Avión F-16 con el AGM-158 (ribete amarillo) incorporado bajo el ala
JASSM, el misil que Trump sopesa entregar a Ucrania para bombardear Moscú: tecnología furtiva y una ojiva de 450 kg
Estados Unidos ultima un nuevo envío de armamento a Kiev, que podría incluir misiles de largo alcance con los que atacar directamente la capital rusa.
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Donald Trump está muy decepcionado con Putin. El estadounidense, que prometió acabar con la guerra en Ucrania en solo una semana a su llegada a la Casa Blanca, ha pasado a la ofensiva contra su homólogo ruso y le ha dado un ultimátum de 50 días para llegar a un acuerdo de paz con Kiev, de lo contrario sufrirá aranceles del 100%.
No obstante, los ataques que planea Trump van mucho más allá de las trabas fiscales y financieras. Washington sopesa retomar el envío de armas a Ucrania e incluso, esta vez, aportar armamento con el que las fuerzas ucranianas puedan bombardear directamente Moscú, según han confirmado fuentes próximas a las negociaciones a Axios.
Así, uno de los principales candidatos para ser enviado a Ucrania es el misil AGM-158 JASSM, arma que la administración de Joe Biden ya había barajado incorporar en los distintos lotes de ayuda militar al país invadido, algo que Trump frenó.
F-16 lanzando misil AIM-120
Los JASSM, misiles aire-superficie, podrían ser lanzados desde los antiguos bombarderos Su-24M de los que dispone Kiev o también desde los cazas F-16 que comenzó a recibir en julio de 2024. Sin embargo, estas últimas aeronaves precisarían una actualización de su software para emplearlos.
El JASSM fue desarrollado por el gigante aeroespacial Lockheed Martin en los años 90 y entró en servicio en las Fuerzas Armadas estadounidenses en 2003. Pese a llevar más de 20 años operativo, gracias sobre todo a sus nuevas versiones, sigue siendo un arma clave para la proyección táctica de medio y largo alcance de Estados Unidos.
De esta manera, en los últimos años, el alcance de estos misiles ha pasado de los 370 kilómetros originales hasta los 925 km, más que suficiente para bombardear la capital rusa sin necesidad de que los aviones ucranianos se expongan a ser derribados.
Este armamento, que en inglés refiere a Joint-Air-to-Surface Standoff Missile, monta una ojiva perforante de 450 kilogramos, lo que le otorga un gran poder destructivo.
Un misil indetectable
No obstante, por lo que el JASSM destaca sobremanera es su capacidad de pasar inadvertido a los radares del enemigo. Así, su baja observabilidad en el campo de batalla le permite atravesar redes de defensa aéreas, inexorables para otro tipo de misiles.
Esta habilidad es gracias a un sistema de guiado compuesto por GPS que, junto a otro inercial que no precisa de conexión satelital, hace que el misil pueda planificar la mejor ruta hacia su objetivo y sobrevivir a los intentos de neutralización.
Operarios montando un misil AGM-158 en un bombardero B-52
Otra de las armas que han sonado para el nuevo lote de ayuda militar que prepara Washington es el misil de ataque de precisión (PrSM), uno de los más modernos con los que cuenta el Ejército estadounidense dado que entró en servicio entre 2023 y 2024.
El PrSM equipa una ojiva de 91 kilogramos y puede atacar objetivos ubicados a una distancia de hasta 500 kilómetros. Sin embargo, Estados Unidos es muy celoso de esta tecnología e incluso negó recientemente su venta a Noruega, algo que complica su llegada a Ucrania ante el riesgo de que sus secretos sean descifrados por Moscú.