Aunque ya se veía venir, no por ello ha resultado ser menos sorprendente. La compra de Ono por parte de Vodafone se ha confirmado por unos 7.000 millones de euros, después de unas negociaciones que han tenido su punto justo de faroles, desencuentros y negaciones. Porque, entre otras cosas, justo ayer la junta de Ono decidía entrar en bolsa, así como quien no quiere la cosa, como si la oferta de Vodafone nunca se hubiese producido y todo fuese un sueño provocado por demasiadas pastillas graciosas.

Camino de faroles hasta la compra

La realidad es que esta entrada a bolsa era un farol como una casa de grande, un mensaje a Vodafone de que no les hacía falta y que estaban muy bien solos, gracias. En realidad todos los accionistas llevaban por dentro cara de asustados, planteándose la posibilidad de que, después de tantos años de penurias y de inversiones sin recompensa, de nuevo perdiesen una oportunidad de oro. Si Vodafone se dio cuenta del farol o no seguramente no lo sabremos en un tiempo, pero lo que si sabemos es que menos de 24 horas después se convertía en la propietaria de Ono.

¿Qué significa para el usuario?

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Qué significa esto para el usuario es algo que (sorpresa) tampoco sabemos. Es de esperar que todos acaben pasándose tarde o temprano a los servicios equivalente de Vodafone, y que los que no lo tienen reciban un nombre nuevo. Es poco probable que las cosas cambien de la noche a la mañana, ya que este tipo de operaciones son muy complicadas y hay que tener en cuenta los contratos en vigor; asi que podéis esperar que Ono funcione como hasta ahora al menos durante unos meses.

Aunque como podéis esperar a estas alturas lo que menos le interesa a sus directivos es jugar a las parejas y garantizar el servicio.Ahora es el momento de abrir las arcas y soltar los mas de 7.000 millones de euros de la operación (una cifra muy similar a la que en un principio supuestamente se echó para atrás).

Fuente | El Confidencial