Uno de los sistemas antidrones probados por el Ejército de Tierra

Uno de los sistemas antidrones probados por el Ejército de Tierra Ejército de Tierra

Observatorio de la Defensa

El Ejército de Tierra ensaya el campo de batalla del futuro: drones, robots terrestres, guerra electrónica, 5G e IA

25 empresas, en su mayoría pymes, prueban sobre el terreno las capacidades que definen y marcarán el nuevo escenario de operaciones.

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El Ejército de Tierra español acelera su transformación para adaptarse a las nuevas realidades del combate moderno. Durante una semana, el Centro de Fuerza Futura ha llevado a cabo la segunda edición de su campaña de experimentación táctica, un ejercicio diseñado para probar y validar nuevas tecnologías en un entorno realista.

El objetivo es claro: observar, aprender y definir cómo se emplearán drones, robots terrestres, sistemas de guerra electrónica, soluciones de comunicaciones satelitales y tecnología 5G en los despliegues futuros. Todo ello con un propósito: fortalecer las capacidades diferenciales del Ejército de Tierra.

Veinticinco empresas, en su mayoría pymes, se han integrado en estas maniobras en el Campo de Maniobras y Tiro "Álvarez de Sotomayor" (Almería) junto a las unidades militares para poner a prueba sobre el terreno las tecnologías que marcarán el campo de batalla del mañana.

El teniente coronel Francisco Olivares, de la División de Planes del Centro de Fuerza Futura, explica al Observatorio de la Defensa de EL ESPAÑOL que la rápida evolución tecnológica está obligando a los ejércitos a repensar sus tácticas. “La nueva tecnología evoluciona muy rápidamente, está avanzando a pasos agigantados y llega un momento en el cual va más rápido que los conceptos de empleo”, señala.

“Estos ejercicios permiten al Ejército, en colaboración con la industria nacional, desarrollar procedimientos y detectar carencias antes de realizar futuras adquisiciones”.

Campo de batalla contemporáneo

Durante las maniobras se han reproducido elementos clave del campo de batalla contemporáneo, inspirados en gran medida por las lecciones aprendidas en el conflicto de Ucrania. Las pruebas han incluido sistemas aéreos no tripulados (UAS), robots terrestres, contramedidas electrónicas y sistemas antidron. Un aspecto central ha sido la conectividad.

“El éxito de las pruebas con nodos 5G y la exploración de soluciones satelitales han demostrado ser cruciales, ya que estas tecnologías proporcionan el ancho de banda necesario para conectar en tiempo real los sensores (drones, robots) con los efectores (sistemas de armas) y los puestos de mando”, recuerda el teniente coronel Olivares.

El oficial insiste a EL ESPAÑOL en que el proceso de cambio no puede esperar. “Nuestro ejercicio se está transformando y se tiene que transformar rápidamente, como estamos viendo no solo en los escenarios europeos. Todo el mundo se está transformando y nosotros no podemos dejar de hacerlo”, afirma con convicción.

La evolución, añade, responde a una necesidad estratégica: “Cada vez se están pidiendo más estas capacidades diferenciales en el flanco este. La OTAN está demandando más elementos relacionados con la guerra electrónica y esas capacidades avanzadas”.

Militar español pilotando un dron

Militar español pilotando un dron Ejército de Tierra

“Nos está aportando el poder evaluar todas estas capacidades para ver si los productos que probamos están lo suficientemente maduros como para, a corto plazo, hacer las adquisiciones necesarias y que nuestra gente los tenga disponibles”, explica.

Pero el trabajo no se limita a probar material: también implica desarrollo conceptual y colaboración con la industria española. “Desarrollamos conceptos de empleo, generamos lecciones aprendidas y ajustamos esos desarrollos industriales, normalmente de pequeñas y medianas empresas, que son fundamentales. Son tractores de la tecnología”.

Los avances en robótica terrestre son un ejemplo de esa cooperación. “En los robots terrestres teníamos un gran margen de avance desde donde empezamos a donde vamos ahora, y las empresas están colaborando mucho para mejorar sus productos y hacerlos competitivos, no solo para nuestras fuerzas, sino también para exportar”.

Entre las sorpresas de las pruebas, Olivares destaca los resultados de las tecnologías antidrón. “Ha sido sorprendente también el rendimiento de los interceptadores de drones. Nos ha sorprendido mucho la capacidad que tenemos, sobre todo con empresas nacionales que ya están exportando a Ucrania".

Escaparate para la industria nacional

Las jornadas se han convertido también en una oportunidad para la industria española de defensa. “Es un escaparate real porque se hacen ejercicios sobre el terreno, no sobre un PowerPoint ni en un stand de publicidad, sino sobre el terreno”, recalca el teniente coronel Olivares.

“Viene personal de la Agencia Europea de Defensa, de la OTAN, y agregados militares que observan los productos que tienen las empresas españolas”.

El dron Aunav Best de Escribano, armado con una ametralladora, durante una demostración

El dron Aunav Best de Escribano, armado con una ametralladora, durante una demostración Ejército de Tierra

Según explica, la colaboración entre las compañías participantes suele intensificarse durante estas pruebas. “Hay historias de éxito, porque entre ellas se vuelven muy colaborativas. Ven los productos de las demás y se asocian para desarrollar nuevas soluciones conjuntas”.

Según el oficial, numerosas empresas ya cuentan con las tecnologías que el Ejército necesita para impulsar el programa Fuerza 35, la hoja de ruta de modernización del Ejército de Tierra. Añade que, en muchos casos, "son estas compañías las que disponen de los desarrollos y componentes clave para materializar una transformación que considera imprescindible".

El ejercicio impulsa no solo la mejora de las capacidades operativas, sino también la competitividad del tejido industrial español. “Se trata de trabajar todos juntos para sacar el mejor rendimiento de los materiales”, apunta el teniente coronel Olivares.

El cambio cultural

Para el teniente coronel, detrás de la innovación tecnológica hay también un reto humano. “Más allá de la tecnología, uno de los mayores retos es el cambio cultural dentro de las propias fuerzas armadas”, reflexiona.

La integración de combatientes con plataformas no tripuladas y sistemas de inteligencia artificial requiere “una nueva mentalidad y una formación específica para que el personal pueda explotar todo el potencial de estas herramientas”, algo que también ocurre en el ámbito civil.

Aeronave no tripulada en vuelo

Aeronave no tripulada en vuelo Ejército de Tierra

“Hay que explicar a la gente cómo se funciona con estos medios, porque podemos darles el mejor robot o el mejor dron, pero si no les enseñamos cómo usarlo o para qué es, lo emplearán con procedimientos del pasado, que no son válidos para el presente ni para el futuro".

Con la vista puesta en la llamada “Fuerza 35” del Ejército de Tierra, estos ejercicios constituyen un paso indispensable dentro de la campaña de experimentación práctica.

Se trabaja sobre tres ejes: “el campo transparente y la franja robótica, las lecciones aprendidas del escenario de Ucrania, y la simulación de un adversario superior en número y tecnológicamente avanzado”. Ese, recuerda Olivares, “es el escenario en el que también está trabajando la OTAN”.

La experimentación continuará. El Centro de Fuerza Futura prepara ya una nueva edición para después de Semana Santa, con el objetivo de seguir ampliando los límites y garantizar que las fuerzas españolas estén preparadas para los desafíos del futuro.

Un futuro que, como concluye el teniente coronel Olivares, “ya está aquí”.