Ilustración de una fragata Type 26

Ilustración de una fragata Type 26 BAE Systems

Observatorio de la Defensa

Noruega elige a la inglesa BAE Systems para reemplazar las cinco fragatas compradas a Navantia: así son las Type 26

Oslo ha seleccionado a Reino Unido como socio industrial en este proyecto, por encima de Francia, Alemania y Estados Unidos.

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La futura flota de fragatas de la Marina Real Noruega será de diseño inglés. Así lo ha decidido el gobierno del país nórdico, que ha optado por dotar a su fuerza naval con cinco buques Type 26, desarrollados por la compañía británica BAE Systems.

Las nuevas embarcaciones, que, según el acuerdo alcanzado, comenzarán a llegar a partir de 2030, sustituirán a las fragatas de la clase Fridtjof Nansen actualmente en servicio. Estas últimas fueron construidas por Navantia, entre 2003 y 2011.

Oslo ha asegurado que la elección del diseño que reemplazará a los navíos de origen español "ha sido una decisión difícil", dado que todos los países interesados en hacerse con este contrato habían "presentado propuestas sólidas y competitivas".

Además de Reino Unido, las industrias de Francia, Alemania y Estados Unidos también habían ofrecido sus capacidades para el proyecto noruego. De esta manera, la Type 26 de BAE Systems se ha impuesto a los modelos FDI de Naval Group, Type F127 de TKMS y Constellation de Fincantieri Marinette Marine, la filial estadounidense del astillero italiano Fincantieri.

"Confío en que la alianza estratégica con el Reino Unido para la adquisición, el desarrollo y la operación de fragatas es la decisión correcta", ha destacado el primer ministro noruego, Jonas Gahr Støre.

En este sentido, desde Oslo han subrayado que la asociación a largo plazo en materia de fragatas con Londres requerirá una cooperación más profunda entre ambos de cara al futuro, dado que los dos países dotarán a sus respectivas fuerzas navales con las mismas fragatas.

Actualmente, BAE Systems está construyendo los primeros cuatro buques de la llamada clase City, basados en la Type 26, cuya primera unidad está previsto que entre en servicio a finales del próximo año.

"Juntos adquiriremos fragatas para la Marina Real Británica y la Marina Real Noruega. Operaremos y desarrollaremos las fragatas durante las próximas décadas. Esto fortalecerá nuestra capacidad y la de la OTAN para patrullar y proteger las zonas marítimas del Alto Norte", ha señalado Støre.

Por su parte, el ministro de Defensa noruego, Tore O. Sandvik, ha destacado que contar con buques idénticos permitirá también a los aliados "realizar entrenamiento conjunto de personal, e incluso de utilizar tripulaciones noruegas y británicas indistintamente".

Fragata Tyoe 26

Fragata Tyoe 26 Ministerio de Defensa de Noruega

El acuerdo alcanzado con la industria británica, según ha detallado el Gobierno noruego, no sólo incluye la adquisición de las embarcaciones, sino también su mantenimiento, desarrollo continuo y mejoras del diseño a lo largo de toda su vida útil.

"La industria nacional desempeñará un papel vital, especialmente en el mantenimiento y la actualización de los buques. Hemos identificado una amplia gama de áreas de cooperación industrial y tecnológica", ha afirmado el primer ministro noruego.

Fragatas Type 26

Las fragatas británicas Type 26 son buques de guerra diseñados específicamente para detectar, rastrear y combatir submarinos, pero al mismo tiempo es capaz de ejecutar misiones de defensa aérea, misiones ataque de superficie y de propósito general.

Los buques pueden desplazar 6.900 toneladas, tienen una eslora de 149,9 metros y una manga de 20,8 m. Dotados con una tecnología de propulsión que minimiza el ruido, están especialmente construidos para misiones donde es fundamental mantener una baja emisión acústica, lo que resulta ideal para la detección de sumergibles en las profundidades del Atlántico Norte.

Cada buque está equipado con el sistema de defensa aérea Sea Ceptor, un cañón naval de 127 mm y cuenta con espacio adaptable para instalar distintos tipos de misiles según los requerimientos.

Su diseño incluye una amplia cubierta de vuelo y un hangar para operar helicópteros y vehículos aéreos no tripulados, junto con una bahía de misión versátil que permite transportar equipos modulares, tales como sistemas de protección contra minas o materiales para fuerzas especiales.

Los buques de Navantia

Noruega ha obviado a la industria española -y a sus fragatas F-110- para el proyecto que pretende sustituir, justamente, las embarcaciones que Navantia construyó para su fuerza naval en la primera década de este siglo, a imagen y semejanza de las fragatas F-100 de la Armada española.

A día de hoy, el astillero público español presta diversos servicios para las unidades de la llamada clase Nansen, principalmente relacionados con su mantenimiento, suministro de repuestos, reparación e implementación de nuevas funcionalidades.

Imagen de archivo de las fragatas clase Nansen de Noruega

Imagen de archivo de las fragatas clase Nansen de Noruega Navantia

Si bien los buques que Oslo contrató con Navantia fueron cinco, la Marina Real Noruega tiene en servicio solo cuatro. En noviembre de 2018, la fragata KNM Helge Ingstad colisionó contra un petrolero cerca de la ciudad de Bergen, quedando semihundida. Tres años más tarde, fue vendida para desguace.

En 2024, Noruega presentó una demanda contra el constructor naval español por más de 1.000 millones de euros, argumentando que el rápido hundimiento de la fragata tras el impacto se debió a fallas estructurales en la embarcación relacionadas con su construcción.

El gobierno del país nórdico decidió llevar ante la justicia a Navantia pese a que la Agencia Noruega de Investigación en Seguridad (NSIA) exoneró a la compañía de toda culpa y señaló que la pérdida de la fragata fue consecuencia de una serie de errores operativos durante la evacuación del buque.

En este sentido, el informe confeccionado por la NSIA detalló que la tripulación no cerró a tiempo las puertas, escotillas y otras aberturas que eran cruciales para mantener la estabilidad y flotabilidad de la fragata, lo que facilitó la entrada de agua y el eventual hundimiento.

Finalmente, el pasado junio, Navantia y Noruega pusieron fin a la disputa mediante un acuerdo por el que Oslo desistía de su demanda a cambio de que la empresa española le hiciera un descuento de 47,5 millones de euros en el mantenimiento de las restantes cuatro fragatas de la clase Nansen.