Uso de iPad en la carlinga de un caza

Uso de iPad en la carlinga de un caza USAF

Observatorio de la Defensa

Los pilotos del Ejército del Aire y del Espacio tendrán nuevos iPad en las carlingas: así usarán las tablets durante el vuelo

El Mando de Apoyo Logístico tiene vigente un contrato para la adquisición de 70 iPad Mini de Apple para la gestión documental dentro de la cabina.

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Las cartas de navegación y la documentación en papel a bordo de los aviones ya son cosa del pasado. Aunque todavía se mantienen algunos archivos como respaldo, en el día a día de los pilotos se han impuesto las tablets para acceder a toda la información de una forma clara y directa.

Al igual que ocurre en los aviones militares de buena parte del planeta, el Ejército del Aire y del Espacio de España también emplea estos dispositivos a sus pilotos desde hace años. De hecho, las tablets actuales son también iPad de Apple, pero de una generación con, al menos, 5 años a sus espaldas.

Ahora, el Mando de Apoyo Logístico del mismo Ejército se encuentra buscando la renovación o ampliación de la flota de iPad para sus pilotos. En concreto, el modelo elegido es el iPad Mini, el más pequeño y manejable de la gama, que irá acompañado de un piernógrafo Hendricks.

Según la documentación a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, el Ejército del Aire y del Espacio tiene previsto gastarse 120.700 euros para la adquisición tanto de los mencionados iPad como de los piernógrafos.

El contrato explica que ambos objetos servirán para atender las necesidades operativas de los aviones del Ejército, "que servirán para actualizar la dotación de servicio de este equipamiento de gestión y documentación necesaria para el vuelo".

iPad acoplado a la pierna de un piloto español de F-18

iPad acoplado a la pierna de un piloto español de F-18 Ejército del Aire y del Espacio

A diferencia de otros contratos, el Mando de Apoyo Logístico apunta directamente al iPad Mini de Apple —con pantalla de 8,3 pulgadas, conexión 5G y 256 GB de memoria— y a los piernógrafos Hendricks en la documentación, sin dejar espacio a otras alternativas.

En total, se esperan recibir 70 iPad y otros tantos piernógrafos para sustituir a los elementos actuales. Ambos elementos deberán ser nuevos de fábrica, como suele ser habitual en este tipo de material militar, y deberán ir correctamente embalados y sellados.

Para qué se usa un iPad

El uso de la documentación para el vuelo comienza mucho antes incluso de que los pilotos suban al avión. Antes de eso, los despachadores planifican las mejores rutas, tanto para vuelos logísticos como para aviones de combate en las diferentes misiones planificadas —caso aparte son las salidas en alerta o scramble donde el despegue debe hacerse a contrarreloj—.

Entre los documentos más importantes está el plan de vuelo detallado que deberán introducir en el ordenador de la aeronave para que el piloto automático pueda seguirlo e ir calculando algunos parámetros esenciales.

En este apartado se incluyen las restricciones que pueda tener la aeronave desde el punto de vista técnico y los NOTAM, una serie de mensajes publicados por los organismos de gestión de tráfico aéreo para informar sobre situaciones especiales en una zona concreta.

Otro pilar fundamental es la meteorología. Los pilotos reciben la meteo de los aeropuertos de salida, llegada y los alternativos que se establecen en la ruta por si no es posible aterrizar en el destino.

Además, también cuentan con información detallada de los vientos en altura durante toda la ruta, un factor determinante para calcular el consumo de la aeronave y el tiempo de vuelo. Un viento de cara importante puede retrasar la misión y, al mismo tiempo, gastar más combustible, por lo que deben tenerlo en cuenta a la hora de ordenar el abastecimiento del queroseno.

Los iPad también pueden servir en la fase del cálculo del rendimiento del avión, lo que en la jerga se conoce como perfomance. En buena medida, los aviones, militares o civiles, se comportan de una forma muy diferente a medida que se añade o quita masa.

iPad en la cabina de un caza

iPad en la cabina de un caza USAF

Por poner un ejemplo muy popular y directo, un avión necesita más distancia de despegue cuanto más combustible y carga lleva a bordo. Incluso puede ser un factor determinante a la hora de elegir un nivel de vuelo para el crucero.

Existen aplicaciones para iPad capaces de calcular este tipo de parámetros de forma directa. Igualmente, sirven para establecer la potencia de despegue óptima más equilibrada entre el peso del avión, el consumo, la temperatura y la altitud del aeropuerto de salida, entre otros factores.

Regresando a la documentación, en este caso electrónica, las pantallas de las tablets también son un soporte muy utilizado para consultar las listas de comprobacióncheck list— y las cartas de navegación aeronáutica. En estas últimas se plasman los puntos de referencia y las aerovías que los conectan.

Fundamentalmente, los pilotos consultan las cartas en dos fases críticas del vuelo: antes de despegar, para conocer la salida, y antes de aterrizar, para aprenderse la llegada.

A pesar de que los aviones cuentan —desde hace décadas— con ordenadores de vuelo con estas rutas de salida y aproximación precargadas, los tripulantes de la carlinga suelen realizar un pequeño repaso con las cartas de navegación delante para saber cómo actuar en casos concretos.

Por ejemplo, cuál es la ruta estipulada si, durante el despegue, alguno de los motores falla y tienen que regresar al aeropuerto. Caso similar en la llegada, esencialmente para ver qué hacer si necesitan frustrar el aterrizaje y tienen que remontar el vuelo. El empleo del iPad para esta aplicación desplaza al soporte en papel guardado en archivadores dentro de la cabina.

El empleo de estos soportes electrónicos tiene una razón todavía más importante en los pilotos militares gracias a su integración en los piernógrafos. De esta forma, los pilotos tienen acceso completo al total de la información útil para el vuelo sin emplear soportes alternativos que dificulten la aséptica vida en la carlinga.

Los pilotos de caza, de hecho, no cuentan con espacio físico dentro de la cabina para poder guardar todas las cartas de navegación que caben en la minúscula memoria de un iPad. Y mucho menos poder manejarse con grandes mapas.