Aunque el coche de Uber no nos lleve a ninguna parte, puede ser la clave para el futuro de la compañía.

El primer “coche de Google” que conocimos era un coche de calle normal y corriente, pero con cámaras que hacían millones de fotografías que luego eran mezcladas en Google Street View.

Ahora vuelve a repetirse la historia, pero con Uber, el polémico servicio de transporte que se ha convertido en el enemigo de los taxistas de todo el mundo. El coche de Uber no es autónomo, pero por ahora no hace falta que lo sea.

Ya puedes ver al coche de Uber por las calles

Que Uber está en una cuerda floja constante es algo que sabe todo el mundo. Su servicio es ilegal en algunas partes del mundo, y fuertemente criticado en el resto. Tal y como están las cosas, a Uber le conviene expandirse más allá de unir a conductores con clientes y aprovechar lo que ofrece como base para otros servicios. Aquí es donde entra el coche de Uber. Usando un sistema diseñado por Microsoft, el coche cuenta con todo tipo de cámaras e instrumentos que se encargan de crear mapas detallados de la zona por la que circula; según la compañía, el proyecto lleva meses funcionando. Y ¿para qué usa estos datos?

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Para empezar, los está usando en la propia app de Uber para mejorar las sugerencias de rutas y para calcular con mayor precisión la hora estimada de llegada. Pero la cosa no terminará ahí, y al igual que pasó con la compra de parte de Bing, estos datos serán la fundación de los futuros servicios de Uber. Por ejemplo, para convertirse en una referencia en la conducción asistida y vender su producto a los fabricantes de coches.

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Pero a nadie se le escapa que así es como empezó Google, y ahora tiene un coche autónomo. Ese es un concepto con el que Uber también está experimentando, pero por el momento es sólo eso, un experimento. Si Uber se deshará de los conductores para crear su propio servicio de taxis autónomos es algo que por ahora sólo es una posibilidad.

Fuente | Techcrunch