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5 tecnologías que iban a revolucionar Internet y que acabaron en nada

Repasamos cinco tecnologías que iban a revolucionar Internet y que finalmente se quedaron en nada. Una selección de fracasos sonados.

11 febrero, 2016 22:36

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Repasamos algunas de las tecnologías que iban a revolucionar Internet, pero que por alguna razón u otra acabaron convirtiéndose en una anécdota.

Internet es innovación, Internet es desarrollo. Aquí es donde nacen los inventos del futuro, y donde enterramos los del siglo pasado. En definitiva, es un lugar del que van a salir muchos inventos, y es inevitable que muchos no tengan éxito.

Seamos sinceros, todo el mundo ha usado alguna vez algún servicio o tecnología que ha acabado siendo un fracaso absoluto y le ha dejado completamente abandonado. De hecho, yo diría que no puedes recibir el carnet de Internet hasta que no te pasa algo similar.

Las tecnologías que iban a revolucionar Internet

De Internet han salido fracasos mayúsculos, de esos que provocan cierres de empresas, de esos que acaban ocultos o borrados del Curriculum Vitae de los responsables. De esos que años después nos decimos “¿cómo es posible que usara eso a diario?”. Estos son algunos de estos fracasos.

Google intenta hacer Internet más rápido, se queda solo

SPDY (pronunciado “speedy”, “rápido” en inglés) fue la idea de Google para conseguir una Internet más rápida. No sustituía al protocolo HTTP que usan todos los navegadores, sino que lo complementaba para hacerlo mucho más rápido.

spdy

spdy

Google presumía que las páginas se cargaban un 64% más rápido con SPDY que sólo usando HTTP, y estoy hablando de una época en la que las velocidades de nuestras conexiones no eran las de ahora. Así que esta iba a ser la solución a las cargas lentas, y como el protocolo obligaba a cifrar las conexiones, también iba a mejorar nuestra seguridad. ¿Qué más queremos?

Pues, para empezar, que alguien lo implemente. Para que SPDY funcionase no sólo hacía falta usar un navegador compatible (en otras palabras, Chrome), sino que también había que visitar una página web que lo usase. Y digamos que los propietarios y administradores de webs no estaban por la labor de implementar un protocolo extraño que sólo usaba una porción de sus usuarios.

El golpe de gracia se lo dio HTTP/2, la nueva versión del protocolo que, pese a llevar sólo un año, ya corresponde al 25% de las conexiones realizadas con Chrome, mientras que SPDY sólo ha llegado al 5%.

Google abandonará el soporte de SPDY el próximo 15 de mayo de 2016, colocando el último clavo en su ataúd.

Crean una moneda virtual, y sólo la usa la mafia

¿Conoces Bitcoin? Seguro que sí, la moneda virtual está ganando cada vez mas adeptos. Pero, ¿y si te dijera que el concepto de moneda virtual ya estaba en marcha en 1999?

Flooz y Beenz fueron dos servicios muy similares que partían de la misma idea: ofrecer una moneda con la que podíamos comprar cualquier cosa en Internet. Podíamos intercambiar dinero real por este dinero virtual, o ganarlo en promociones organizadas con comercios on-line.

flooz

flooz

 

No importa dónde vivíamos, podíamos usar esta moneda virtual en cualquier parte del mundo y en cualquier tipo de negocio. Hasta consiguieron contratar a Whoopie Wolbert para promocionar el producto.

Sin embargo, los problemas fueron tan evidentes antes incluso de arrancar que cabe preguntarse si sus responsables tenían alguna idea de lo que estaban haciendo. Para empezar, uno no puede simplemente crear una nueva moneda y ponerle su nombre, es algo que no sienta muy bien a los gobiernos.

Especialmente en Europa, donde el equipo legal de Beenz tuvo que convencer a los ministros de economía que no estaban intentando crear una alternativa a sus monedas y al Euro que iba a ser estrenado un par de años después, y que en realidad eran “puntos virtuales”.

Para colmo de males, las mafias rusas vieron estos servicios como una gran oportunidad para blanquear dinero en grandes cantidades, gastando todo el dinero de tarjetas de crédito robadas en “puntos virtuales” que luego canjeaban de manera segura. Se calcula que en 2001 el 19% de las transacciones en Flooz eran fradulentas.

Flooz y Beenz terminaron uniéndose, sólo para morir juntas como parte del pinchazo de la burbuja “puntocom”.

