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Omicrono

El centro de estudio de la "Mala Ciencia"

1 abril, 2014 11:33

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Aunque en un principio pueda parecerlo, con “mala ciencia” no nos referimos a ciencia gamberra, ni cosas similares. De hecho hay muchas reacciones químicas que pueden considerarse barbaridades de ese estilo y que posteriormente se han podido utilizar en diferentes ingenierías con aplicaciones muy diferentes a las que tuvo el gamberro/científico de turno. No, con “mala ciencia” nos referimos a estudios científicos, publicados en respetadas y conocidísimas revistas, pero cuyos resultados son falsos. Ya sea porque el estudio está mal hecho, las estadísticas mal contabilizadas, o el planteamiento no sigue correctamente los métodos establecidos.

El científico que vigila  al científico

trabajos_cientificos

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Esta frase podría resumir el objetivo de la Universidad de Stanford con este nuevo Centro de Estudio de la Mala Ciencia: Vigilar a los científicos. Por lo visto en Stanford estaban hartos de ver estudios biomédicos mal hechos, redundantes, con un diseño erróneo, resultados negativos o directamente no reproducibles (si un estudio no puede volver a hacerse por otro equipo de investigadores, siguiendo los mismos pasos, es que algo raro pasa).

El plan de este nuevo centro es funcionar como una especie de Gran Hermano para todos estos ejemplos que hemos comentado, ya que una cantidad enorme de estudios, que llegan a publicarse sin más, demuestran que el fármaco X cura la enfermedad Y, o que tal gen está relacionado con tal característica, pero realmente nada de esto es correcto. Si se analiza con detenimiento, tal fármaco o tal gen no hacen nada de lo que se afirma, y aún así se publican, ¡vergonzoso! Si el análisis estadístico está mal hecho, o existe algún problema en el diseño del estudio, se alteran por completo los resultados finales y se llegan a conclusiones que son del todo erróneas. Y claro, si pensamos que hay muchos médicos basándose en estos estudios y aplicándolos a sus pacientes, la cosa es preocupante.

Este problema ya viene de lejos, y muchos científicos y periodistas llevaban tiempo quejándose de este tipo de problemas en la literatura médica. En otros campos de la ciencia también existen estos errores, pero se tiende a centrar la atención en la medicina por el simple hecho de que los resultados afectan a los enfermos, pero no son los únicos casos de estudios mal realizados.

Esperemos que el esfuerzo de Stanford sirva para filtrar algo de esta mala ciencia, que falta nos hace.

Vía | Popular Science.