El Veyron ya tiene sucesor con el Bugatti Chiron, el que probablemente se convierta en el coche de producción más rápido del mundo.

El Bugatti Veyron se ha convertido en todo un símbolo de velocidad, pero sobre todo de extravagancia. No es el coche más rápido en circuito (en ese sentido Ferrari, Porsche y Lamborghini tienen mucho que decir), pero en línea recta era poco menos que imbatible.

No es que sus propietarios realmente aprovechasen los 1.000 caballos que tenía el coche, ya que el Veyron era un coche para presumir y para “pisarle” cuando fuese necesario, pero sobre todo para lo primero.

Cómo el Bugatti Chiron alcanza los 418 km/h

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El Chiron parece que sigue los mismos pasos, con un motor de 8 litros W16 (eso son 16 cilindros en W) que alcanza los 1.478 caballos de potencia, casi 500 más que su antecesor. Con esa potencia se puede hacer mucho, si te atreves claro.

Porque Bugatti asegura que el Chiron es capaz de alcanzar los 418 km/h, toda una locura sólo apta para los de corazón y reacciones fuertes.

Aquí es donde realmente se nota que el coche es para presumir, ya que inicialmente no tendremos acceso a toda esa potencia ni podremos alcanzar esa velocidad, ya que estarán limitados hasta que introduzcamos una segunda llave en el coche, llamada “Speed Key”.

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Bugatti espera batir todos los récords de velocidad en coches de producción con esta modalidad, y afortunadamente no ha pensado sólo en el motor para conseguirlo. Superar los 400 km/h sólo es posible de manera segura con una aerodinámica muy cuidada, y por eso el alerón trasero no es un adorno, sino que va cambiando según los modos que iniciemos.

En el modo “Speed”, el Chiron tiene un coeficiente aerodinámico de sólo 0,35, que sube drásticamente a un coeficiente de 0,59 cuando frenamos y de 0,40 cuando estamos usando el coche normalmente.

El lujo se mezcla con la velocidad

Esto demuestra que debajo del Chiron hay algo más que un motor loco, hay mucha tecnología que hace posible conducir el coche sin matarse a las primeras de cambio; y hablando de cambio, la caja es de siete velocidades y de doble embrague, y la transmisión aporta la máxima potencia a las ruedas cuando llega a las 6.700 rpm.

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Claro, que todo eso se olvida cuando miramos el interior, con tapizado en piel completamente personalizado. Incluso los altavoces tienen diamantes de un quilate incrustados, por si se te había olvidado que es un coche de lujo.

El Bugatti Chiron costará 2,6 millones de dólares, y estará disponible en el tercer trimestre; la compañía asegura que ya ha vendido un tercio de las 500 unidades que producirá inicialmente, así que quién sabe, puede que veas alguno en tu barrio (para qué nos vamos a engañar, no).