Vuelo con el helicóptero H-135 (HE-26)

Vuelo con el helicóptero H-135 (HE-26) Ejército del Aire

Observatorio de la Defensa

La Base de Armilla, de la tradición a la innovación: un referente en la formación de pilotos de helicópteros

La cultura de seguridad es absoluta. Los alumnos aprenden no solo a volar: aprenden a decidir.

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Las claves

La Base Aérea de Armilla, inaugurada en 1922, es uno de los aeródromos más antiguos en activo de España y un referente en la formación de pilotos de helicópteros militares.

Desde 1980, alberga la Escuela Militar de Helicópteros y el Ala 78, formando pilotos para las Fuerzas Armadas, Guardia Civil, Policía Nacional y países aliados mediante tecnología de vanguardia como simuladores y helicópteros H135 y EC120.

La formación en la base incluye fases progresivas, instrucción avanzada y cursos de especialización como Search and Rescue (SAR), con énfasis en la seguridad, el liderazgo y la adaptación a escenarios operativos modernos.

En 2026 entrará en funcionamiento el nuevo Centro de Simulación Avanzada H-135, que optimizará la enseñanza y reducirá costes mediante simuladores de última generación desarrollados por Indra, consolidando a Armilla como centro de excelencia internacional.

Apenas seis kilómetros separan Granada de uno de los lugares donde se escribe, día a día, la historia contemporánea de la aviación militar española. La Base Aérea de Armilla, inaugurada en 1922, conserva aún el aroma de los aeródromos pioneros, de aquellos primeros vuelos que marcaron el nacimiento de la aviación peninsular.

Armilla es, junto con Cuatro Vientos, León, Zaragoza, Tablada y Getafe, uno de los aeródromos más antiguos en activo de España. Su historia se remonta a comienzos del siglo XX, pero la veteranía no ha impedido su transformación constante. “Durante todos estos años nos hemos ido adaptando a los tiempos”, subraya a El Observatorio de la Defensa de EL ESPAÑOL el coronel Joaquín Aguirre, jefe de la Base de Armilla - Ala 78 y director de la Escuela Militar de Helicópteros.

A lo largo de su historia, las funciones de la Base han cambiado en numerosas ocasiones: aeródromo de apoyo durante la Guerra del Rif en el norte de África, escuela elemental de pilotos, aeropuerto civil de Granada o centro de selección de alumnos de la Academia General del Aire (CSAGA).

Desde 1980, la instalación alberga la Escuela Militar de Helicópteros (EMH) y el Ala 78, unidad del Ejército del Aire y del Espacio cuya misión principal es formar a todos los pilotos de helicóptero de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil.

“Esta misión ha evolucionado desde la instrucción en vuelo con los Bell 47 o los Hughes 300 hasta el nuevo Sistema Integrado de Entrenamiento (ITS-H), basado en el helicóptero H135”, explica el coronel Aguirre.

Revisión exterior profesor y alumnos en H135 (HE-26).

Revisión exterior profesor y alumnos en H135 (HE-26). Ejército del Aire

Este sistema incluye simuladores de última generación y nuevas capacidades que ya forman parte de la operativa moderna: vuelo con Gafas de Visión Nocturna (GVN) o navegación basada en prestaciones (PBN), estándar global para la navegación aérea.

Bajo la pátina histórica del aeródromo late hoy un centro avanzado, preparado para escenarios operativos presentes y futuros. Un referente nacional e internacional donde se forman tanto tripulaciones españolas como de países aliados, y donde tradición y modernización conviven sin fricción.

Cuenta con instalaciones modernas, simuladores de vuelo de última generación y una flota de helicópteros, formada por 11 H135 y 14 EC120 (Colibrí), que permiten ofrecer una formación integral y adaptada a las últimas tecnologías.

En sus hangares y aulas se han formado 4671 pilotos. "Alumnos de los tres Ejércitos, Guardia civil, Policía Nacional, Dirección General de Tráfico y países extranjeros, como Argentina, Uruguay, Francia o Portugal. Además, las capacidades del nuevo ITS-H permiten la realización de cursos en áreas más avanzadas como Search and Rescue (SAR) o Personnel Recovery (PR)", indica el coronel Aguirre.

Muchos de ellos volaron o volarán en misiones de rescate, apoyo en operaciones internacionales o seguridad interior. Todos pasan por el mismo proceso exigente y meticuloso.

Donde nacen los pilotos de helicóptero de España

La enseñanza en Armilla se articula en fases progresivas: entrenamiento básico, vuelo instrumental y fase táctica, con una duración de nueve meses para la enseñanza de formación. La instrucción en vuelo también contempla cursos de perfeccionamiento para pilotos de los tres ejércitos, Guardia Civil y países extranjeros.

La cultura de seguridad es absoluta. Los alumnos aprenden no solo a volar: aprenden a decidir. Cada maniobra, cada aterrizaje, cada aproximación es una lección en control del riesgo y liderazgo operativo. La escuela es, además, un centro donde se consolidan los principios éticos y de responsabilidad inherentes a la vocación militar.

Imagen de un ejercicio táctico en la Escuela Militar de Helicópteros.

Imagen de un ejercicio táctico en la Escuela Militar de Helicópteros. Ejército del Aire

Como afirma el coronel jefe de la base, "los instructores son el pilar de cualquier centro de formación, de ellos depende la calidad del producto que sacamos, en nuestro caso pilotos y mecánicos de mantenimiento de helicópteros.

