Héctor Casado, adjunto al director general de Estrategia e Innovación de la Industria de Defensa
Héctor Casado (Ministerio de Defensa): "La paz no viene de fábrica, la disuasión es hoy una necesidad estratégica"
La planificación de capacidades, la financiación y los procesos de contratación se han convertido en elementos decisivos en la política de defensa.
Más información: El Jemad cree que una reforma de la ley de financiación "podría acelerar la llegada de capacidades militares"
Héctor Casado, adjunto al director general de Estrategia e Innovación de la Industria del Ministerio de Defensa, defendió la necesidad de acelerar la modernización industrial y los procesos de adquisición de capacidades militares en Europa, en un contexto marcado por el fin del llamado “dividendo de la paz” y por una competencia global cada vez más intensa.
Durante su intervención durante una jornada organizada por PwC y Adalede, Casado subrayó que la seguridad europea ha dejado de ser un supuesto automático. “Hemos aprendido por las malas que la paz no viene de fábrica. La sociedad se ha dado cuenta de que la paz es algo que hay que proteger, y eso se consigue mediante disuasión”, afirmó.
En este sentido, recordó que el actual marco geopolítico obliga a los gobiernos europeos a replantear sus políticas de defensa y sus mecanismos industriales. La invasión rusa de Ucrania y la aceleración tecnológica de potencias como China han puesto de manifiesto la fragilidad de un sistema que durante décadas priorizó la reducción de capacidades.
“El dividendo de la paz se ha acabado. Pensábamos que la seguridad era algo dado, gratuito, pero no lo es”, señaló.
En su opinión, Europa está reaccionando, pero aún debe corregir inercias estructurales: “En la UE jugamos con reglas de libre mercado y 27 países, mientras que otros actores —como China o Estados Unidos— operan con sistemas mucho más centralizados. Competir en esas condiciones exige organización y coherencia estratégica”.
Un nuevo marco industrial europeo
Casado destacó especialmente la entrada en vigor del “reglamento EDIRPA” (European Defence Industry Reinforcement through Common Procurement Act), para reforzar con urgencia la base industrial de defensa europea tras la invasión rusa de Ucrania, que a su entender es un punto de inflexión para la industria de defensa europea.
“Por primera vez hablamos de un reglamento, no de una directiva. Ya no se trata de armonizar: se aplica directamente. Y eso permite agilizar la contratación, abrir concursos entre Estados y acelerar la adquisición de sistemas de defensa”, explicó.
El Ministerio de Defensa español, afirmó, está alineando su estrategia industrial con la aprobada por la UE en 2023 para reforzar la autonomía estratégica europea. "Todo lo que podamos hacer con capacidades propias, lo vamos a hacer. Ese es el principio de la autonomía estratégica", aseguró.
Participación obligatoria de la industria española
Uno de los puntos más relevantes de su intervención fue la garantía de que los grandes programas de defensa, los Programas Especiales de Modernización (PEM), incluirán porcentajes mínimos de participación industrial española.
Para el director general de Estrategia e Innovación de la Industria, “Ya no basta con que un gran contratista diga que integrará sistemas locales. Ahora exigimos planes formales de participación: qué, cuánto y cómo va a contribuir la industria española”, señaló.
Héctor Casado e un momento de su intervención en la jornada organizada por PwC y Adalede.
Y recordó que alrededor del 80% del tejido industrial de defensa español está formado por pymes, auténtico núcleo de innovación tecnológica. “Debemos asegurarnos de que ese talento queda dentro del ecosistema industrial español. La participación industrial no es un adorno: es una condición”, insistió.
También subrayó que España es ya uno de los países con mayor retorno en los programas europeos de I+D en defensa: “En los proyectos del Fondo Europeo de Defensa somos el segundo país en retorno y lideramos la mayoría de los programas en los que participamos”.
Tecnología dual y ciclo rápido de innovación
El responsable del Ministerio destacó un cambio estructural clave en la innovación militar: las tecnologías ya no nacen en defensa para luego pasar al ámbito civil, sino al revés. “Hoy los desarrollos surgen en el ámbito civil y después se adaptan a defensa. No todo vale, pero estamos obligados a explorar”, explicó.
Ilustró esta idea con un ejemplo: sensores diseñados para la acuicultura se han adaptado a sistemas de submarinos. “La innovación nace en sitios inesperados. El reto es seleccionar lo que funciona y garantizar que cumple los requisitos de seguridad y certificación”, advirtió.
Sobre el rápido desarrollo de drones y municiones merodeadoras, Casado alertó de la necesidad de distinguir lo técnicamente viable de lo operativamente seguro: “En defensa no podemos permitirnos sistemas que no funcionan adecuadamente. La innovación es imprescindible, pero la seguridad y la certificación son innegociables”.
Un entorno estratégico que exige velocidad
Casado reconoció que Europa continúa trabajando para eliminar las barreras que frenan la compra de material militar. “Está claro que el sistema de contratación no puede funcionar igual en tiempos de crisis. Las reglas deben ser comunes para todos, pero también ágiles”, sostuvo.
La Unión Europea, apuntó, avanza hacia una mayor coordinación en capacidades industriales, mientras que la defensa colectiva sigue recayendo en la OTAN.
“La política de defensa es de la OTAN. Europa aporta el componente industrial y económico. Ambos marcos tienen que avanzar sincronizados”, afirmó.
El objetivo final, añadió, es garantizar que las Fuerzas Armadas dispongan de los sistemas que necesitan, cuando los necesitan: “No se trata de hacer crecer la industria por hacerla crecer".
Y concluyó asegurando que "Se trata de que nuestras Fuerzas Armadas tengan capacidades disponibles, en cantidad suficiente y a tiempo. Cuando llegan tarde, ya no sirven”.