Venezuela afronta este domingo las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente, con la que el presidente Nicolás Maduro quiere enterrar la Constitución de 1999, principal proyecto político de su mentor, Hugo Chávez, y diseñar una nueva Carta Magna a su medida.

Estos comicios, convocados de forma unilateral por el líder venezolano porque “no quedaba otra alternativa”, han incrementado la brecha entre las dos Venezuelas. La oposición, que no concurre a la cita por considerarla “un fraude”, ha incrementado la presencia en las calles del país, escenario de protestas diarias que en los últimos tres meses se han cobrado la vida de más de 100 personas.

¿Qué se vota este 30 de julio?

Los venezolanos eligen a 545 diputados que tienen como misión redactar una nueva Constitución que sustituya a la de 1999. No hay detalles del contenido normativo que el oficialismo quiere para la nueva Carta Magna. La oposición y la comunidad internacional temen que Nicolás Maduro quiera utilizar estos comicios para acentuar su deriva autoritaria, seguir desautorizando a sus rivales políticos y neutralizar a los poderes públicos contrarios al chavismo.

¿Por qué se convoca una Constituyente?

Dos sentencias del Tribunal Supremo de Justicia el pasado marzo prendieron la mecha del conflicto latente entre el oficialismo y la oposición, que desde diciembre de 2015 controla la mayoría del Parlamento a través de la coalición política Mesa de la Unidad Democrática (MUD). El órgano judicial declaró nulas las decisiones de la Cámara al considerar que estaba “en desacato”. La decisión se interpretó como un “golpe de Estado” y desató una ola de protestas que dura más de tres meses.

El 1 de mayo Nicolás Maduro anunció la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente como "única salida a la crisis" y amparándose en el artículo 347 de la Constitución, que dice los siguiente:

"El pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario. En ejercicio de dicho poder, puede convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución".

El presidente venezolano tiene potestad para convocar este proceso conforme al artículo 348, que también indica que no podrá objetar la Carta Magna que resulte de la ANC.

¿Cómo se eligen los delegados?

Los venezolanos elegirán este domingo a 545 representantes. De ellos, 364 son diputados territoriales electos de forma “directa y secreta”. Según las bases comiciales del Consejo Nacional Electoral, cada municipio del país enviará un ‘corredactor’ a la ANC.

En Caracas, cada municipio tendrá dos representantes. Según los críticos, el sistema olvida que hay estados muy poblados con pocos municipios y beneficia a las zonas más rurales, donde Maduro tiene más fieles.

Los restantes 173 miembros de la ANC son en realidad delegados procedentes de distintos sectores de la sociedad siguiendo los deseos del presidente Maduro de tener “una Constituyente ciudadana, obrera, comunal…”. Los ocho sectores establecidos son los siguientes: trabajadores, campesinos y pescadores, estudiantes, personas con discapacidad, pensionados, empresarios, comunas y pueblos indígenas.

¿Quién se presenta a estas elecciones?

Entre los requisitos establecidos para concurrir a los comicios de este domingo se especifica expresamente que no podrán ser candidatos los diputados de la Asamblea Nacional, controlada en gran parte por la oposición. Tampoco están permitidos como candidatos los miembros de partidos políticos, los militares o los altos cargos de la Administración pública, entre otros.

Más de 50.000 personas se presentaron pero el organismo electoral sólo ha aprobado a unos 6.000 siguiendo los requisitos establecidos. La oposición decidió hace varias semanas que no iba a participar y llamó a la desobediencia.

¿Qué piensa la oposición de estas elecciones?

“Es el golpe de Estado más grave en la historia, es Nicolás Maduro disolviendo la democracia, frente a eso llamamos a rebelarse al pueblo de Venezuela”, valoró el presidente de la Asamblea Nacional Julio Borges tras conocer la convocatoria.

La oposición lleva semanas presionando para frustrar estos comicios con declaraciones, manifestaciones, una consulta popular y el establecimiento de una suerte de gobierno alternativo de unidad. El objetivo es forzar la salida del presidente venezolano del poder. Oficialmente, y en contra de lo que querían algunos dirigentes opositores, no van a boicotear estas elecciones pero sí han anunciado que las protestas seguirán. Henrique Capriles ha matizado este sábado que el rechazo a la ANC no se expresará en los centros de votación. Sin embargo, todo indica que pueden registrarse incidentes y hay un dispositivo de seguridad, el 'plan República', que algunos tildan de opresor.

Esta misma semana el paro de 48 horas ha dejado escenas de caos y violencia, con barricadas y enfrentamientos en las calles de las principales ciudades y una ‘toma de Venezuela’ el viernes, desafiando a la prohibición del Gobierno.

¿Sólo la oposición está en contra?

No. La comunidad internacional también se ha volcado esta semana contra la celebración de esta atípica cita electoral. Organismos internacionales como la OEA o la UE han reclamado a Nicolás Maduro que cambie de opinión. La reacción más contundente ha llegado desde Washington, el Ejecutivo de Donald Trump ha impuesto sanciones a 13 altos cargos de la cúpula chavista y ha advertido que la ANC puede significar el “fin de la democracia en Venezuela”.

El rechazo a esta fórmula adoptada por Nicolás Maduro para redactar una nueva Constitución en medio de la profunda división que parte al país en dos no llega sólo desde fuera del aparato que sostiene al presidente venezolano en el poder. Hay sectores del chavismo que se oponen frontalmente a la Constituyente, una de las voces más fuertes en este sentido es la de la fiscal rebelde Luisa Ortega Díaz. Además, el Partido Socialista Unido de Venezuela está cada vez más fracturado, como explicaba en esta pieza nuestro compañero Pablo López Hurtado desde Caracas.

¿Qué se juega Maduro?

Su supervivencia al frente de Venezuela está encima de la mesa. El volumen que han alcanzado las protestas, la ruptura en el propio seno del chavismo y la reacción internacional que apunta a un aislamiento aún mayor, hacen que estas elecciones sean clave para el futuro del país y del propio Nicolás Maduro.

Su ministro de Exteriores, Samuel Moncada, ha acusado directamente a EEUU de provocar una sensación de alarma y niega que Venezuela esté al borde del abismo. “Están creando la sensación de que estamos al borde de una guerra y que la insurrección fascista que ellos promueven está venciendo”, dijo este sábado durante un acto en recuerdo de Hugo Chávez.

Por su parte, Nicolás Maduro se cree seguro de la victoria este domingo clave: "Están derrotados, ríndanse señores de la MUD, están derrotados y el pueblo les va a dar una lección y un castigo con su voto”.

¿Acabará la confrontación tras estas elecciones?

Probablemente no. La ANC que se elegirá este domingo tiene 72 horas para ponerse en marcha y comenzar a redactar los estatutos de funcionamiento que la regirán. El líder opositor Henrique Capriles ya ha confirmado que las protestas no terminan este domingo: "El día lunes vamos a seguir luchando, y el día martes vamos a seguir luchando, yo no soy para nada pesimista frente a la situación de mi país".

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