"Con buenos instructores formamos buenos pilotos, independientemente del nivel del alumnado, pero con malos instructores formaremos siempre malos pilotos a pesar de contar con alumnos excelentes. Hace años, uno de mis instructores de vuelo me dijo: dame una vaca y horas de vuelo y al final la vaca vuela y aterriza sola”.

Para Aguirre, "Fue el mejor instructor de vuelo en mis inicios como piloto".

Cuando se pregunta al coronel jefe de la Base sobre las habilidades que definirán al piloto de helicópteros del futuro, su respuesta es rotunda y transparente. “El trabajo en equipo, la capacitación técnica para sacar todo el rendimiento a los muchos sistemas con que cuenta la aeronave, la toma de decisiones en situaciones de estrés y la humildad para seguir aprendiendo adaptándose a las innovaciones futuras”, señala.

En un entorno cada vez más tecnológico, donde la automatización y la integración de nuevos sistemas multiplican los retos operativos, la preparación de los pilotos va mucho más allá de la destreza en el control de vuelo.

La capacidad de adaptarse a escenarios imprevisibles y asumir una formación continua aparece como una exigencia ineludible para quienes aspiren a ocupar la cabina en las próximas décadas.

El Ala 78 también asume una función operativa de gran relevancia: la Búsqueda y Salvamento (SAR). Sus helicópteros no solo participan en misiones de instrucción, sino que también pueden desplegarse en operaciones reales o ejercicios conjuntos.

El modelo HE-26 destaca por su versatilidad, esencial para intervenir en escenarios de alta exigencia, desde accidentes aéreos hasta rescates en montaña o en alta mar.

Helicóptero Augusta Bell 205 (HE-10). Helicóptero de enseñanza en la EMH hasta el año 1993.

Helicóptero Augusta Bell 205 (HE-10). Helicóptero de enseñanza en la EMH hasta el año 1993.

“Efectivamente, el Ala 78 tiene asignada una misión secundaria que es la búsqueda y salvamento (SAR). La versatilidad y capacidades que ofrece el H135 permiten cumplir este cometido. Esto implica contar con tripulaciones SAR (pilotos, mecánicos, enfermeros y rescatadores) operativas", explica el director de la Escuela Militar de Helicópteros.

"Los pilotos de estas tripulaciones son también instructores en la EMH que, aunque por un lado les carga de trabajo extra, por otra parte les permite mantenerse actualizados para la enseñanza al volar en misiones operativas”, puntualiza-

No se puede hablar de Armilla sin mencionar a la Patrulla Aspa, nacida aquí en 2004. Cinco helicópteros HE-25 ejecutan maniobras de precisión milimétrica en exhibiciones dentro y fuera de España. Muchos de sus integrantes son los mismos instructores que luego se sientan frente a sus alumnos.

La excelencia se enseña, pero también se demuestra.

Para el jefe de la Base, "Todo este abanico de cometidos es muy exigente y requiere trabajo e iniciativa por parte de todos los componentes de la Unidad, no solo del coronel, que normalmente estamos solo dos años en la Escuela. Para mi es un honor y una gran responsabilidad dirigir esta emblemática unidad con el objetivo principal de que esta mejore año tras año y desarrolle sus funciones".

Un futuro que despega: el Centro de Simulación Avanzada H-135

En los próximos años, la Base Aérea de Armilla dará un salto cualitativo en su modelo de formación de pilotos. A partir del segundo semestre de 2026 entrará en funcionamiento el nuevo Centro de Simulación Avanzada del helicóptero H-135 (HE-26), un sistema desarrollado por Indra con una inversión superior a los 20 millones de euros.

“El centro de simulación tiene previsto estar operativo el próximo año y se encuadra dentro del programa ITS-H que, además de contar con la adquisición final de 23 aeronaves H135, abarca los simuladores entre otros sistemas de enseñanza digital”, explica el coronel jefe de la Base.

Práctica de simulador de vuelo.

Práctica de simulador de vuelo. Ejército del Aire

La llegada de estos simuladores no solo incrementará las capacidades de la escuela, sino que permitirá optimizar costes y procesos. “Los simuladores son una inversión muy rentable porque ahorran costes en combustible, mantenimiento y personal”, asegura el coronel Aguirre en declaraciones a El Observatorio de la Defensa de EL ESPAÑOL.

“Están diseñados con la máxima fidelidad y con los estándares más exigentes de entrenamiento táctico. Se comportan igual que la aeronave, lo que facilita la formación, ya que se pueden simular absolutamente todas las emergencias: desde un incendio en el motor hasta aterrizajes forzosos”.

En el simulador, "el instructor es el encargado de ir enfrentando al alumno a los distintos retos: una meteorología adversa, terrenos montañosos, fuertes vientos de cola, vuelo con Gafas de Visión Nocturna (GVN)... Cada hora de capacitación supone una inmersión total en la realidad", afirma Aguirre.

La Base de Armilla en 1922.

La Base de Armilla en 1922. Ejército del Aire

Será una infraestructura estratégica para la formación de élite en vuelo y reducirá significativamente costes y riesgos al aumentar el tiempo de instrucción en simulador de última generación.

De aeródromo histórico a centro de referencia global, la Base Aérea de Armilla es hoy un lugar donde tradición y modernidad conviven, donde el legado de los primeros pilotos convive con la tecnología más avanzada. Un espacio donde se aprende a volar, sí. Pero, sobre todo, donde se aprende a hacerlo con precisión, responsabilidad y honor.