Microsoft tiene la alternativa a Flash que no quieres

Pongámonos en situación: es 2007, y prácticamente todo el contenido multimedia se muestra con complementos. Aún queda mucho para HTML5, así que Flash y Java dominan la web, para desesperación de los internautas que están hartos de plugins pesados e inseguros.

silverlight

silverlight

Entonces llega Microsoft, y presenta Silverlight. Un plugin que aprovecha la tecnología WPF (Windows Presentation Foundation) implementada primero en Windows Vista. Dicho de otra forma, el plugin usaba las mismas librerías que Windows usaba para mostrar cosas en pantalla, a diferencia de Flash que estaba obligada a usar varias capas, lo que repercutía en el rendimiento.

Silverlight estaba destinado a convertirse en el Flash “seguro y rápido”, pero de nuevo el problema fue que nadie lo usaba. Microsoft subestimó la importancia de tener el trabajo ya hecho.

Los creadores ya estaban acostumbrados a las herramientas de Flash, y la cantidad de contenido creado ya en Flash era tan grande que abandonarlo era imposible. Pero más importante aún, nadie quería otro Flash.

En la actualidad, Silverlight se ha convertido en otra víctima de HTML5, y el nuevo navegador de Microsoft, Edge, no lo soporta.

Los piratas no quieren libertad, prefieren la comodidad

El formato OGG se presentó como la alternativa libre a para crear archivos multimedia, en un sector en el que las patentes de software eran uno de los grandes miedos. MP3, Divx, AVI, todos esos eran formatos controlados por empresas, y aunque hasta entonces se habían mostrado benévolas, nadie sabía cuál iba a ser el futuro.

ogg

ogg

La posibilidad de que los creadores de estos formatos decidiesen cobrar patentes por su uso de la noche a la mañana era elevada, o al menos eso creíamos en aquel momento. Así que el formato OGG fue la respuesta de la comunidad open-source, y permitía crear tanto archivos de audio como de vídeo.

Aunque parecía que la situación era ideal para que el formato triunfase, sus creadores y partidarios del software libre se olvidaron de un detalle muy cruel: para la inmensa mayoría de los usuarios, la libertad sólo importa cuando nos la quitan. Si sólo está “amenazada”, nadie se mueve.

emule

emule

Aunque la calidad de vídeo de OGG (luego OGV) no era mala, los piratas que compartían películas por Limewire y eMule preferían los formatos conocidos y que tenían la calidad que buscaban sin necesidad de quebrarse la cabeza.

En la actualidad, OGG sigue integrado en distribuciones Linux, pero la verdad es que sólo los más fanáticos del movimiento libre lo usan.

Google quiere revolucionar la manera en la que el ser humano se comunica, invitación a invitación

Otro proyecto de Google en la lista. En realidad todas las posiciones podrían estar ocupadas por ideas fallidas de Google, aunque por el momento vamos a dejar eso para otra ocasión.

google wave 1

google wave 1

 

Pero no podía escribir este artículo sin mencionar al menos a Google Wave, el revolucionario método de comunicación para el siglo XXI. Lo verdaderamente curioso es que, aunque Gmail es probablemente el servicio más popular de Google después de su motor de búsqueda, la compañía lleva años intentando matar al correo electrónico.

En 2009 Google presentó Wave, e Internet enloqueció. Todo el mundo quería entrar en esta mezcla extraña de correo electrónico, chat y  red social, en el que las conversaciones eran objetos que podíamos compartir con otros usuarios interesados. Sin embargo, pronto se descubrió el verdadero motivo de esta locura: sólo 100.000 usuarios obtuvieron acceso al servicio inicialmente, y el registro implicaba un diabólico sistema de invitaciones.

De alguna manera, los usuarios que realmente querían probar el nuevo sistema nunca lograron invitaciones, y los que lo tenían como curiosidad, tenían invitaciones hasta hartarse. Pronto se convirtió en un juego de oferta y demanda, hasta el punto de que era más interesante seguir los problemas con las invitaciones que las novedades del servicio.

Para cuando todo el mundo consiguió su invitación, Wave ya estaba prácticamente  muerta. El concepto era demasiado rompedor, pero al mismo tiempo no ofrecía nada nuevo respecto a otros métodos de comunicación, una incongruencia que acabó cerrando apenas unos meses después de ser abierta al público.