará más).

Sabiendo todo esto, es muy difícil ir a la tienda y soltar casi 400 € por una Xbox One S. Sobre todo porque dentro de nada no será la única alternativa para jugar a juegos de Xbox One.

Microsoft, dividida en dos

Y es que en los últimos meses Microsoft parece haberse dado cuenta de que el mercado de PC es bastante lucrativo en la actualidad, y si no que se lo digan a Steam.

games for windows live

Vale, esta no es la primera vez que Microsoft nos dice que esta vez, de verdad de la buena, va a volver a centrarse en el PC; que no es como aquella vez que nos prometió una golosina si cerrábamos los ojos y en vez de eso nos metió un cianuro llamado Games for Windows Live.

Aún es pronto para saber si esas promesas se cumplirán o si simplemente el veneno ahora se llama UWP, pero lo que está claro es que en los próximos meses veremos que muchos juegos exclusivos de Xbox One acaban en PC. Forza Horizon 2, Gears of War 4, Sea of Thieves, ReCore, Halo Wars 2… la lista sigue, y además la mayoría de estos juegos pertenecen al programa Xbox Play Anywhere que nos permite comprar el juego una vez y jugarlo en PC y en Xbox One.

No quiero decir que gracias a esto no hay ningún motivo para comprarse una Xbox One S… pero sí que me cuesta mucho encontrarlo. Se mire por donde se mire, sólo aquellos usuarios a los que no les importe mucho quedarse obsoletos en un año deberían ir corriendo a comprarse una, pero el resto debería empezar a ahorrar, ya sea por una Scorpio o por un ordenador de juegos.